La primera colmena de Mercadona está plantada a 500 metros escasos de un Carrefour. Es un edificio sin pretensiones arquitectónicas -rectangular, sobrio, con fachada blanca y parking funcional-. Está ubicado en uno de los muchos polígonos industriales que circundan Valencia. El único detalle que puede llamar la atención del automovilista curioso –aquí apenas hay viandantes- es el nombre que encierra un gran cartel luminoso: “mercadona.es”.
Bajo el letrero hay una gran nave donde la empresa liderada por Juan Roig ha instalado el proyecto piloto de su nuevo canal online. En el lenguaje interno de Mercadona, plagado de terminología propia, lo llaman colmena. “No es un centro logístico, sino un laboratorio”, especifica Sara García, una de las responsables del proyecto de Valencia.
En su interior, ingenieros y expertos en operaciones conviven con los operarios que preparan los pedidos (pickers, según el dialecto de la casa). Todos forman parte de ese campo de pruebas decisivo para Mercadona. Porque del buen funcionamiento de esas colmenas depende, en parte, el futuro de la cadena líder de supermercados en España.
Lo que pretende la compañía es lograr, de forma progresiva, que el reparto de los pedidos efectuados por internet se realice desde una colmena y no desde una tienda, como ocurre en la actualidad. La fórmula permite dividir totalmente los dos canales de venta (el físico y el digital) y libera tiempo y mano de obra a los supermercados, que pueden focalizarse en el servicio al cliente que acude a la tienda (el Jefe, como se le ha definido desde siempre en la casa).
A esa carta se juega Juan Roig -el empresario que más dinero factura de España- el poder mantener el pulso en el futuro a rivales como Amazon, convertida en amenaza constante para los empresarios nacionales de la distribución; o El Corte Inglés, que ya posee centros logísticos enfocados exclusivamente a las ventas de alimentación por internet-.
La primera colmena ya está operativa en Valencia. Después llegará el turno de Barcelona y Madrid, donde Mercadona ya cuenta con locales en alquiler. Cuando arrancó el laboratorio de Valencia, se daba servicio a 14 códigos postales. “Hoy llegamos a los hogares de 134, equivalentes a 97 poblaciones”, apunta Juan Caballero, coordinador de la colmena valenciana.
En el centro logístico trabajan actualmente 160 personas. Son parte de una plantilla de 230 empleados concentrados en lograr que el reto digital de Mercadona sea rentable. Llevan 1o meses desarrollando a base de prueba y error la colmena, que funciona como híbrido entre supermercado y centro logístico. En realidad, la instalación es como una tienda de Mercadona de gigantescas dimensiones. Hay una panadería enorme, tan grande como las cámaras frigoríficas o los lineales donde están apiladas 8.000 referencias, disponibles a un golpe de clic del usuario.
La vida en el interior de la colmena, que abarca 13.000 metros cuadrados, varía considerablemente en función de la hora. Por ejemplo, la tarde es tranquila pero la nave bulle de madrugada. Buena parte de los pedidos se prepara por la noche para efectuar la entrega a la mañana siguiente. “A las 22.00 horas se adelanta el trabajo con los artículos secos, porque a las 3 de la mañana llegan en camiones los productos frescos”, cuenta Juan Caballero. El desembarco del pescado, la fruta y la verdura marca una punta de trabajo en la nave.
Los pickers trasladan la mercancía en lo que ellos mismos denominan Ferraris, una suerte de plataforma cuadrada con cuatro ruedas giratorias que permite transportar apiladas numerosas cajas de plástico cargadas.
Cuatro horas más tarde, a las 7 en punto de la mañana, comienza el reparto a domicilio desde la colmena, que se efectúa en dos tipos de camiones. También tienen nombre propio en la casa: los F9 y los F15. "El número indica el número de pedidos que pueden transportar", explica Sara García. Todos los camiones están divididos en tres compartimentos: en uno se guardan los productos secos, en otros los frescos y en un tercero los congelados. "Al llegar al domicilio, el repartidor los mezcla antes de la entrega", añade García.
Todo lo que ocurre de puertas adentro, desde que llega una orden por internet hasta que el pedido sale a bordo de un F, es cuidadosamente observado y anotado. Es un laboratorio abierto a la experimentación, por eso la colmena vive en constante evolución desde que echó a andar, el 21 de mayo de 2018.
Después de Valencia entrará en juego Barcelona. Será el próximo 12 de junio, según ha concretado este martes en Valencia el propio Roig. Desde esa colmena -como llaman en la empresa a las naves logísticas, Mercadona dará servicio a los clientes de la Ciudad Condal, quienes podrán comprar usar los servicios de la nueva web del grupo.
Tras las dos ciudades mediterráneas llegarán otras grandes capitales. De aquí a finales de este año, el servicio irá implantándose de forma progresiva en otras ciudades. Primero, en Madrid; y más tarde en Zaragoza, A Coruña, San Sebastián, Málaga Las Palmas, Palma de Mallorca, Alicante, Sevilla y Bilbao.
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