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Thomas Cook sufre el frenazo del turismo en España y se desploma en bolsa

Las acciones de la compañía se hunden más de un 20% tras anunciar un recorte de sus beneficios y advertir de un débil invierno en Canarias

Avión de Thomas Cook sobrevolando la isla de Lanzarote. | Flickr/ Andy Mitchell

La pérdida de pujanza del turismo español empieza a pasar una onerosa factura a las empresas del sector. Si en el mercado español, las compañías más ligadas a esta industria, como las hoteleras o el gestor de aeropuertos, Aena, han sufrido un ostensible revés en los últimos meses, lejos de las fronteras nacionales también hay firmas que sufren el impacto en sus cuentas de una desaceleración que ha pillado a muchos actores con el pie cambiado.

Thomas Cook, grupo líder en el mercado británico en la organización de viajes, ha anunciado este martes un recorte de sus estimaciones de beneficios para 2018, el segundo en solo dos meses, confirmando que el presente está siendo "un año decepcionante". Una decepción que se ha trasladado con estrépito al entorno de los mercados financieros, donde las acciones de la compañía han experimentado recortes de hasta el 30%, situándose en sus niveles más bajos desde 2012.

Las cálidas temperaturas del norte de Europa han restado atractivo a los viajes hacia España

El nuevo tajo a las expectativas de Thomas Cook está directamente relacionado con la situación del turismo en España. El grupo ha subrayado que la desaceleración de las reservas en el mercado británico con destino en España ha golpeado a su negocio, agudizando, además, la necesidad de realizar ofertas y descuentos en un mercado que ya es de por sí muy competitivo. La firma considera que uno de los factores que ha desalentado el interés de los turistas por viajar hacia el mercado español ha sido el cálido verano y las templadas temperaturas de los últimos meses en el norte de Europa, que han restado atractivo a los destinos sureños.

En este sentido, uno de los mercados que más se está resintiendo es el de las Islas Canarias, al que los responsables de Thomas Cook achacan la débil evolución de las reservas para la nueva temporada invernal, en la que el archipiélago atlántico es uno de los mercados clave para la compañía. Según observan en el touroperador, las peores perspectivas para el turismo británico en Canarias no deben achacarse al efecto económico del Brexit, ya que otros mercados sí están experimentando una evolución positiva. "La demanda es fuerte para Turquía, Egipto y Túnez, ya que los clientes buscan alternativas a los altos precios de los hoteles en Canarias", ha indicado la firma.

Peor que sus competidores

Con todo esto sobre la mesa, Thomas Cook ha anunciado que su beneficio operativo en el último año fiscal -finalizado el pasado 30 de septiembre- se situó en torno a los 250 millones de libras (282 millones de euros), lo que representa un recorte de 58 millones de libras respecto al ejercicio anterior y hasta 30 millones por debajo de lo anticipado previamente. Esto sumado al incremento de la deuda ha llevado a la compañía turística a recortar el pago de dividendo correspondiente a 2018.

La caída del negocio ha obligado a la compañía a decidir la suspensión de su dividendo para 2018

Esta nueva debacle no hace sino prolongar los problemas del touroperador en los últimos meses, que se han traducido en un hundimiento cercano al 75% de su valoración bursátil desde el pasado mayo. "Debemos aprender las lecciones de 2018", ha afirmado el director ejecutivo de la compañía, Peter Fankhauser.

Muchos de los problemas que ha sufrido este ejercicio Thomas Cook no son exclusivos de la firma británica, sino que han sido compartidos por algunos de sus principales rivales, como la alemana Tui o la también británica On the Beach. Sin embargo, mientras que estos han recibido un impacto más mitigado del empeoramiento de la actividad turística -favorecido también por la ralentización del crecimiento económico internacional-, que se ha traducido en ambos casos en descensos en bolsa desde mayo en el entorno del 35%, para Thomas Cook el golpe ha sido mucho más severo, dada su mayor exposición al mercado español y su política de precios, que le fuerza a trabajar con unos márgenes más estrechos, que se ven especialmente presionados en el entorno actual.

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