Economía

La banca internacional divisa una España sin nuevo Presupuesto, déficit y elecciones en otoño

JP Morgan, Bank of America y Natixis ven improbable que se produzca el 'superdomingo' el 26 de mayo

Oficinas de Londres de JP Morgan. | Flickr | Håkan Dahlström

El panorama económico y político en España ha dado un vuelco en las últimas semanas con un eco que ha llegado a los departamentos de análisis incluso de la gran banca internacional. Gigantes como JP Morgan o Bank of America ya hacen sus quinielas de cara a este martes, 12 de octubre, en el que arranca la tramitación de los Presupuestos de 2019, pendientes del veto de los partidos independentistas, mientras el Tribunal Supremo inicia el esperado juicio a los responsables del 'procés'.

Sin cerrarse a ningún escenario, la banca internacional vislumbra ya una España sin nuevos Presupuestos para 2019, lo que dispararía el déficit muy por encima incluso del 1,8% del PIB al que aspiraba el Gobierno de Pedro Sánchez --los Presupuestos se elaboraron finalmente con un objetivo del 1,3%--, y la posibilidad de que se anticipen las próximas elecciones generales al otoño.

De un lado, JP Morgan reconoce que los recientes acontecimientos, con los partidos independentistas PDeCAT y ERC presentando una enmienda a la totalidad de los Presupuestos en el Congreso, han hecho virar sus pronósticos. El banco americano ha pasado de dar por hecha la aprobación de las cuentas anuales a considerar más probable que la cámara baja los tumbe, a la vista de que los canales de comunicación entre el Gobierno de Pedro Sánchez y las formaciones catalanas están prácticamente rotos.

Bank of America va incluso más allá y advierte de que, aunque los Presupuestos superaran el trámite de enmiendas a la totalidad, esto no asegura que finalmente sean aprobados, para lo que habrá que esperar a mediados del mes de marzo.

De ser así, si las cuentas no prosperan, JP Morgan anticipa que el déficit público no se plegará al 1,3% del PIB, ni tampoco al 1,8%. Mientras que hace unos meses anticipaba una desviación hasta el 2,1%, ahora estima que de no aprobarse los Presupuestos el saldo se dispararía hasta el 2,4% del PIB, tan solo tres décimas menos que el resultado al cierre de 2018, --previsiblemente del 2,7%-- y dos décimas por encima del escenario dibujado por la Autoridad Fiscal (AIReF), que ha anticipado un déficit del 2,2% del PIB en ausencia de cambios en la política económica.

Y es que, como confirman fuentes gubernamentales, dado que ya se han tomado decisiones de gasto tan importantes como la revalorización de las pensiones públicas con el IPC, un escenario de prórroga de los Presupuestos de 2018, en el que no estaría la subida de impuestos a las empresas y del IRPF a las rentas altas para aportar nuevos ingresos, se convertiría de facto en un escenario fiscal expansivo en un contexto además en el que la inercia del ciclo alcista se frena.

Bank of America no le pone cifras a esta desviación adicional por la ausencia de presupuesto. Tan solo remarca que en ese escenario cree que el déficit tan solo se reducirá "unas pocas décimas", en tanto que, coincide, la inercia del ciclo se verá contrarrestada por el incremento del gasto en partidas como las pensiones.

Este desfase no sería un problema, sin embargo, para la Comisión Europea, en tanto que el déficit aún se mantendría por debajo del 3% que marca el límite a partir del cual se activaría de nuevo el brazo correctivo de Bruselas. JP Morgan recuerda que la UE ya hizo la vista gorda cuando el gobierno francés de Emmanuel Macron anunció planes de estímulo fiscal para hacer frente a las protestas de los 'chalecos amarillos'.

No obstante, el banco no hace referencia a la importante desviación que acumularía España en términos de déficit estructural que, a día de hoy, es la principal preocupación de Bruselas, junto a la elevada deuda pública del país.

La mirada puesta en las elecciones

Hecho este diagnóstico, ambos bancos, y también el francés Natixis, creen que las cuestión más importante de cara al devenir económico de España es si habrá o no elecciones anticipadas. Algo que consideran probable, aunque nunca antes del mes de otoño.

Bank of America matiza que, "incluso sin Presupuesto, no está claro que se vayan a convocar elecciones automáticamente". "Con las europeas en mayo, vemos difícil unas elecciones generales antes del cuarto trimestre del año", añade.

Por su parte, JP Morgan cree incluso que las nuevas negociaciones de cara a unas elecciones tras el verano podrían empezar  a sembrar el terreno político para los Presupuestos de 2020.

"Dudamos de que haya elecciones anticipadas antes del verano. En teoría, sería posible que se celebrasen el mismo días que las elecciones europeas y las regionales, el 26 de mayo. Sin embargo, creemos que el aparato nacional del PSOE y los varones regionales preferirán evitarlo ante el riesgo de un mal resultado" después de la mala imagen que los socialistas han cosechado en los últimos días por su apertura al diálogo bilateral con los independentistas.

En cualquier caso, aunque JP Morgan considera que la incertidumbre política irá en aumento en el medio plazo, no considera que sea un riesgo sistémico. "Esperamos que la economía española se sobreponga a la incertidumbre al menos hasta las próximas eventuales elecciones, cuando podría producirse algún impacto moderado y temporal", concluye.

La banca francesa, más optimista

Fuera de estos enfoques, el banco de inversión francés Natixis cree que las formaciones independentistas acabarán por echarse a un lado y no sabotear el Presupuesto de Pedro Sánchez dado que, para sus intereses, es preferible evitar unas nuevas elecciones que podrían entregar el gobierno a las formaciones de la derecha.

Eso sí, la entidad cree que, incluso en ese escenario, no se puede descartar un cambio de Gobierno, aunque ese sería el peor de los escenarios para el Ejecutivo socialista y para los separatistas. En ese caso, Natixis no cree que se llegue a producir el 'superdomingo' del 26 de mayo, y ve más plausible un adelanto electoral en otoño, una vez se han conocido los resultados de los comicios europeos y autonómicos, y toda vez que el Gobierno podría seguir llevando acabo su gestión por la vía del decreto y tratando de recomponer su imagen pública.

 

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