CaixaBank y Sabadell se desploman más de un 7% en su peor jornada desde el Brexit

"Han sido unos resultados extraordinarios", se ufanaba este viernes el presidente de CaixaBank, Jordi Gual. Pero su interpretación de las cuentas presentadas por su entidad distaba mucho de la que parecía imperar en los mercados.

Las acciones de CaixaBank, al igual que las de Sabadell, han rememorado este viernes sobre el parqué algunas de sus jornadas más aciagas desde el estallido de la crisis. Si la primera ha firmado un descenso del 7,22%, la otra le ha superado con recortes del 9,09%, que convierten esta sesión en la peor para ambas entidades desde junio de 2016, cuando la votación del Brexit provocó el mayor descalabro de la historia del Ibex. Entre ambas han liquidado más de 1.930 millones de euros de capitalización.

En esta ocasión, sin embargo, el varapalo a ambas entidades se ha producido en un entorno de relativa calma en los mercados. Sin embargo, los inversores no han dudado en manifestar su desconfianza sobre las cuentas que ambos bancos han hecho públicas antes de la apertura. Cada una con sus particularidades, han dejado razones para la desconfianza.

Los expertos consideran que los movimientos en días de resultados suelen resultar exagerados

Es cierto, que para la mayor parte de los analistas el varapalo sufrido tanto por CaixaBank como por Sabadell representa una sobrerreacción, difícilmente justificable con las cuentas expuestas este viernes. "en época de resultados la reacción de los valores es a veces complicada de explicar ya que muchas veces son los 'traders de día' los que la determinan y luego entran en juego factores técnicos", sugiere Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities.

Pero también es cierto que el ánimo hacia los bancos se ha visto muy golpeado en los últimos días por el giro de los bancos centrales, que parecen alejar la normalización de los tipos de interés -no en vano, el índice bancario del EuroStoxx ha restado más de un 5,6% en una semana-, y que en esta situación cualquier recelo puede llegar a magnificarse.

Una reacción excesiva

Así lo ven, por ejemplo, los analistas de Santander en lo referente a CaixaBank. En su opinión, las débiles cifras del banco que preside Gual en el cuarto trimestre de 2018 se explican en gran medida por una serie de impactos extraordinarios que no tendrán continuidad y tampoco ven con inquietud el leve descenso experimentado por la ratio de capital de máxima calidad del banco.

"El principal punto negativo fue la orientación de un incremento de los gastos operativos del 5% en 2019", observan antes de resaltar que esta situación responde a una serie de cargos de transformación y de ajuste de plantilla que se traducirán en ahorros a partir de 2020.

Con todo eso, en Santander reconocen que a CaixaBank le costará mantener las tasas de rentabilidad alcanzadas en 2018, "pero no creemos que esto justifique una fuerte caída de los precios". Más bien, consideran, que "CaixaBank está experimentando el problema de una acción que generalmente está reconocida como la mejor opción entre los bancos españoles", y aunque sus valoraciones no son demasiado elevadas, "cualquier desliz en sus números o previsiones es probable que vea una sobrerreacción". 

CaixaBank cae a mínimos de 2016, mientras Sabadell se sitúa en sus niveles más bajos en más de seis años

En esas circunstancias, las acciones de CaixaBank cerraron la jornada con un descenso del 7,22%, situándose en sus niveles más bajos desde diciembre de 2016.

Más justificada se considera la caída de Sabadell, que este viernes restó algo más del 9%, a niveles no vistos desde el verano de 2012.

El banco volvió a mostrar este viernes las dificultades derivadas de su negocio en Reino Unido a través de TSB. "Pensamos que sería un paseo militar y ha sido una batalla que nos ha costado bastante dinero", reconocía el propio presidente del banco, Josep Oliu durante la presentación de las cuentas, aunque considera que esas dificultades, las de los problemas tecnológicos del banco inglés, han quedado ya finiquitadas.

"La cuenta de pérdidas y ganancias se ha visto negativamente afectada por un cargo extraordinario de 637,1 millones de euros (brutos), debido a los problemas tecnológicos de la franquicia en Reino Unido y provisiones por la venta del grueso de activos improductivos en España", resaltan en Bankinter.

Además, la inquietud por las incertidumbres en torno al Brexit sigue pesando sobre las perspectivas a futuro de la entidad. "El grupo sostiene que su caso base es un Brexit ordenado y que, sin embargo, tiene planes de contingencia para cualquier otro resultado. Dado que TSB es un simple banco minorista nacional con exposiciones infraponderadas en la compra para alquilar en Londres, se espera que el mayor impacto del Brexit se derive del impacto en la economía real", comentan en Goldman Sachs.

Sin embargo, el negocio en España, origen del 80% del margen bruto de Sabadell sí arrojó noticias positivas que permiten a los expertos confiar en un punto de inflexión en el rumbo de la entidad. "Creo que después de un 2018 muy negativo en su filial de TSB, 2019 debería ser el punto de inflexión para comenzar a ver una recuperación. La franquicia en España evoluciona bien, también apoyado por volúmenes con un margen de interés sobre activos totales medios (MI/ATM) estable", observa Nuria Álvarez, analista de Renta 4.

El mal tono de CaixaBank y Sabadell también ha pesado en la evolución este lunes de los grandes bancos españoles, que se situaron, casi sin excepción, en las posiciones de cola del Ibex este viernes. Bankia restó un 2,36%, mientras que las caídas de Santander superaron el 1,5%. Bankinter también se dejó algo más del 1%, mientras que la excepción la protagonizó BBVA, quien salvó la jornada con ganancias del 0,52%, tras hacer públicas unas cuentas que muestran su mejor resultado desde 2007.