Endesa activa formalmente el proceso para cerrar sus dos mayores centrales de carbón. La compañía ha presentado este martes al Ministerio para la Transición Ecológico la solicitud oficial para cierre de sus plantas de Andorra (Teruel) y Compostilla (León), que son sus dos centrales que usan carbón nacional y en las que no ha ejecutado las inversiones necesarias para cumplir con los nuevos requisitos medioambientales de la UE por la imposibilidad de rentabilizarlos.
Un cierre que se producirá en junio de 2020, que es cuando la Unión Europea exige dejar de funcionar a las centrales que no hayan ejecutado las inversiones de desnitrificación y desulfurización para acatar las nuevas exigencias de emisiones. Un cierre que se daba por hecho desde hace tres años y que la propia eléctrica confirmó el mes pasado con la presentación de la actualización de su plan estratégico hasta 2021.
Durante esa semana, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha venido advirtiendo de que las eléctricas no podrán echar el cierre a sus centrales si no presentan planes económicos que den alternativas a las zonas en que están ubicadas. Endesa subraya que ha presentado de “manera voluntaria” planes de futuro para promover actividades económicas y para generar empleo en las zonas de ambas centrales, y se muestra abierta a incluir nuevas iniciativas que le propongan las administraciones.
En este sentido, Endesa ha prometido inversiones de más de 1.000 millones de euros para construir proyectos renovables en ambas ubicaciones. Según ha detallado la eléctrica, sus planes pasan por invertir 800 millones de euros en plantas fotovoltaicas con una potencia de hasta 1.000 megavatios (MW) en la zona de la central de Andorra y por destinar otros 240 millones en proyectos fotovoltaicos pendientes de recibir autorización oficial en los alrededores de Ponferrada.
Nuevos proyectos de renovables que se suman alos que la compañía ya tenía previsto desarrollar en las regiones en que se ubican estas dos centrales de carbón y que suman 513 MW eólicas con una inversión de 500 millones de euros en Aragón y 20 MW eólicos con una inversión de más de 20 millones en Castilla y León.
En paralelo, Endesa compromete el mantenimiento de los empleos directos de las dos centrales, 166 en Compostilla y 153 en Andorra, mediante la oferta a los trabajadores de recolocación en otras plantas eléctricas de Endesa o en otras funciones en las provincias. La compañía también pretende priorizar a sus actuales empresas auxiliares para incorporarlas a los trabajos de cierre y desmantelamiento de ambas plantas.
Endesa cerrará Compostilla y Andorra, pero pretende mantener sus otras dos centrales de carbón españolas en marcha. La eléctrica sí que ya ha ejecutado las inversiones necesarias para la desnitrificación y desulfurización de la plantas de Litoral (Almería) y ha iniciado los trabajos en la de As Pontes (A Coruña). De hecho, según las previsiones internas del grupo a las que ha tenido acceso El Independiente, la compañía contempla alargar la vida de ambas centrales térmicas hasta 2035 para poder amortizar las nuevas inversiones realizadas.
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