Dia ha puesto cifras este viernes a su fatídico ejercicio 2018. El grupo español de supermercados, tercero por cuota de mercado, cerró el pasado año con unos números rojos que se elevaron hasta los 352 millones de euros, según ha notificado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La compañía ahora dirigida por Borja de la Cierva y que se encuentra sumida en una profunda batalla por su control generó el grueso de esas pérdidas en la segunda mitad del ejercicio, en la que su resultado arrojó unos números rojos de 358 millones, frente a los 47 que ganó en el mismo periodo del año anterior.
La cifra de negocio de la compañía durante 2018 también sufrió una contracción del 11%, hasta situarse en los 7.288 millones de euros, mientras que el resultado de explotación reflejó unos números rojos de 94 millones, tras elevarse a 217 millones el año previo.
La cifra de negocio de la compañía se redujo un 11%, hasta los 7.288 millones
Atrapado en medio de un desafiante escenario de mercado, marcado por la fuerte competencia de gigantes como Mercadona o enseñas en crecimiento como Lidl, el Grupo Dia ha sufrido en 2018 una incesante pérdida de cuota de mercado, a pesar de los esfuerzos realizados en precios, que han supuesto un notable deterioro de su rentabilidad. En sus mercados internacionales -Brasil y Argentina- también se ha visto golpeada por la evolución de sus respectivas monedas.
En ese escenario, además, la compañía detectó durante el año una serie de errores contables y asumió un deterioro de activos que contribuye a agravar las pérdidas del ejercicio y que lleva también su situación patrimonial a cifras críticas, al llevar su nivel de fondos propios hasta un importe negativo de 92 millones.
La compañía acompañó la presentación de sus cuentas del anuncio del inicio de un ERE para recortar su plantilla en España en unos 2.100 empleados, tal y como había adelantado El Independiente en la mañana de este viernes.
La necesidad de variar el rumbo del negocio ha llevado a la dirección del Grupo Dia a perfilar un nuevo plan estratégico, que debe tener como base un reposicionamiento de la marca para detener esta sangría. Sin embargo, ese movimiento aparece ahora frenado por la batalla que se ha desatado entre la dirección que encabeza Borja de la Cierva y su máximo accionista, LetterOne, con planes paralelos para el rescate de la compañía.
En cualquier caso, el brazo inversor del empresario ruso, Mikhaíl Fridman también ha planteado una revolución en el negocio del grupo que, según reconocía el propio consejo de Dia, está bastante alineada con la propuesta por ellos.
Así, queda por ver si el control del grupo, tras la oferta lanzada por Fridman, se dirime de forma rápida y satisfactoria, para resolver los ajustes pendientes, el nuevo modelo de negocio y la refinanciación de una onerosa deuda que amenaza con hacer descarrilar el grupo.
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