Las grandes eléctricas tenían una cita la semana pasada con Enresa –la sociedad estatal que gestiona los residuos nucleares y el desmantelamiento de las centrales-para firmar un protocolo sobre el apagón nuclear, que incluye un calendario concreto de cierres para cada uno de los reactores hoy operativos, que se producirán entre 2027 y 2035.
El pasado miércoles sólo suscribieron finalmente sólo la propia Enresa –de facto, en representación del Gobierno-, Iberdrola y Naturgy. EDP intentó suscribirlo de manera telemática, pero no recibió el plácet de la Abogacía del Estado para esa fórmula y se sumará esta semana, en principio este martes.
Y Endesa, la que más reticencias mostraba al exigir más garantías sobre los plazos reales de cierre, se agarró a que para firmar tenía que contar con la aprobación formal de su consejo de administración. El ok del consejo ha llegado este lunes y la eléctrica controlada por la italiana Enel lo suscribirá esta misma semana también, confirman a El Independiente fuentes de la eléctrica.
El calendario pactado contempla que Almaraz I cerraría en 2027, Almaraz II en 2028, Ascó I en 2029, Cofrentes en 2030, Ascó II en 2033, Vandellós II en 2034 y Trillo en 2035. No obstante, las eléctricas siguen discrepando en torno a si se tratan de fechas de cierre definitivas (Iberdrola y Naturgy) o si se trata de una fecha orientativa que garantiza que las plantas funcionarán hasta entonces y luego ya se verá (Endesa).
Y con este calendario sobre la mesa, Enresa ya puede diseñar el nuevo Plan General de Residuos Radioactivos para los próximos años y establecer la tasa que pagan las centrales nucleares y con la que se pagan su desmantelamiento. El cálculo inicial de la empresa pública es que la tasa (hoy fijada en 6,69 euros por megavatio producido) podría subir, pero como mucho un 20%.
Por su parte, con el calendario las eléctricas pueden calcular las inversiones necesarias para mantener operativas las centrales. Unas inversiones que las compañías dan por hecho que sólo tendrán que ser recurrentes y que no será necesario grandes inyecciones para revisiones integrales de las plantas.
Despejar el futuro de Almaraz
Los dueños de la central nuclear de Almaraz (Cáceres) tienen programada para este martes 12 de marzo una asamblea de socios que puede ser la definitiva para el futuro de la planta. Almaraz tiene que pedir la renovación de su licencia de explotación antes del 31 de marzo, y con el protocolo firmado con Enresa bajo el brazo la decisión parece tomada.
Almaraz está controlada un 52,7% por Iberdrola, un 36% por Endesa y un 11,3% por Naturgy, pero como se gestiona a través de una agrupación de interés económico (AIE) las decisiones han de ser por unanimidad. Una condición que ha desatado una larga batalla entre las compañías, con Iberdrola y Naturgy apostando por cerrar la planta a los 40 años (con lo que sólo se pediría la ampliación de la licencia por cuatro años) y Endesa apostando por solicitar una renovación de los permisos por diez años.
El protocolo para el apagón de todas las nucleares, al que se suman las tres compañías, contempla que el reactor Almaraz I alargará su vida hasta 2027 y Almaraz II hasta 2028. En principio, las tres eléctricas están de acuerdo en pedir la renovación de la licencia de explotación –que expira en 2020- para cumplir con estos nuevos plazos, pero los socios llegan a la reunión en un ambiente de desconfianza recíproca y desconfiando con la exigencias del resto de compañías con que pueden encontrarse en la reunión.
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