Economía

Quién es el dueño de Dazn, la plataforma que amenaza el reinado de Movistar en el fútbol

Len Blavatnik es uno de los hombres más ricos del Reino Unido gracias a una fortuna forjada en la industria petrolera rusa

Quién es el dueño de Dazn, la plataforma que amenaza el reinado de Movistar en el fútbol
El magnate británico Len Blavatnik en una comparecencia. | EFE

Bautizado por muchos, incluidos sus propios directivos, como el Netflix del deporte, Dazn (léase Da Zone o La Zona) acaba de aterrizar en España sacando músculo. Por cinco euros al mes, con uno de prueba y sin permanencia, se puede ver el mundial de motociclismo, la Euroliga y el inminente Mundial de China de baloncesto y, a partir de la próxima temporada, la Premier League británica.

En un momento en el que grandes operadores como Vodafone evitan hacerse con derechos deportivos al dudar de su rentabilidad, ¿cómo es posible que una empresa sea viable cobrando sólo cinco euros al mes a sus usuarios? Siguiendo el modelo de Spotify o Netflix, la clave está en conseguir una masa enorme de gente suscrita. Y eso sólo se consigue con gasto y más gasto.

Para poder poner en marcha esa estrategia hay una cosa primordial: un bolsillo bien profundo. La está llevando a cabo Netflix, con sus emisiones de deuda y sus acciones habitualmente al alza, y ahora lo va a hacer Dazn, aunque con la indispensable ventaja de tener de su lado a una de las mayores fortunas de Reino Unido.

Sir Len Blavatnik es el dueño y fundador de Access Industries, de la que se valió para comprar Perform Group, la compañía que transformó, remodeló y renombró para acabar convirtiéndola en Dazn. Con sede en Feltham, cerca del aeropuerto de Heathrow y al oeste de Londres, la compañía cuenta con más de 3.000 empleados, la mayoría de ellos en sus oficinas de la capital británica, y se ha convertido en un dolor de cabeza para los operadores tradicionales.

Una fortuna millonaria

Nacido en 1957 en la localidad ucraniana de Odessa, a orillas del mar Negro, Blavatnik pasó toda su infancia en una Moscú que ya era el eje sobre el que se movía todo el continente soviético. Sin embargo, sus conexiones con Rusia son escasas y ni siquiera tiene la nacionalidad, ya que cuenta con el pasaporte británico y el estadounidense.

A los 21 años salió de la URSS camino de la Universidad de Columbia, en la capitalista Nueva York, para estudiar ciencias de la computación y poco después puso rumbo a Harvard, algo más al norte, para cursar un máster en Administración y Dirección de Empresas. No hace falta mucho más que ese currículum para que se te abran muchas, muchas puertas.

Por supuesto, para un hombre avispado como Blavatnik la rusa postcomunista era un oasis de oportunidades que no se podía dejar pasar. Su amistad con Mikhail Fridman, ahora conocido en España por su papel en la situación que atraviesa Dia, le sirvió para formar un brazo inversor que hizo a su antojo en el lucrativo negocio petrolífero con el que han hecho fortuna todos los magnates rusos.

Precisamente ese vehículo para invertir, bautizado como AAR, aprovechó la privatización de la petrolera TNK para hacerse con el control y, en 2003, venderle un 50% a British Petroleum y formar uno de los gigantes petroleros rusos, que es mucho decir, en una operación que rondó los 55.000 millones de dólares, poco más de 48.000 millones de euros. A ya considerable bolsillo de Blavatnik fueron a parar 7.000 millones de dólares, casi 6.200 millones de euros.

Con esas inversiones y una cartera bien diversificada, el magnate ucraniano se permitió el lujo de hacerse con la discográfica Warner Music por 3.300 millones de dólares, casi 3.000 millones de euros, en el año 2011 y estuvo en conversaciones para hacerse con la histórica Metro Goldwyn Mayer

Entre una cosas y otras, y siempre según Forbes, Blavatnik tiene una fortuna estimada de 17.900 millones de dólares y está entre las tres personas más ricas de Reino Unido, puesto arriba puesto abajo según el capricho de los mercados.

Ganas de gastar

Como le pasa a Netflix, en Dazn saben que ahora llegan los años de gastar, gastar y, si se puede, sobrevivir. Cambiar por completo el negocio de los derechos y retransmisiones deportivas no les va a ser fácil, hace falta un plan de negocios a prueba de quiebras.

La plataforma invirtió en el año 2017 un total de 2.600 millones de libras, 3.000 millones de euros, en adquirir derechos deportivas. Del propio bolsillo de Blavatnik salieron, según The Guardian, poco menos de 550 millones de libras, casi 650 millones de euros.

Las cuentas anuales tampoco fueron muy esperanzadoras. Dazn cerró el ejercicio de 2017 con unos ingresos de 325 millones de euros, pero con unas pérdidas que alcanzaron los 513 millones de euros. Nada desproporcionado, pero la compra de nuevos paquetes va a disparar esas cifras de forma significativa en los próximos años.

En su cartera están ya los mundiales de motociclismo tras firmar un acuerdo de cinco años con Dorna, la empresa española que gestiona el campeonato, y a partir del próximo otoño empezarán las retransmisiones de la Premier League británica. Además, la Euroliga y el Mundial de baloncesto y, por si fuera poco, deporte minoritarios pero con su público como es el boxeo y la UFC.

El sueño de Dazn es poder retransmitir el tercer enfrentamiento entre el mexicano Canelo Álvarez y el kazajo Gennady Golovkin y para conseguirlo han hecho lo mismo que hasta ahora: bañar en billetes a los dos. A Canelo le han dado un contrato de 365 millones de dólares, 320 millones de euros, por 11 peleas, mientras que están en conversaciones con GGG para hacer su cuenta bancaria 30 millones más abultada a cambio de los tres próximos combates.

El gran reto, en cualquier caso está en la Liga y la Champions. Todo apunta a que las conversaciones con Telefónica ya están en marcha y, por dinero, no va a ser. Si Dazn se hace con esos derechos, es el momento de que los operadores tradicionales se echen a temblar. O mejor, de que muevan ficha antes de sufrir las consecuencias. Y si no, que le pregunten a Blockbuster.

Te puede interesar