El Gobierno quiere blindar los aeropuertos españoles para evitar las consecuencias de que finalmente haya Brexit sin acuerdo. La salida de Reino Unido de la Unión Europea puede producirse de manera desordenada y abrupta el próximo 29 de marzo, y el Ejecutivo español -interino ya a la espera de elecciones, pero operativo, sobre todo en cuestiones de urgencia- maniobra para atender el impacto de esta posibilidad en diferentes ámbitos, también el del turismo.
El Ministerio de Fomento trabaja en una reforma exprés de la política tarifaria de Aena –el gestor de la red de aeropuertos españoles- para evitar que un Brexit duro se traduzca de manera inmediata en una subida de tasas aeroportuarias para los vuelos a Reino Unido.
Los planes del Gobierno pasan por que las conexiones con destinos británicos sigan considerándose como vuelos comunitarios al menos durante dos años, y mantener sin cambios las tasas que pagan actualmente hasta el 31 marzo de 2021. Incluso con la salida de la UE las aerolíneas que vuelan a Reino Unido pagarían exactamente las mismas tasas que las que se cobran en las conexiones dentro del espacio económico europeo.
La mayoría de las tasas aeroportuarias que cobra Aena a las compañías aéreas (aterrizaje, servicio de tránsito, estacionamiento…) son iguales para todos los vuelos internacionales, tengan destino dentro o fuera de la Unión Europea.
Pero sí tienen distinto importe las tasas que las aerolíneas pagan por cada uno de los pasajeros que despegan desde un aeropuerto español hacia otro extranjero, en función de si el destino es o no de un país de la Unión Europea con diferencias de entre un 20 y un 50% del precio por viajero en función del aeropuerto de salida. En principio, un Brexit sin acuerdo conllevaría que Reino Unido pasaría a ser a estos efectos un país no comunitario y las tasas subirían.
En caso de Brexit sin acuerdo, y sólo en ese caso, la opción que Fomento baraja para minorar el impacto en el tráfico aéreo en España es la de promover un cambio normativo para que los vuelos a Reino Unido sigan teniendo para Aena la categoría de comunitarios durante un periodo transitorio de dos años, según confirman fuentes ministeriales.
Desde Aena, el gestor de los aeropuertos controlado en un 51% por el Estado, se apunta que acatará la decisión del Gobierno, ya que es potestad suya fijar las tasas aeroportuarias y la compañía únicamente se limita a aplicarlas.
Según la orden de tarifas de Aena de 2019, en el aeropuerto de Madrid-Barajas cada pasajero paga 14,73 euros si vuela dentro de la Unión Europea (incluida la España peninsular) y 20,84 euros si el destino es internacional y no comunitario. En el caso de Barcelona-El Prat la diferencia es de 13,77 euros para vuelos comunitarios y 16,77 euros para el resto de conexiones internacionales.
El resto de aeropuertos de la red de Aena se distribuyen en cuatro grupos en función de su tráfico de pasajeros y también contemplan tasas más caras para los vuelos internacionales. Tras Madrid y Barcelona, el grupo de aeropuertos con más pasajeros (Alicante, Gran Canaria, Tenerife Sur, Málaga y Palma de Mallorca) cuenta con tasas diferenciadas entre 6,12 y 9,20 euros.
El grupo que integran Bilbao, Fuerteventura, Ibiza, Lanzarote, Menorca, Santiago, Sevilla, Tenerife Norte y Valencia tiene una horquilla entre unos vuelos y otros entre 5,20 y 7,82 euros por cada pasajero de salida. El paquete con los aeropuertos de Almería, Asturias, A Coruña, Girona, Granada-Jaén, Jerez, La Palma, Murcia, Reus, Santander, Vigo y Zaragoza, oscilan entre 3,73 y 5,60 euros. Y el resto de aeropuerto, los de menos tráfico de la red, las tasas varían entre los 2,44 a los 3,67 euros por viajero.
El presidente del grupo, Maurici Lucena, ha subrayado esta semana que Aena “está preparada para absorber los impactos” que provocará el Brexit y ve una “probabilidad cero” en que haya una interrupción brusca de los vuelos en los aeropuertos como consecuencia de la pérdida de licencias nacionales por parte de compañías. El mercado británico concentra un 17% del total de pasajeros de los aeropuertos españoles (263,7 millones el año pasado, un 5,8% más). En 2018 la cifra de viajeros británicos ya descendió un 3% en los aeropuertos de Aena.
18 millones de turistas británicos
El Reino Unido es el mayor mercado emisor de viajeros hacia los destinos turísticos españoles. Lo es ahora y lo ha sido desde que nuestro turismo tiene memoria. Y es que los turistas británicos llevan concentrando el mayor número de llegadas desde hace 60 años. Tradicionalmente, y año tras año, cerca de una cuarta parte del total de turistas extranjeros que vienen a España proceden de Reino Unido.
El año pasado, 82,77 millones de turistas extranjeros visitaron España, un 1,1% más. Reino Unido siguió siendo, con mucho, el principal mercado emisor, con más de 18,5 millones de viajeros. Pero la cifra supone una caída del 1,6% en relación al récord de año precedente. Esto es, 300.000 viajeros británicos menos en el año previo al Brexit.
Muchos british tourists han vuelto a viajar a destinos mediterráneos como Turquía, Egipto, Túnez, tras años de parón por la inestabilidad política. Pero desde el sector turístico español ahora se teme que un Brexit duro suponga otro zarpazo para este mercado clave, por su impacto en la desaceleración económica general, por una eventual devaluación de la libra o, en el peor de los casos, que incluso se acabe pidiendo visados a los británicos para acceder a la UE.
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