Pocas dudas caben de que el contexto económico para 2019 se presenta muy diferente al de años anteriores. La desaceleración de la economía, tras años de crecimientos extraordinarios, y el fin de las políticas de estímulo por parte del Banco Central Europeo (BCE) configuran un escenario de partida menos favorable para las arcas públicas.
Este giro se hace notar en los presupuestos diseñados por el Ejecutivo que dirige Pedro Sánchez, entre otras cosas, en el capítulo dedicado al pago de los intereses de la deuda. Esta partida ha sido una de las que ha deparado mejores noticias en los últimos años. Favorecida por la mejora económica y las masivas compras de deuda ejecutadas por el BCE, el Gobierno ha podido reducir el importe destinado a satisfacer a los acreedores de España de manera muy significativa, liberando recursos para otras partidas.
Así, si en 2013 el Ejecutivo por entonces presidido por Mariano Rajoy pautaba un gasto de 38.589 millones de euros para abonar los intereses de la deuda, en 2018 esta cantidad se había reducido un 18%, hasta los 31.547 millones de euros, a pesar del fuerte incremento experimentado por la deuda pública en los últimas años. Pero el potencial de mejora en este ámbito podría haberse ya agotado.
Los costes de las nuevas emisiones durante 2018 se elevaron hasta el 0,65%, frente al 0,62% del año anterior
Eso, al menos, es lo que se desprende de las cuentas diseñadas por el Gobierno de Pedro Sánchez en las que se presupuestan un gasto en intereses de la deuda en 2019 de 31.398 millones de euros, apenas un 0,5% menos que una año antes. "La normalización de la política monetaria por parte del BCE puede provocar un ligero aumento de los costes de las nuevas emisiones, sobre todo en los plazos más cortos. Sin embargo, el impacto sobre la carga financiera del Estado será muy limitado", reconoce el documento publicado este lunes por el Ministerio de Hacienda, que destaca que el peso de los intereses de la deuda sobre el PIB sigue descendiendo, hasta situarse en el 2,5%.
El cambio en la coyuntura de la deuda ya se ha manifestado en el repunte del coste de la deuda emitida por el Tesoro en el último año. Según los datos del Tesoro Público, las letras y bonos vendidas durante 2018 tuvieron un tipo de interés medio del 0,65%, frente al 0,62% del año anterior. Se trata del segundo año consecutivo que esta cifra repunta, después de cinco años seguidos de descenso. En cualquier caso, el coste medio del total de la deuda pública ha seguido descendiendo, dado que los costes actuales son inferiores a los de la mayor parte de la deuda que llegó a su vencimiento en 2018.
En este contexto, el Tesoro Público prevé alcanzar en 2019 una emisión bruta de alrededor de 209.525 millones de euros, un 1,6 por ciento menos que en el ejercicio precedente. El endeudamiento neto durante el ejercicio rondará los 35.000 millones de euros. La institución pretende mantener la vida media de la deuda pública en circulación entre los 7,4 y 7,8 años.
Este escenario sería compatible, según las cuentas del Ejecutivo, con una continuación en la dinámica de reducción del endeudamiento de las Administraciones Públicas. Se prevé que esta ratio finalice el ejercicio en el 95,4%, frente al 96,9% en que se estima que habría finalizado este año.
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