La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, ha reclamado este miércoles al Gobierno una política fiscal ortodoxa y ha abogado por la consolidación fiscal para que la economía española siga creciendo a tasas sostenibles y se creen empleos de mayor calidad.
En el marco de la presentación de resultados de 2018, ejercicio en el que el banco ganó 7.810 millones de euros, un 18% más que en el año anterior, Botín ha cuestionado el plan presupuestario de Pedro Sánchez. “Necesitamos una política fiscal ortodoxa. Es fundamental para el país porque influye en la prima de riesgo y ello influye en los costes de los bancos para financiarse, lo que se traslada al precio de las hipotecas. Es Fundamental una política fiscal que permita a la economía crecer de manera sostenible”, ha demandado.
En opinión de la directiva, “hay que pagar impuestos allá donde se genera el beneficio. Hay empresas que no lo hacen, pero nosotros sí”. Además, “no tiene sentido pagar dos veces. Y no tiene sentido pagar impuestos sobre pérdidas”, ha apostillado.
Aun así, ha subrayado el bueno tono de la actividad económica en España. "Tenemos una economía que está creciendo al doble que la media europea y de una manera más equilibrada, pero hay que seguir trabajando para que haya más empleos y de mejor calidad", ha explicado.
No ha querido opinar sobre si sería conveniente o no el adelanto de las elecciones en España, pero ha insistido en que una política fiscal ortodoxa es "fundamental", en línea con la opinión de José Antonio Álvarez, consejero delegado del grupo.
El número dos del grupo ha afirmado que la consolidación fiscal es "el camino a seguir", la misma semana en la que el Banco de España y la Autoridad Fiscal han puesto en duda los objetivos de déficit previstos por el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Botín ha aprovechado una vez más para reivindicar, como hizo recientemente en Davos (Suiza), que las empresas deben pagar los impuestos. Ha detallado que en 2018 el grupo ha pagado 5.200 millones de euros en impuestos y rechazado que una empresa tenga que pagar dos veces por el beneficio que genera, lo que sucedería si se grava el dividendo que repatria el banco de otras filiales en el extranjero.
Preguntada por la compra del Banco Popular, ha defendido que si la intervención de la entidad no se hubiera llevado a cabo y el Santander no hubiese adquirido el grupo, habría tenido un coste para el contribuyente de 36.000 millones.
Botín ha vuelto a poner sobre la mesa éxito de la adquisición de Popular, “tras la intervención de Europa”. “El rescate hubiera costado 3.000 euros a cada familia. Ha sido una operación de enorme responsabilidad para España y para el sector financiero. La alternativa hubiera causado mucho daño al contribuyente”, ha indicado.
Sobre el mercado hipotecario, la máxima ejecutiva del Santander ha asegurado que en España se ha pagado de media 16.000 menos que en el resto de Europa por una hipoteca de unos 120.000 euros, trasladando la idea de que ello ha sido posible gracias a la banca.
"Estamos apoyando a millones de personas, a millones de empresas a crecer", ha reivindicado ante la prensa después de decir que entiende que "las historias positivas no ayudan a vender periódicos" y afear que a los medios "les gusta más vender noticias negativas".
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