El Gobierno quiere que España esté entre los que lideren la próxima transición energética. El Ejecutivo de Pedro Sánchez pretende poner al país en cabeza de la instalación de nuevas renovables y planteará el compromiso de que las energías limpias representen un 35% del sector eléctrico en 2030, cuando la meta marcada por la Unión Europea para el conjunto del continente es del 32% en ese plazo.
“España tendrá que abordar la instalación de nuevas renovables con una potencia de entre 50.000 y 60.000 megavatios (MW) hasta 2030”, subrayó el secretario de Estado de Energía, José Domínguez, esta semana en el V Foro Solar organizado por la patronal fotovoltaica UNEF. Según la estimación del Gobierno, la puesta en marcha de este nuevo parque renovable requerirá inversiones de entre 60.000 y 70.000 millones de euros en poco más de una década.
Según el propio Ministerio para la Transición Ecológica más de la mitad de esas nuevas renovables que debe sumar España serán instalaciones de energía solar. Y en este sector las compañías energéticas, fondos de infraestructuras e inversores han empezado a dar grandes pasos para alcanzar las cotas requeridos de nuevos parques fotovoltaicos.
Durante los últimos años el parón de instalación de nueva energía solar fotovoltaica ha sido casi total en España. El año pasado se instalaron 135 nuevos megavatios (MW) de potencia fotovoltaica después de años de frenazo, y se superaron por primera vez los 4.800 MW en todo el país, según los datos de Red Eléctrica. Pero en el sector se avecina ahora un auténtico boom.
Las Administraciones españolas han recibido solicitudes para instalar nuevas plantas que, de ponerse todas en marcha, servirían para multiplicar por siete la actual potencia fotovoltaica operativa en el país. Gobierno y comunidades autónomas tramitan proyectos con un potencia conjunta de más de 30.000 MW, según los últimas cifras que maneja la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) a las que ha tenido acceso El Independiente.
La cifra de proyectos en trámite fluctúa. Al tiempo que se suman nuevas solicitudes algunos de los planes se caen en los primeros compases del proyecto. Pero la cifra se ha instalado de manera estable en el entorno de esos 30.000 MW. En total, España se situaría cerca de los 35.000 MW de potencia fotovoltaica en los próximos años si todos los proyectos presentados fructificaran.
La inversión necesaria para poner en marcha un proyecto fotovoltaico es, según fuentes del sector, de una media de 850.000 euros por cada megavatio. Así que la construcción y puesta en funcionamiento de todas las plantas que se tramitan requeriría de una inversión estimada en unos 25.500 millones de euros.
El Gobierno central, que debe dar permiso a las plantas de más de 50 MW de potencia, tramita menos de un 30% del total de proyectos, mientras que las consejerías del ramo de las CCAA con las que acumulan el grueso de los nuevos parques que se planean.
La magnitud de los proyectos que se tramita va mucho más allá de las adjudicaciones de las subastas de renovables organizadas por el Gobierno en los últimos dos años. En la primera de ellas la fotovoltaica no se llevó nada, en la segunda sólo 1 MW (frente a los casi 3.000 MW de la eólica), y fue en la tercera cuando la fotovoltaica se impuso y las empresas se adjudicaron proyectos por 3.900 MW solares (la eólica se hizo con algo más de 1.100 MW en esta puja).
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