España presenta una de las peores tasas de escolarización en formación profesional (FP) del bloque de países de la OCDE, con tan solo un 12% de matriculados respecto a otros tipos de preparación. Y estas cifras no sorprenden por la imagen casi siempre negativa que históricamente ha trasmitido la cualificación media, casi siempre relegada a la salida de aquellos que no podían optar a un futuro en la universidad por disponer de peores notas.
Sin embargo, esta visión hace tiempo que dejó de ser una realidad. La formación profesional se erige como una opción igual o incluso más válida que los estudios universitarios por la amplia diversidad profesional que ofrecen y por la mejora sustancial en la formación que reciben los alumnos, combinando conocimientos teóricos y prácticos de forma simultánea.
Y las cifras lo respaldan. Las previsiones más cortoplacistas especulan que para 2020 la mitad de los trabajos que se crearán en el bloque comunitario irán dirigidos a personas con estudios de FP. Es más, en el futuro ese porcentaje se incrementará hasta el 65% solo en nuestro país, mientras que el 35% restante irá dirigido a demandantes con alta formación (FP de grado superior o licenciados), de acuerdo con el informe Skills Forecast de Cedefop y Eurofound, agencias de la Unión Europea. Y es que cada vez se observa más la tendencia de que el mercado laboral del futuro no está reservado para aquellos que tienen más conocimientos, sino para los que el demandante dispone de más experiencia y habilidad para desarrollar funciones cada vez más transversales.
En nuestro país existe una oferta de 162 títulos de formación profesional pertenecientes a 126 familias profesionales. En el curso 2017/2018, los matriculados en este nivel de enseñanza ascendieron a 824.000, un 71% más que hace 10 años. Sin embargo, no es suficiente: faltan 150.000 plazas para que España pueda equipararse en este sentido a países líderes en formación profesional, como Alemania, Holanda o Suiza. De hecho, los empresarios alertan de la necesidad de estudiantes de FP para hacer frente a los desafíos que traerá consigo el futuro mercado de trabajo.
El Grado Medio en Gestión Administrativa continúa siendo el ciclo con más salidas profesionales: solo en 2017 se registraron 210.172 ofertas en puestos que exigían esta formación en particular. A los administrativos les siguen los ciclos medios de Cuidados Auxiliares de Enfermería (147.247 ofertas); y el de Instalaciones Eléctricas y Automáticas (56.568), unos cursos que coinciden entre los más demandados por el alumnado español además del Grado Medio de Cocina y Gastronomía o el de Electromecánica de Vehículos Automóviles.
Los puestos de trabajo más demandados por las empresas españolas a los que se puede acceder con una preparación de rango medio fueron los de comercial (3,93%); técnico de mantenimiento (3,40%); y programador (2,83%), según datos de Adecco.
La tecnología, un impulso para las FP
El escenario de trabajo que se plantea en los próximos años está completamente relacionado con la digitalización, y profesiones emergentes hasta hace una década desconocidas serán clave en el mercado de trabajo y ocuparán los primeros puestos en el ránking de empleabilidad en el futuro.
Se trata de un escenario positivo para los perfiles de rango medio que podrán acceder cada vez a un mayor número de ofertas con tan solo un grado medio. Así, Ceac calcula que en dos años, las áreas de tecnología y de producción se encuadrarán entre los sectores que generarán más empleos para FP, y que se unirán a la sanidad, la industria o la hostelería. Profesiones como las de programador, desarrollador de big data, y técnico de redes o de soporte serán algunas de las profesiones con más salidas laborales a las que se podrá optar de manera más rápida y, en ocasiones, eficaz que estudiando una carrera universitaria.
Por ello, desde el centro de formación profesional aseguran que cursos como el de Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma; Desarrollo de Aplicaciones Web; o Sistemas Microinformáticos y Redes ya presentan "buenas perspectivas de crecimiento" dado que "las empresas cada vez invierten más en estas áreas de negocio" y se necesitan "más profesionales especializados en nuevas tecnologías".
Pero no sólo crecerán los empleos vinculados al ámbito tecnológico, sino también irán en aumento aquellos relacionados con profesiones menos cualificadas y cada vez más demandadas. Un ejemplo claro son los puestos relacionados en el sector servicios, y más concretamente con el turismo. Destacan, por ejemplo, los camareros de pisos como un oficio creciente en el que cada vez más empresas valoran una titulación en un grado medio para acceder a la demanda. También continuarán en aumento las ofertas clásicas como la de técnico de mantenimiento o técnico de alimentación.
Además, cada vez es más frecuente encontrar ofertas de trabajo procedentes de ramas tradicionales pero dirigidas a un público con una formación media, como analistas financieros, especialistas de marketing, investigadores e, incluso, abogados.
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