Desde hace varios meses se han intensificado los augurios negativos sobre la economía española, al igual que sobre la mundial. La desaceleración, tras años de sólidos crecimientos, por encima del 3%, es ya una realidad asumida por todos, y quienes miran más allá advierten del riesgo de un frenazo brusco que sitúe al país a las puertas de una nueva crisis.
Lo cierto es que este escenario no está presente en las proyecciones de casi ninguna firma de análisis. Pero en un contexto en el que algunos de los principales sustentos del crecimiento reciente -el respaldo del BCE, la pujanza del turismo o los bajos precios de la energía- están más en entredicho que nunca, cualquier nueva incertidumbre sobre la economía nacional puede convertirse en un peligro considerable.
Todo estas cuestiones están presentes en la advertencia que Bolsas y Mercados Españoles (BME) ha lanzado este jueves contra los planes del Gobierno Pedro Sánchez de aplicar una tasa a las transacciones financieras. Una medida, que, según ha denunciado el presidente del operador de la Bolsa española, Antonio Zoido, puede acarrear graves consecuencias a la economía española. "Este impuesto, de implantare, es una clara actuación contradictoria con el respaldo político al proyecto y la idea de la Unión de los Mercados de Capitales, fundamental, en estos momentos, en el desarrollo de la Unión Europea", ha señalado tras hacer balance del año en los mercados financieros españoles.
BME considera que la medida pondría en riesgo la financiación de las empresas españolas al elevar los costes del capital
Desde BME se apoyan en diversos estudios elaborados por diferentes instituciones para resaltar que el impuesto a las transacciones financieras (ITF) supondría un golpe al ahorro de las familias, pondría el riesgo el fortalecimiento del modelo de financiación de las empresas en España y pondría en peligro una parte importante de la actividad de la intermediación de valores en España.
"La propuesta de ITF presentada es claramente contraria a postulados que, a día de hoy, son considerados esenciales para el impulso de diversificación de las fuentes de financiación empresarial, el abaratamiento de las mismas, el crecimiento del tamaño empresarial, el papel esencial de la libre asignación de capitales en los procesos de inversión y el régimen de equidad, competencia, transparencia y protección del inversor, que son los principios básicos del funcionamiento de los mercados regulados", se apunta en el Informe de Mercado de BME.
Entre otras cuestiones, el operador del mercado denuncia que los planes del gobierno de gravar a las acciones españolas "establece un claro desincentivo de los capitales internacionales a contar con ellas en sus carteras". Este asunto resulta de vital importancia, ya que casi la mitad de las acciones españolas están en manos de inversores extranjeros, que, además, son responsables del 80% de las transacciones con ellas.
"En un entorno tan abierto de competencia por captar inversión internacional, señalar a un grupo de activos tan relevantes para el futuro de nuestra economía como son las principales multinacionales españolas con una carga impositiva extraordinaria sería no sólo desacertado sino preocupante", señala el equipo de análisis de BME, que resalta que esta sensación ya se ha extendido entre los inversores, "a jugar por la evolución de la prima de riesgo y las cotizaciones desde el momento en que se dieron a conocer las orientaciones fiscales del nuevo gobierno".
La compañía subraya la dificultad para aplicar correctamente esta tasa a los inversores extranjeros, que podrían eludirla
El hólding bursátil también llama la atención sobre la probabilidad de que el impuesto -que pretende gravar en un 0,2% las transacciones sobre acciones de empresas españolas que capitalicen más de 1.000 millones de euros- acabe suponiendo un aumento de los costes soportados por los pequeños inversores, desincentivando su participación en los mercados y, por ende, el ahorro de las familias. Asimismo, advierten del riesgo de que los capitales extranjeros eludan el pago de este "impuesto discriminatorio" y la probabilidad de que la recaudación defraude todas las expectativas, ya que provocará una reducción de la negociación.
Por todas estas cuestiones, BME subraya que el ITF es "una idea oportunista y desafortunada que debería rechazarse". El operador de los mercados apunta que el Gobierno, impulsado por "la necesidad de aumentar los ingresos públicos y enarbolar banderas de mayor justicia social" está planteando una medida "más efectista que efectiva" (como ya se habría demostrado en los países en los que se han implementado medidas similares) que "atenta contra la lógica del mercado único europeo".
"El tipo de impuesto a las transacciones financieras que se propone generará huida de capitales, inequidad y mayor coste de financiación en los mercados de capitales españoles a cambio de una promesa recaudatoria de efecto final neto probablemente negativo para los intereses de la economía y la Hacienda españolas", sentencia.
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