El turismo ha sido el gran motor de la economía española. Lo fue durante lo peor de la crisis y lo ha sido sobre todo con la recuperación. Siempre en cabeza como primer gran sector de actividad y el empleo. Ese motor no se ha parado, pero frena. Tanto como para que el pasado fuera el primer año en una década en que el turismo creció menos que el conjunto de la economía española.
Tras cinco años de boom y de récords continuos, el sector siguió creciendo en 2018, pero menos. Según los datos de la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur), el PIB turístico creció el año pasado un 2% -frente a la previsión del 3,3% que manejaba a principios del ejercicio-, frente al 2,5% que se apuntó el PIB nacional.
Y este año la tendencia continuará. La estimación del lobby Exceltur, que agrupa a una veintena de las mayores compañías del sector español, contempla que el turismo crecerá un 1,7% en 2019, frente al 2,2% que se maneja actualmente como previsión para el PIB español en su conjunto.
Estancamiento en llegadas
La causa principal de esta ralentización es muy especialmente el frenazo de las llegadas de turistas extranjeros y de su consumo. Tras años de fortísimos incrementos, la cifra de viajeros internacionales se estancó y creció sólo un 0,9%, hasta un récord –sí aún hay récord- de 82,6 millones de visitantes, según adelantó esta semana la ministra de Industria, Reyes Maroto.
El frenazo es especialmente evidente en el caso de las llegadas de viajeros procedentes de Reino Unido y Alemania, principales países de origen de turistas que vienen a España y que concentran tradicionalmente en torno a un 40% del total de visitas. Los grandes grupos turísticos vinculan el descenso de ambos mercados con la recuperación de destinos rivales del Mediterráneo: entre Turquía, Egipto y Túnez han sumado 12,5 millones de turistas adicionales en un año.
El resultado, según subraya el lobby, es que España perdió el año pasado más de 21 millones de pernoctaciones en establecimientos en relación a 2017. Por el estancamiento de las llegadas, pero también por el descenso de la estancia media de los turistas, que pasó de 7,7 noches a 7,4 en un año. Un dato que se sitúa muy lejos de la media de 9,4 días de estancia que España registraba hace una década.
Más zozobra en 2019
Al frenazo de llegadas que ya se registró el año pasado y que continuará en próximos meses, este año se sumarán dos factores que explican que el PIB turístico vuelva a crecer por debajo del PIB nacional. Según Exceltur, la desaceleración económica global –que se dejará notar en mercados clave en la emisión de turistas a España- y la incertidumbre sobre los efectos del Brexit condicionarán la evolución del negocio turístico español.
“En 2019 se abre un nuevo ciclo y un nuevo escenario competitivo. Por ello, es necesario revisar estrategias y modelos de gestión turística de empresas y destinos españoles”, subraya José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur. “Hay que buscar menos récords y más turistas que dejan más dinero en destino”.
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