La Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al cuatro trimestre del año tentaría a muchos gobiernos a hablar del final de la crisis. Las cifras de desempleo y ocupación están muy cerca de los registros de 2007, cuando el mercado de trabajo alcanzó su momento más dulce de las últimas décadas. Sin embargo, las perspectivas de una economía en plena desaceleración arrojan dudas sobre si será posible dar certificación del fin de la que empieza a llamarse década perdida ya en 2019.
De momento, el balance del año es positivo. El paro bajó en 462.400 personas el pasado año, un 12,3% menos que en 2017, lo que consuma el sexto año consecutivo de reducción del desempleo, aunque en esta ocasión a un ritmo inferior al de los últimos cuatro años.
Con esta nueva reducción, unida a un avance de la población activa en 2018, la tasa de paro (porcentaje de parados sobre el total de los activos) se situó al finalizar 2018 en el 14,45%, porcentaje 2,1 puntos inferior al de 2017 y su nivel más bajo en diez años, según los registros del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Por su parte, el número de ocupados aumentó en 2018 en 566.200 personas, casi un 3% respecto a 2017, lo que supone el quinto aumento anual consecutivo y el mayor avance desde 2006, cuando España generó cerca de 700.000 puestos de trabajo en solo 12 meses, informa Europa Press.
De resultas, 2018 cerró con 19.564.600 ocupados y con 3.304.300 parados, niveles ambos que retrotraen a finales del año 2008. No obstante, las cifras de ocupación aún no alcanzan los 20 millones de afiliados registrados en 2007, cuanto tocaron máximos al comienzo de la crisis.
Estos dígitos son el resultado de un nuevo descenso del paro en 21.700 personas en el último trimestre del pasado año, un 0,6% menos, y un incremento de la ocupación en 36.600 personas, un 0,2% más.
Pero crece más la temporalidad
Después de comprobar la bondad de los números gruesos, la EPA arroja otra realidad. Y es que, la temporalidad volvió a crecer más en 2018 que el empleo indefinido. Concretamente, el número de asalariados creció en 2018 en 531.000 personas (+3,3%), de los que 363.700 tenían contrato indefinido (+3,1%) y 167.300 eran asalariados temporales, un 3,9% más que en 2017. De este modo, la tasa de temporalidad cerró el ejercicio 2018 en el 26,86%, solo 57 centésimas menos.
La buena noticia es que, en los 12 últimos meses, el empleo a tiempo completo se ha incrementado en 476.800 personas y el empleo a tiempo parcial en 89.400.
Solo el sector público tira del empleo
Por otro lado, algunos de los datos que se dejan entre ver en la estadística podrían estar ofreciendo indicios de una ralentización del empleo. Es el caso del descenso de la ocupación en el sector privado durante el cuarto trimestre. Por que, mientras el dato agregado habla de 36.600 empleos más en ese periodo, es la cifra neta resultante de una creación de 43.400 puestos de trabajo en el sector público y un descenso de 6.900 personas ocupadas en el privado.
En años anteriores, el sector privado también ha perdido empleo, pero en cantidades apenas apreciables, o directamente se ha mantenido estable. En cambio, en los 12 últimos meses el empleo se ha incrementado en 430.000 personas en el sector privado y en 136.200 en el público.
Se consolida el modelo precrisis
Otra de las conclusiones que se extraen de los datos de empleo del pasado año es que España parece haber perdido la oportunidad de dar un vuelco a su modelo productivo, hacia actividades más orientadas a la industria.
La ocupación aumentó en el cuarto trimestre de 2018 en la agricultura (57.200 más) y en la construcción (39.800) y bajó en los servicios (–43.000) y en la industria (–17.400). Esto da la idea de un cierto relevo del 'ladrillo', la razón del éxito económico de la España precrisis, a los servicios.
No obstante, en el último año se generaron 428.100 ocupados más en el sector servicios, prácticamente el 75% de todo el empleo creado el pasado año, mientras que otros 136.300 correspondieron a la construcción, algo menos de 5.000 a la agricultura y la industria directamente perdió 3.000 ocupados.
Más empleo entre mujeres y extranjeros
También es llamativo que, aunque en el computo general del año, el empleo se haya distribuido más entre los hombres, si se toma solo el cuarto trimestre, por sexo, el empleo aumenta en 45.800 mujeres y desciende en 9.300 hombres, mientras que por nacionalidad, la ocupación baja en 18.100 personas entre los españoles y sube en 54.700 entre los extranjeros.
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