Andrea Orcel está triste. No ocupará el cargo de consejero delegado de Santander. Y sus planes de futuro se han hecho añicos. El que fuera uno de los banqueros de máxima confianza de Emilio Botín pensaba incorporase en abril como 'número dos' de Ana Botín. Pero la disputa entre el banco español y UBS sobre a qué entidad correspondía el pago de los 54 millones de euros de bonus diferido que el banquero tenía pendiente de cobrar ha frenado su fichaje.
Así, del mismo modo que el 25 de septiembre Santander anunció por sorpresa el nombramiento de Orcel, el 15 de enero, también por sorpresa, se encomendó al donde dije digo. Y, ante la mirada atónita del sector financiero, anunció que Orcel se quedaría en su jardín. O en su garden. El prominente banquero, célebre por ganar bonus de hasta 25 millones en los albores de la crisis, estaba en pleno garden leave -periodo de transición entre empleos en el que los ejecutivos no pueden trabajar- de seis meses, a la espera de estrenar despacho en la Ciudad Financiera de Santander.
El consejo de Santander anunció en septiembre de 2018 el nombramiento de Orcel. Acordó entonces que su futura retribución anual estaría en línea con la de José Antonio Álvarez. Sin embargo, tal como explicó el martes en un comunicado oficial, "en aquel momento no era posible anticipar el coste final de abonar las retribuciones diferidas que se le habían asignado en su puesto anterior y que habría perdido al abandonarlo".
En una maniobra por parte de Santander que ha dejado al sector financiero ojiplático, el ex co-consejero delegado de la división de banca de inversión de UBS está desolado, aseguran fuentes de su entorno. "Ha sido como un jarro de agua fría", ha comentado el propio Orcel a algunas de sus personas de confianza.
Evidentemente, el dinero no es un problema, pero el italiano había mostrado ilusión por diseñar el nuevo plan estratégico del grupo y ponerse al frente de uno de los mayores bancos del mundo. No en vano, ha sido uno de los artífices del crecimiento de Santander, formando parte de todas las grandes operaciones como asesor de Emilio Botín.
Orcel sabía desde finales de año que su pomposo nombramiento se había quedado en el anuncio. Según publica Financial Times, el directivo, convocado por Ana Botín, se reunió en Madrid con la cúpula en diciembre y se le comunicó la noticia. UBS se negaba a pagar su retribución variable en acciones con el argumento de que Santander era un competidor global. Las dotes de convicción de la presidenta no bastaron para hacer ceder a Axel Weber, presidente del mayor banco de Suiza. Y Santander no estaba dispuesto a firmar un cheque por los derechos adquiridos por Orcel durante los últimos años en UBS. Es "inaceptable", aseguró.
Entretanto, las discrepancias por el fiasco del fichaje han provocado la ruptura de ambas entidades. Según publicó este medio, la división de banca de inversión de Santander puso el grito en el cielo. Y, los comentario de “no vamos a volver a trabajar con los suizos” no tardaron en llegar. De este modo, UBS pierde a su mayor cliente en Europa y con éste unos ingresos que, en los mejores años, llegaron a superar los 100 millones de euros.
El ex directivo de UBS y durante unas semanas futuro CEO de Santander había declarado públicamente su ambición por alcanzar la cúpula de alguna entidad. Y, con 55 años, rozó su ambición. “Quiere el Sr. Orcel, el ejecutivo que más ganó de UBS en 2013 con un salario de 11,4 millones de francos suizos, dirigir su propio banco?”, se le preguntó en una entrevista en Financial Times. “Por supuesto que sí. Si pudiera ser CEO de cualquier gran banco en el mundo, UBS sería un buen sitio para empezar”, respondió al rotativo británico.
Trayectoria truncada
Orcel es uno de los banqueros de inversión más cotizados de la City, "el banquero de banqueros, el más carismático y simpático", señalan quienes lo han conocido. Pero la disputa entre su antigua casa y la que se iba a convertir en la nueva le ha dejado en una difícil posición que, al menos a corto plazo, trunca su carrera profesional.
Antes de dejar el mayor banco de Suiza, era co-consejero delegado de UBS Investment Bank. Se incorporó a UBS en julio de 2012 procedente de Bank of America, donde era presidente ejecutivo y director general de Mercados Emergentes (excluyendo Asia). Previamente, fue responsable de la división de Originación Global de Merrill Lynch.
Desde 2004, había sido responsable de Originación para EMEA y director general de Mercados Globales y Banca de Inversión. Antes de este puesto, en 2003, fue nombrado responsable global de la División de Instituciones Financieras y previamente, desde 1999, responsable para EMEA. Se incorporó a Merrill Lynch en 1992.
Entre 1990 y 1992, Andrea Orcel trabajó en Boston Consulting Group como consultor senior. En 1988, se incorporó a Goldman Sachs al área de Renta Fija.
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