Economía

Las eléctricas ganan fuerza en el Ibex ante el declive de la banca

La persistente debilidad del sector financiero ha permitido a las eléctricas elevar su relevancia en la bolsa española en los últimos años

Cotización del Ibex en los paneles del interior de la Bolsa de Madrid. | EFE

Bolsa española y banca siempre han tenido una relación muy estrecha. La predominancia en el parqué nacional de grandes entidades financieras ha hecho del estado de éstas un condicionante definitorio de la situación del mercado. Si los bancos van mal, el Ibex va mal.

Esta realidad se ha visto confirmada en el recién finalizado 2018. El mal desempeño bursátil de las entidades financieras ha tenido como resultado el peor año del Ibex en ocho ejercicios, con una caída del 15%.

La razón de esta simetría no esconde ningún misterio desde hace ya varios lustros los bancos que forman parte del principal índice de la bolsa española representan una cuota muy importante del total del índice. A inicios de 2019, son seis las entidades que forman parte del Ibex: Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Bankia. Entre todos ellos, alcanzan una ponderación -medida por la relación entre su valor y el porcentaje del capital que se negocia libremente en bolsa- ligeramente inferior al 30% (según datos referidos al cierre de la primera sesión del año, facilitados por BME).

El peso del sector bancario en el Ibex ha caído casi 5 puntos en un año y es inferior al 30%

Esta cifra, que representa un peso nada desdeñable del sector financiero español en bolsa -muy superior a la media de los principales índices europeos-, oculta, no obstante, una progresiva pérdida de relevancia que se ha hecho especialmente notoria en el último ejercicio, a raíz de las fuertes caídas acumuladas. Solo en el último año, los bancos han perdido casi 5 puntos de ponderación en el Ibex.

En cualquier caso, 2018 solo ha sido uno entre los muchos años negativos que arrastra el sector financiero español en los últimos tiempos.

Son muchas las razones que se pueden aducir para explicar el mal tono de la banca, aunque la clave ha de buscarse, en buena medida, en la escasa rentabilidad de un negocio muy golpeado por años de tipos bajos mínimos y las escasas perspectivas de que esa situación varíe en un horizonte cercano. Y esto se suman los problemas acumulados por los grandes bancos en sus apuestas internacionales.

Así, un sector que llegó a representar casi el 40% del Ibex en los momentos previos a la crisis financiera, ha visto menguar su relevancia en el índice -lo que también puede entenderse como una pérdida de fuerza en el tejido empresarial nacional- a pesar del proceso de concentración que ha vivido el sector en los últimos años (sin ir más lejos, el año pasado Bankia integró BMN) o las continuas ampliaciones de capital ejecutadas por casi la totalidad de las entidades en los últimos años.

El contrapunto a la situación de la banca lo pone, por su parte, el sector eléctrico. Las cinco grandes compañías del sector (Iberdrola, Gas Natural, Red Eléctrica, Endesa y Enagás) alcanzaban al cierre de la sesión del pasado 2 de enero una ponderación conjunta del 18,71%. Un año antes, su peso en el Ibex apenas superaba el 14%.

Las compañías eléctricas se contaron en 2018 entre las escasas buenas noticias de la bolsa española. En un entorno de crecientes incertidumbres sobre la situación económica global, los inversores premiaron la estabilidad de un negocio en el que buena parte de los ingresos están asegurados, con independencia del ciclo económico.

Iberdrola se ha convertido en la segunda empresa más determinante del Ibex, por detrás de Santander

Sus atractivos dividendos han sido otro factor que ha animado a los inversores a apostar por unas compañías que, además, han sabido posicionarse para sacar rendimiento del esperado impulso de las energías renovables a nivel nacional.

En esta coyuntura, Iberdrola se ha convertido en la segunda empresa más importante del Ibex, con una ponderación superior al 10%, solo por detrás de Santander. En un año ha rebasado a Inditex (que aunque capitaliza más sólo pondera por el 60% de su valor, por el alto porcentaje del capital en manos de Amancio Ortega), BBVA y Telefónica. Y también Naturgy se ha hecho un lugar entre los diez valores más relevantes en el marchamo del índice bursátil, con un peso por encima del 3%.

La importancia del sector energético en la bolsa española se acerca aún más al de la banca si se toman en consideración otras cotizadas con intereses en el negocio que también han visto crecer su peso en el Ibex en el último ejercicio. Así, si a las cinco grandes eléctricas se añaden Repsol, Siemens Gamesa y Acciona se alcanza más del 25% del índice, poniendo en clara amenaza el dominio bancario.

Un mercado más diversificado

Estos movimientos, amén de reflejar tendencias de cierto calado en el entramado empresarial español revisten cierta importancia también para el conjunto del mercado bursátil nacional, ya que contribuyen a aumentar su diversificación. No puede obviarse que si el Ibex ha sido uno de los grandes índices mundiales más decepcionantes en la última década, gran parte de la responsabilidad cabe achacársela a su fuerte dependencia de un sector bancario que ha cosechado malos resultados por toda Europa, con escasas excepciones.

Resulta complicado aún atisbar un momento en el que el buen o mal tono de la banca no resulte decisivo para juzgar la situación de la bolsa española. Pero al menos el auge del sector eléctrico perfila un escenario en el que las desdichas del uno puedan verse compensadas en buena medida por los éxitos del otro.

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