La compañía estadounidense Tilray alcanzaba el pasado 9 de octubre una cota récord, elevando su valoración por encima de los 20.000 millones de dólares (unos 17.636 millones de euros). Hacía apenas tres meses que la compañía había debutado en bolsa con una capitalización ligeramente superior a los 1.500 millones de dólares y en ese lapso sus títulos se habían revalorizado más de un 1.100% hasta convertirse en una empresa de un tamaño similar al de CaixaBank.
Tan espectacular rendimiento difícilmente podía justificarse con sus cuentas. Sus últimas cifras, correspondientes a los nueve primeros meses de 2018, muestran un crecimiento de sus ingresos del 78%, pero al mismo tiempo sus pérdidas se habían multiplicado por 7,5 veces, hasta superar los 36 millones de dólares.
Sin embargo, Tilray se había convertido en uno de los grandes exponentes de una de las más recientes fiebres del mercado: la de la marihuana. En los últimos tiempos, los inversores han mostrado un irrefrenable apetito por las compañías dedicadas, desde diversos ángulos, al negocio de la producción y distribución de cannabis.
El índice North American Marijuana, que engloba a las mayores empresas norteamericanas dedicadas a la comercialización de marihuana, ha registrado ganancias superiores al 600% en los últimos tres años.
El índice Noth American Marijuana acumula ganancias superiores al 600% en los últimos tres años
Tan notable revalorización ha llevado aparejado, de forma ineludible, un debate sobre el posible surgimiento de una burbuja. Y estas dudas han dejado su huella en el parqué. No en vano, el índice cotiza a día de hoy casi un 20% por debajo de sus niveles récord, registrados hace un año, y en el caso de Tilran, las pérdidas registradas desde el pico del pasado octubre rondan el 63%.
Pero la sucesión de sobresaltos está lejos de haber apagado el interés inversor por la industria de la marihuana. Solo en los últimos dos meses, el North American Marijuana Index ha firmado una remontada cercana al 50%. La confianza de los inversores en el potencial del sector parece a prueba de sinsabores.
No es casualidad que las principales empresas incluidas en este índice tengan su residencia en Canadá. El país más septentrional del continente americano se convirtió el pasado octubre en el primero del mundo en legalizar el consumo recreativo de esta planta, lo que ha alentado el surgimiento de toda una industria en torno al cannabis. Un estudio de Deloitte estima que el consumo de marihuana -tanto legal como ilegal- moverá en Canadá en 2019 unos 7.170 millones de dólares (más de 6.323 millones de euros).
Los expertos creen que la pionera decisión de Canadá podría abrir el camino para que otros países sigan su ejemplo. Y todas las miradas, en este sentido, se dirigen hacia su poderoso vecino del sur. En Estados Unidos, el consumo discrecional de marihuana sigue estando prohibido a nivel federal, aunque hasta una decena de Estados ya lo han legalizado y existen elevadas expectativas de que este número siga aumentando.
Con todo y pese a las restricciones se calcula que el consumo legal de marihuana en el país -impulsado, principalmente, por el uso medicinal de la planta, permitido en casi la mitad de los Estados- mueve ya más de 10.400 millones de dólares (9.175 millones de euros), el doble que en 2015, y se espera que para 2025 esta cifra se haya expandido por encima de los 24.000 millones, según cálculos de New Frontier Data.
Un producto para los más diversos sectores
Todas estas cifras hablan de un elevado potencial. Unas posibilidades que atañen a los más diversos sectores y que no han pasado desapercibidos ni siquiera para grandes empresas como Coca-Cola. El gigante de las bebidas refrescantes reconocía el pasado septiembre su interés en introducirse en el segmento de las bebidas elaboradas a base de cannabis no psicoactivo (CBD).
Y más ágil en este sentido ha estado el fabricante de bebidas alcohólicas Constellation Brands -dueño, entre otras muchas marcas, de las cervezas Corona y Modelo-, que el pasado verano invirtió cerca de 4.000 millones de dólares en Aurora Cannabis, una compañía que divide, casi a partes iguales, su negocio entre la distribución de marihuana medicinal y recreativa.
Compañías de tabaco también han puesto sus ojos en la planta, tratando de encontrar en ella componentes que ayuden a mejorar su oferta de productos.
Compañías de bebidas, tabaco o cosméticos buscan en el cannabis componentes que refuercen su oferta
Lo cierto es que más allá de sus efectos psicotrópicos, la marihuana cuenta con diversas propiedades que le pueden otorgar un protagonismo nada desdeñable en áreas como la medicina, el desarrollo de bebidas energéticas o los cosméticos.
Un potencial que, como suele suceder en cualquier negocio incipiente, puede resultar muy difícil de juzgar para los inversores. Incluso para los más avezados. "El sector del cannabis atraviesa todavía su época más temprana, así que hay que proceder cuidadosamente antes de tomar ninguna decisión", comenta Haris Anwar, analista en Investing.com.
Sin embargo, Anwar reconoce que en este sector existen empresas que cuentan con argumentos para convertirse en inversiones exitosas y aconseja mirar a las más grandes. "Apostar en la rentabilidad futura de las empresas de marihuana es arriesgado ya que puede tardar más tiempo en reportar beneficios, dada la naturaleza cambiante de este negocio. Pero si está buscando invertir a largo plazo, digamos de cara a los próximos cinco años, entonces siempre es mejor quedarse con los actores más poderosos", señala.
El analista cita entre sus favoritos a Canopy y Aurora, las dos mayores compañías del sector, con capitalizaciones que superan los 15.000 y los 9.000 millones de dólares, respectivamente. La primera acumula un alza superior al 370% en los últimos dos años, mientras que el rendimiento de Aurora en el mismo plazo ronda el 230%.
Tales rendimientos actúan como atractivos ganchos para animar a los inversores a poner su interés en el negocio de la marihuana. Ante esto, en los últimos tiempos han ido surgiendo fondos temáticos y ETF que permiten a los inversores exponerse a esta industria. Pero los expertos advierten de que éstos invierten en un abanico muy amplio de acciones y, en un momento de mercado tan inicial, es fácil que entre ellas predominen compañías cuyo futuro no resulte del todo grato.
"Seguro que habrá grandes éxitos, pero el problema para los inversores es saber qué compañías, o incluso qué sectores, ganarán más", advertía recientemente Ed Monk, de la gestora Fidelity International, en declaraciones al Financial Times.
Al fin y al cabo, las ganancias de la marihuana resultan adictivas para los inversores. Pero sus efectos secundarios podrían ser muy dolorosos.
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