La italiana Enel ultima un cambio en lo más alto de la cúpula de Endesa. Tras una década al frente de la mayor eléctrica española, Borja Prado no será renovado como presidente de Endesa en la próxima junta de accionistas de la compañía, que se celebrará previsiblemente a mediados de abril.
Tras meses de suspicacias por el silencio de Enel sobre si habría renovación en el cargo (el mandato del hasta ahora presidente expira en abril) y tras días de intensísimos rumores en los mentideros del sector que anticipaban la salida del directivo, Enel ha optado por prescindir de los servicios del directivo. Una decisión que pone punto y final a una etapa de diez años como máximo responsable de la compañía más otros dos como consejero independiente de Borja Prado.
Según adelantó El Confidencial, Prado y el presidente del grupo italiano, Francesco Starace, han cerrado ya un acuerdo para la salida de la compañía y el fin de la presidencia del español de una manera ordenada. El hasta ahora presidente podrá despedirse de los inversores y dejará el cargo en la junta de accionistas, y se embolsará un finiquito de cerca de 13 millones de indemnización pactados por contrato.
Enel maneja el nombre de Juan Rosell, ex jefe de la CEOE, como nuevo presidente no ejecutivo
Enel –que controla un 70% de la eléctrica- ha confirmado en un hecho relevante remitido a la CNMV su intención de proponer al consejo de administración la no renovación de Prado. Lo hará justificando la decisión en criterios de "buen gobierno corporativo", instaurando un periodo máximo en que se puede ocupar la presidencia de Endesa. En Italia es común que las compañías no permitan que sus presidentes y consejeros delegados sean reelegidos por más de dos mandatos, y a quiere ahora trasladar esa práctica o una similar a su filial española.
En paralelo, Enel quiere aprovechar la salida de Prado para reorganizar el reparto de funciones en la cúpula de la compañía. Los planes del grupo italiano semipúblico (su principal accionista es el Estado italiano con un 23%) pasan por nombrar un nuevo presidente no ejecutivo y ceder todas las funciones ejecutivas al actual consejero delegado de Endesa, José Bogas, que el año pasado sí que fue renovado en su puesto por la junta por otros cuatro años.
Hasta ahora, el peculiar modelo directivo de Endesa contemplaba que presidente y consejero delegado se repartían parte de las funciones ejecutivas, aunque en los últimos años el poder del CEO había ido creciendo en detrimento de Prado. Enel nombrará a un presidente no ejecutivo en línea a la figura del chairman que predomina en las grandes compañías anglosajonas y que va ganando peso también las corporaciones europeas.
Entre los nombres que maneja Enel como nuevo presidente suena con fuerza el de Juan Rosell, ex presidente de la patronal CEOE, aunque de momento la compañía no ha adoptado una decisión en firme sobre la propuesta que llevará a la junta de accionistas de abril.
Las relaciones entre Prado y la dirección de Enel han ido enfriándose y tensándose en los últimos años desde que el Gobierno italiano pusiera a Francesco Starace al frente de la compañía transalpina en 2014. La generosa política de dividendos impuesta por Enel –con la que se repartían el 100% del beneficio a los accionistas- había frenado la posibilidad crecer con compras. La italiana, que en 2015 absorbió y tomó el control directo del enorme negocio de Endesa en Latinoamérica, había decidido limitar la expansión de la compañía a España y Portugal, y todas las iniciativas de Madrid que se salían de ese ámbito eran descartadas.
En la última actualización del plan estratégico del grupo se contempla una rebaja del pay out (porcentaje del beneficio destinado a dividendo) al 80% en 2021, ya que hasta entonces el reparto del 100% de las ganancias ya estaba comprometido con los inversores. El recorte relativo de la retribución servirá a Endesa para apuntalar sus planes de crecimiento, singularmente, en renovables.
El pasado 7 de febrero, la agencia Bloomberg, citando fuentes próximas al grupo italiano, avanzó que el puesto de Prado estaba en el aire y que en los despachos de Milán se estaba estudiando no dar continuidad al ejecutivo español. Las negociaciones entre ambos no llegaron a buen puerto y en los últimos días se han cerrado las condiciones de la salida definitiva.
Prado ha sido en los últimos años el puente entre las grandes empresas españolas e italianas, y ha ejercido de facto como representante de los intereses económicos transalpinos en España. Hasta el mes pasado era el responsable del área de grandes clientes de Mediobanca, el principal banco italiano, y en el que también llegó a ocupar la presidencia de la filial en España.
Borja Prado ejerció como consejero independiente en Endesa dos años antes de que, en 2009, Enel le eligiera como el presidente que debía visualizar la españolidad de la eléctrica. Tras la guerra de opas por la compañía, la italiana buscaba templar las suspicacias que había levantado tras elevar su participación en Endesa hasta el 92% tras comprar la parte de Acciona. Tras diez años en el cargo, la andadura de Prado toca ahora a su fin.
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