El grupo de distribución Dia ha dado de plazo hasta mañana para recibir las primeras ofertas indicativas para la venta de Max Descuento, su negocio de cash & carry. Tal como adelantó El Independiente, la compañía dio en julio los primeros pasos para la venta de esta línea de negocio, en pleno desplome de su acción. Las turbulencias en la cúpula dilataron la concesión del mandato para coordinar la venta, que finalmente fue otorgado a PWC. La consultora, en menos de tres semanas, ha puesto en marcha un proceso que espera concluir en el primer trimestre de 2019.
Cadenas regionales de supermercados como Unide, Colvalco, Alimerca, Gadisa, Condisa y Miquel Alimentación, entre otras, así como grupos internacionales como el alemán Makro figuran entre los que podrían remitir ofertas por algunos de los activos de Max Descuento. Algún operador extranjero sin presencia en España también ha manifestado apetito.
Aunque el escenario ideal sería la venta del paquete completo, fuentes conocedoras dan más opciones de éxito a la venta de diversos lotes para maximizar los ingresos procedentes de la operación. Banqueros de inversión especializados en el sector de la distribución señalan que la operación podría cerrarse a múltiplos de entre 0,4 y 0,5 veces la facturación del negocio. Teniendo en cuenta que el perímetro de ventas se sitúa en 80 millones de euros, el grupo que lidera Antonio Coto podría ingresar entre 32 y 40 millones de euros.
"El sector del cash & carry está especialmente atomizado -con una cuota en España del 2% es uno de los grandes operadores de Europa- y todo lo que se pone en venta encuentra salida. En el sector hay importante apetito por consolidar y cerca de una decena de operadores podrían pujar por los activos", señalan fuentes del mercado.
Max Descuento, en cifras
La línea cash & carry de Dia, especializada en el servicio a profesionales y autónomos de la hostelería y el pequeño comercio, registra una facturación anual de 80 millones de euros. Cuenta con 34 establecimientos en Andalucía, Aragón, Asturias, Castilla y León, Extremadura, Murcia y Comunidad Valenciana con más de 35.000 metros cuadrados totales de superficie de ventas y una plantilla que alcanza los 250 profesionales.
Durante 2016, Dia comenzó una remodelación de todos sus establecimientos de esta enseña para hacerlos más modernos y luminosos, y amplió el surtido de referencias hasta superar las 4.500.
Esta primera desinversión forma parte del nuevo plan de negocio que quiere poner en marcha el tercer mayor operador de supermercados en España, con una cuota de mercado del 7,5%. Se espera que próximamente Dia mueva ficha para vender o reestructurar Clarel, su negocio de droguería. Los analistas de Alantra, estiman que la compañía podría captar alrededor de 250 millones de euros con la venta de ambos negocios.
Dia reconoció la pasada semana, en un hecho relevante notificado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que estas desinversiones se incluyen en el plan presentado a sus acreedores, en plena negociación para la refinanciación de su deuda. Este proceso incluiría, asimismo, una ampliación de capital por valor de 600 millones de euros.
La compañía dirigida por Antonio Coto buscaría con estas medidas aliviar su compleja situación financiera, con una elevada deuda a corto plazo y sin fondos suficientes con los que hacerle frente. Esta crítica coyuntura ha provocado que las distintas agencias de rating hayan alertado en las últimas semanas de los elevados riesgos que rodean a la compañía.
En este contexto, en los últimos días ha quedado patente la división existente entre la dirección del Grupo Dia y su principal accionista, LetterOne -el brazo inversor del magnate ruso Mikhail Fridman-, que controla un 29% del capital. Tras la salida del consejo de todos los miembros que le representaban, Fridman ha remitido a la compañía una carta en la que muestra su oposición a los planes de salvamento de la compañía y manifiesta su desconfianza sobre la capacidad de los gestores de Dia para sacar adelante la empresa.
El negocio de Dia en España se ha visto en los últimos trimestres golpeado por la conjunción de la caída de sus márgenes -motivada por la fuerte competencia en precios impulsada por compañías como Mercadona-; la pérdida de cuota de mercado, ante la mayor pujanza de rivales como la propia Mercadona o Lidl; y el incremento de su deuda, en medio de un profundo plan de modernización de sus tiendas para adaptarlas a las nuevas demandas de consumo. Además, su negocio internacional, en Argentina y Brasil, se ha visto fuertemente penalizado por la depreciación de las monedas locales.
Este complejo escenario se ha traducido en el mercado en un desplome histórico de las acciones de la compañía, que han ido pulverizando uno tras otro sus peores registros. Este miércoles, la cotización de Dia experimentó un nuevo recorte del 1,88% hasta situarse en un nuevo mínimo histórico, en 0,40 euros. Tras acumular un descalabro del 90% desde el inicio del año, la valoración de la compañía se ha minimizado hasta los 250 millones.
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