Confusión, tiras y afloja o choque de trenes entre ministerios. Son los términos con los que a estas horas describen todo lo que rodea a la ampliación del permiso de paternidad a 16 semanas en 2019 diversas fuentes conocedoras del proceso de elaboración del real decreto ley sobre igualdad laboral entre hombres y mujeres en el que se incluye la medida y que se aprobará en el Consejo de Ministros de hoy.
A 59 días de las elecciones generales, Pedro Sánchez inaugura sus "viernes sociales" con la ampliación de los permisos de paternidad negociada con Unidos Podemos en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado que fue tumbado por el Congreso hace dos semanas, provocando la convocatoria electoral.
El presidente del Gobierno hará campaña desde la Moncloa con la aprobación cada semana de puntos de su "agenda social", es decir de las medidas estrella del proyecto presupuestario, que se convierten así en programa electoral del PSOE. El propio Pedro Sánchez lo anunció así este miércoles en el Congreso, cuando aseguró que utilizará los reales decreto en tiempo de descuento para los comicios recuperando el subsidio para los desempleados mayores de 52 años y de larga duración, así como la cotización a la Seguridad Social de los cuidadores no profesionales de personas dependientes. En esa batería de medidas de última hora tiene también un papel estelar la regulación de los precios del alquiler que se terminar de negociar con Unidos Podemos.
La precipitación a la hora de concretar la ampliación de los permisos de paternidad en un real decreto con los presupuestos de 2018 del PP prorrogados ha generado tensiones entre los distintos ministerios implicados. Desde los gabinetes afectados, silencio en la mayoría de los casos o mensajes de calma y garantía de que en el Gobierno no hay ninguna fisura.
La secretaría de Estado de Igualdad elude hablar del contenido del real decreto y de las condiciones en las que se desarrollará esa ampliación de los permisos de paternidad. Entre otras cosas, porque se ha negociado hasta el último minuto con los grupos parlamentarios.
En todo caso, en los últimos borradores, a los que ha tenido acceso El Independiente, se incluía la ampliación del permiso para padres de las cinco a las ocho semanas en 2019, hasta las 12 en 2020 y hasta las 16 en 2021. Y todo ello como un derecho intransferible.
¿Por qué tanto silencio? Según aseguran desde el frente sindical porque la actuación del Gobierno ha estado dominada por la descoordinación y las tensiones internas.
Desde que la ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet, deslizará al poco de echar a andar el Gobierno, en julio del pasado año, una propuesta para equiparar los permisos de paternidad y maternidad en la Administración, ha llovido mucho en torno a estas cuestiones.
La idea tomó forma en el Plan Presupuestario de 2019, en el mes de octubre, aunque en aquel momento la redacción de la medida era ambigua y parecía dejar fuera de la misma a los asalariados. Con el rodar de la legislatura, el Gobierno reiteró su apuesta en el Presupuesto de 2019 dejando claro que afectaría a todos los trabajadores por igual. Eso y que el coste para el Estado sería elevado. Nada menos 825 millones de euros a cargar sobre las espaldas de la maltrecha Seguridad Social.
Por eso, cuando la oposición tumbó las cuentas para el año que viene y el Gobierno se vio en la tesitura de gestionar un Presupuesto de 2018 prorrogado, se ha desencadenado una tormenta en torno a la ampliación del permiso de paternidad.
Ya lo avisó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, al ver caer su proyecto presupuestario. Todos los ministerios debían contener el gasto para no salirse del estricto margen de las cuentas del pasado año.
Sin embargo, al mismo tiempo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pedía a esos ministerios una lista con sus prioridades de cara a negociar una serie de medidas sociales in extremis, para aprobarlas por la vía del decreto con el mayor apoyo parlamentario posible, y también con el acuerdo de los agentes sociales.
En ese momento, el Gobierno incluyó la ampliación del permiso de paternidad entre sus peticiones. Y hasta ahí la armonía, según aseguran los sindicatos.
Porque desde ese momento, las fuentes consultadas aseguran que, de un lado tanto Montero como Batet plantearon repensar la medida para no disparar el gasto público, mientras la ministra de Economía, Nadia Calviño, secundaba esa opinión argumentando que la Abogacía del Estado no veía posible justificar la urgencia de la medida como para aprobarla por la vía del decreto.
