"La realidad duele". Éste es el elocuente titular del último informe de Santander sobre los bancos españoles. Los analistas del grupo que preside Ana Botín no vislumbran un panorama muy halagüeño para las entidades financieras durante los próximos dos años. Es más, han recortado sus estimaciones sobre el crecimiento de los beneficios, los ingresos y el crédito. Como consecuencia, han rebajado el precio objetivo de todos los bancos españoles.
El informe, al que ha tenido acceso El Independiente, subraya que ha recortado, de media, un 2% las estimaciones de beneficios para 2018, un 10% para 2019 y un 11% para 2020. El principal motivo que subyace tras este recorte es el nivel de ingresos -especialmente el margen de interés- dado que prevé un menor crecimiento del crédito, un subida de los tipos de interés más lenta de lo esperado y un entorno menos favorable para la financiación mayorista.
Concretamente, espera que los bancos del Ibex ganen 9.061 millones durante 2019, frente a 10.053 millones que auguraba antes de la última revisión.
Espera un menor crecimiento de los ingresos por la debilidad del margen de interés ante una subida de tipos más lenta de lo previsto
"Nuestra posición en torno al sector es menos positiva puesto que, aunque las valoraciones siguen siendo atractivas en general y la mayoría de los bancos cotiza por debajo de su valor tangible en libros, tenemos dificultades para identificar catalizadores positivos", señalan los analistas de Santander.
"El momentum de los beneficios está desapareciendo gradualmente y esperamos un 2019 en el que será difícil aumentar el resultado", añaden. Antes de revisar sus estimaciones, preveían un incremento de los ingresos del 3%, frente a la caída del 2% que pronostican ahora. En cuanto al beneficio antes de provisiones, su previsión pasa de un alza del 9% a una caída del 4%. Sobre el resultado neto, auguraban un crecimiento del 30% para los bancos domésticos y ahora sitúan la cifra en el 17%.
Santander también advierte sobre la presión regulatoria y los riesgos de litigio que afronta el sector. "Las declaraciones públicas realizadas por los supervisores españoles sugieren que la presión para elevar los niveles de capital se mantendrá y potencialmente podría provocar un menor crecimiento del dividendo", indican. Además, señalan que los conflictos judiciales en torno al índice IRPH (Índice de Referencia de Préstamos Hipotecarios) debería solventarse este año, lo que impactaría a la baja en el precio objetivo de las entidades.
Cree que la presión regulatoria para elevar capital y el coste de la litigiosidad puede afectar al dividendo
El informe de Santander se ha emitido justo antes de la publicación de resultados del cuarto trimestre, que arranca este jueves, como suele ser habitual, con Bankinter.
En opinión de los analistas, "no es probable que los resultados del cuarto trimestre vayan a ser particularmente alentadores o sirvan de catalizador positivo, dado el débil comportamiento de los ingresos para la mayor parte de los bancos y la escasa generación de capital".
Además, los expertos de Santander esperan que los directivos de las entidades se muestren cautos en torno a sus previsiones para 2019, siguiendo los pasos de CaixaBank, que ya auguró un leve crecimiento del 1% en el margen de interés de este año.
Jarro de agua fría sobre Bankia
Santander espera que Bankia, que presenta resultados el 28 de enero, anuncie unas pérdidas de en torno a 30 millones de euros en el último trimestre de 2018. Esta cifra recogería un cargo de 82 millones vinculado a la venta de activos improductivos y el pago al Fondo de Garantía de Depósitos -cargo anual que se realiza en este trimestre- de en torno a 150 millones.
En el conjunto de 2018, augura un beneficio neto de 712 millones, que alcanzaría los 1.514 millones antes de provisiones. Para 2019 y 2020, espera un resultado de 698 y 847 millones, respectivamente.
Además, el equipo de Santander pone en duda que Bankia cumpla su objetivo de alcanzar una rentabilidad sobre el capital (ROE) del 10% en 2020, puesto que el ritmo de la subida de tipos de interés podría ser más lento del esperado por la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri. Santander también ve "improbable" que logre un ROTE (retorno sobre el capital tangible) por encima del 7% en 2020, como espera el grupo nacionalizado.
Considera que el banco nacionalizado no cumplirá sus objetivos de rentabilidad ni de reparto de dividendo
Junto a ello, Santander sostiene que las presiones regulatorias pueden retrasar o reducir el compromiso adquirido por Bankia con sus accionistas respecto a repartir 2.500 millones entre 2018 y 2020. Y otro de los riesgos que identifica a la hora de invertir en el valor es un posible cambio en el equipo gestor.
Pese a que el escenario no es especialmente alentador, Santander ve factores positivos como una "una mayor rentabilidad por dividendo (se espera del 10% en 2020), la posibilidad de que se reinicie el proceso de privatización -vía operación corporativa o colocación de acciones, improbable a los precios actuales-, el anuncio de una reestructuración adicional o un anuncio de recompra de acciones".
Con estos ingrediente, los analistas recortan un 30% el precio objetivo de Bankia y lo sitúan en 3,10 euros por acción.
Rebaja el precio objetivo de CaixaBank y BBVA, pero mantiene la recomendación de compra sobre sus acciones
Santander también reduce el precio objetivo de BBVA, desde 7,90 a 7,10 euros, pero mantiene su recomendación de comprar el valor. Espera que en 2018 gane 5.255 millones en el mundo -de los que 1.327 millones procederían de España-, frente a los 4.872 millones que prevé para 2019 y 5.111 millones en 2020.
Anticipa que la situación macroeconómica y el efecto de la divisa en Turquía y Argentina seguirán lastrando los resultados en los últimos tres meses de 2018, como ya ocurrió en el trimestre anterior. Ello, según el informe, se reflejará en un incremento en las provisiones, que Santander cifra un 30% por encima de las realizadas en el trimestre anterior.
En cualquier caso, Santander apunta como nota positiva "el comportamiento estable de las regiones core -México, EEUU y, en menor medida, España-" que, en su opinión, protagonizarán un "comportamiento más sólido en términos de expansión de márgenes y crecimiento del crédito, en un entorno de mejora de la calidad de los activos".
Por su parte, CaixaBank es el valor favorito de Santander, pese a que también ha sufrido el tijeretazo en su precio objetivo desde 5,3 hasta 4,42 euros.
La firma destaca los niveles de rentabilidad del grupo catalán que, junto a Bankinter, alcanzará un 10% de ROTE en 2018, por encima del coste del capital. En 2020, Santander ve factible que la cifra aumente hasta 11,3%, en tanto en cuanto aumente sus beneficios a dos dígitos entre 2018 y 2020, un ritmo que sólo es capaz de lograr Liberbank.
Los analistas creen que CaixaBank cotiza barata. "Ofrece el mayor potencial de revalorización de toda la banca española, aunque no se refleja en el precio, que está por debajo de su valor tangible el libros", indican. "Creemos que el mercado está muy negativo con CaixaBank porque parece no creerse que sea capaz de mantener un ROTE del 10%", añaden.
Santander prevé que en 2018 el grupo que lidera Gonzalo Gortázar gane 1.991 millones de euros, y que en 2019 y 2020 eleve su beneficio hasta 2.119 millones y 2.516 millones, respectivamente.
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