El Gobierno espera que la Seguridad Social cierre 2019 con un déficit de 18.640 millones de euros, el equivalente al 1,4% del PIB. Cifra arriba o abajo, se trata del mismo nivel que el consignado en los Presupuestos de 2018, pese a que el Gobierno prevé incrementar en más de un 6% el gasto en pensiones para este año.
El Ejecutivo confía, por tanto, en que a lo largo de 2019 sea el Pacto de Toledo y los agentes sociales los que acuerden qué medidas tomar para reducir ese desequilibrio o, en palabras de la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, que encuentren soluciones para redireccionar el camino "transatlántico" hasta el superávit en un plazo de tres o cuatro años.
Mientras tanto, el Gobierno se ha limitado en los Presupuestos para este año a apuntalar lo que considera un logro: que el déficit permanezca en su sitio mientras que amplía la cobertura a los pensionistas, y todo ello gracias a un incremento de las cotizaciones sociales de más de 8.600 millones de euros, un 7,5% más.
Más empleo y más cotización
La ministra de Trabajo, Magdalena Álvarez, ha afirmado en rueda de prensa para presentar los presupuestos de su departamento que “hay un repunte importante hacia arriba de los ingresos por cotizaciones porque, según las previsiones, va a haber más cotizaciones de empresas y ocupados, y más empleo y mayor crecimiento de las bases de cotización, así como un incremento de la remuneración media de las personas”.
El problema es que casi la mitad de ese repunte se explica por medidas económicas que no tienen que ver con el ciclo económico. Por ejemplo, la subida de las bases mínimas de cotización del 22,3%, en línea con el incremento del salario mínimo (SMI) hasta los 900 euros al mes, permitirá recaudar más de 1.400 millones de euros; la subida de las bases máximas en un 7% reportará unos 800 millones más; y la cotización que realizará el Estado por los cuidadores no profesionales incrementará las cotizaciones en algo más de 300 millones. Todo ello a sumar el efecto de la subida de los salarios públicos en un mínimo del 2,25% o de las bases mínimas de cotización de los autónomos en un 1,25%.
El resto del aumento de las cotizaciones se fía, sobre todo, al empleo y a los salarios. Sin embargo, el cuadro macroeconómico con el que el Gobierno ha elaborado sus presupuestos contempla un avance del empleo del 1,8%, frente al 2,5% de 2018.
Subir salarios tras el golpe fiscal a las empresas
Es por eso que el Gobierno ha iniciado un velado movimiento de presión para que las empresas den el do de pecho en la negociación de los convenios colectivos durante el año 2019 y asuman subidas salariales que puedan, cuanto menos, hacer cumplir las cifras récord de ingresos por cotizaciones sociales consignadas en el Presupuesto para este año.
El problema es que esta petición llega después de que el Gobierno haya hecho recaer gran parte de la factura fiscal para elevar los ingresos tributarios en 20.000 millones euros sobre los balances de las empresas, y de que, precisamente, haya implementado esa batería de medidas que elevan significativamente las cuotas que pagan a la Seguridad Social.
Entre tanto, hay indicadores que se han conocido en los últimos días, como la confianza de los empresarios, que arrojan un escenario algo más pesimista en términos de empleo que los últimos meses de 2018. El Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejaba este miércoles un descenso de este indicador tras dos años al alza, y la Agencia Tributaria avanzaba este jueves una desaceleración del empleo y los salarios entre las grandes empresas -las que facturan más de seis millones de euros-.
Con todo, el Gobierno estima que, entre las subidas salariales de los funcionarios y los cambios en la estructura de cuotas, las bases medias de cotización subirán alrededor de un 3% este año. Si se tiene en cuenta que este dígito suele coincidir con el aumento de los salarios, para los que el Gobierno no hace previsiones, el Ejecutivo estaría valorando una subida salarial media para este año de un 3% también.
En ese sentido, Valerio ha indicado que tiene “bastante esperanza en que funcione” el Acuerdo Interconfederal para el Empleo y la Negociación Colectica (AENC) firmado por las patronales CEOE-Cepyme y los sindicatos CCOO y UGT, que prevé un incremento salarial de un 2% para este año más un 1% variable en función de la productividad. También ha confiado en que empresas y sindicatos lleven a buen término el compromiso para que el salario mínimo por convenio alcance los 1.000 euros mensuales en 2020. “Tenemos bastante confianza en que esto funciona bien”, ha concluido la ministra de Trabajo.
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