No es de extrañar por ello que en su exposición de motivos, el texto indique que es preciso corregir "la desigualdad insorportable e injustificada" entre hombres y mujeres y alerte de que "un mayor retraso conllevará un daño de difícil reparación".
La secretaria confederal de Mujer e Igualdad de CCOO, Elena Blasco, asegura que, entre tanto, en las dos reuniones mantenidas con el Gobierno para tratar el decreto de Igualdad "no se han confirmado las píldoras" que el Gobierno ha ido anunciando, como esta de la ampliación del permiso de paternidad a 16 semanas.
De algún modo, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ya planteó esas cautelas cuando el pasado 21 de febrero señaló que los socialistas recuperarían la cotización a la Seguridad Social de las cuidadoras en el ámbito de la Dependencia y, en caso de volver a gobernar, la ampliación de los permisos de paternidad y maternidad.
Blasco critica además que no se haya comentado si las aportaciones de los sindicatos, como el refuerzo de los planes de igualdad en las empresas o las auditorías salariales, estarán en el decreto.
Finalmente, la oposición férrea de la CEOE en las mesas de negociación, que han intentado en todo momento desinflar esta y otras promesas de Pedro Sánchez como su contrarreforma laboral o la derogación del índice de revalorización de las pensiones, hizo imposible un acuerdo tripartito.
En esta situación, algunas voces incluso aseguran que la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, tampoco vería posible aprobar la iniciativa, para enfado de los sindicatos que llevan semanas presionando para que el Ejecutivo pase de las musas al teatro y apruebe una serie de decretos mientras negocia los correspondientes apoyos parlamentarios.
No hay que perder de vista tampoco que el Gobierno tiene que medir bien sus fuerzas. Debe buscar todos los apoyos parlamentarios necesarios y previsiblemente la oposición, entre ellos Podemos, no le pondrá fáciles las cosas para aprobar medidas sociales que puedan aportar réditos electorales a Pedro Sánchez. Dicho de otro modo, pese a las acusaciones de los sindicatos, también cabe pensar que las fuerzas que han podido derribar la ampliación del permiso de paternidad han sido externas.
La mano de Carmen Calvo
Sin embargo, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, que ha capitaneado en todo momento la elaboración del decreto, no dejará caer la ampliación del permiso de paternidad, un pilar clave de las demandas del movimiento feminista. Según relatan las mismas fuentes, la postura de Calvo, frente a la de los ministerios económicos, se ha acabado de imponer.
Desde los sindicatos se da por hecho la ampliación del permiso de paternidad a ocho semanas ya en 2019. La duda es si el resto de hitos --12 semanas en 2020 y 16 semanas en 2021-- se secuenciará más en el tiempo para amortiguar el gasto, y acomodar la medida a las nuevas exigencias presupuestarias.
Las centrales, aunque molestas con el proceso, se frotan las manos. En primer lugar, porque saldrá adelante una medida que, aunque consideran precipitada, aceptan en gran medida a la espera de su formulación definitiva. “Todo depende de cómo se articule”, aseguran.
Pero sobre todo porque demostraría que el Gobierno, si tiene voluntad política, puede aprobar medidas por decreto sin tener el respaldo de los empresarios. Es por ello que aseguran que seguirán dando la batalla hasta el final por sacar adelante la contrarreforma laboral, para la que aseguran tener apoyos parlamentario suficientes –PSOE, Podemos, la mayor parte del Grupo Mixto y UPN--, y la derogación de la reforma de las pensiones de 2013.
Lo que se sabe hasta ahora
En cuanto al contenido de la Ley, a la espera de la redacción final, establece una ampliación del permiso de paternidad a 16 semanas por hijo nacido --se entiende desde el parto hasta los 12 años--, de las que las seis primeras serán de obligatorio disfrute. Las siguientes se podrán distribuir a voluntad, pero siempre serán intransferibles.
Además, cuando ambos progenitores ejerzan este derecho con la misma duración y régimen, podrán disfrutar de una semana más cada uno.
En el caso de los trabajadores públicos sujetos al Estatuto Básico del Empleado Público, las cuatro primeras semanas serán de disfrute obligatorio y las 12 siguientes no se podrán simultanear.
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