El Corte Inglés sigue haciendo los deberes para reducir costes y mejorar su rentabilidad. En el próximo trimestre, el objetivo es reestructurar sus servicios centrales, lo que implicará un nuevo recorte en su plantilla.
Según ha podido saber El Independiente, el gigante de la distribución acaba de contratar a la consultora norteamericana AT Kearney para diseñar el plan que aligere las cargas del área de servicios centrales. Fuentes conocedoras señalan que este plan, indefectiblemente, pasará por adelgazar este área transversal que da empleo a en torno a 5.000 trabajadores.
Fuentes de El Corte Inglés reconocen la contratación de AT Kearney para realizar un "análisis funcional y de optimización de recursos", pero señalan que todavía no tienen las conclusiones, por lo que consideran prematuro hablar de recortes.
Durante los últimos años la compañía ha impulsado jubilaciones y bajas voluntarias para aligerar la masa salarial
La rebaja de la masa salarial es uno de los frentes que El Corte Inglés tiene abierto para adaptar su elevada estructura de costes a un nuevo entorno más competitivo. El año pasado, ya lanzó un plan de jubilaciones parciales para empleados con 61 años de edad para el que tiene provisionados actualmente más de 33 millones de euros, según la última cuenta de resultados.
En el mismo marco, en 2016 el grupo estableció otro programa voluntario de bajas incentivadas. Ofreció el 70% del salario neto hasta los 63 años más una prima de salida equivalente a seis meses de salario neto. Durante ese año, el grupo registró una provisión de 178,4 millones que ya desembolsó completamente en 2017. Este plan finalizó con la salida de 1.341 personas, según indicaron fuentes oficiales de la compañía en la presentación de resultados de ese ejercicio.
Más allá de la reducción de personal en servicios centrales, a nivel interno ya hay rumores crecientes en torno a un futuro tijeretazo a nivel grupo que podría llevarse por delante miles de empleos. Al cierre del ejercicio 2017, la compañía contaba con 92.078 empleados, de los que el 87% tienen contrato fijo con una antigüedad media de 14,7 años.
Desinversiones
Por otro lado, la desinversión en activos inmobiliarios y la gestión de la deuda son claves para el futuro del grupo. Durante los seis primeros meses de 2017 -últimos datos disponibles-, la deuda financiera neta descendió en 347 millones, situándose en 3.652 millones. El proceso de refinanciación llevado a cabo en los meses anteriores permitió al grupo reducir los gastos financieros en 18 millones de euros, alcanzando los 68 millones entre marzo y agosto.
En cuanto a la reorganización de su patrimonio inmobiliario -valorado en cerca de 17.000 millones-, la compañía ha dado el mandato a PWC para liberarse de activos por valor de 3.000 millones, según adelantó El Confidencial. A finales de diciembre, ya cerró la transacción de sus centros madrileños de Parquesur (Leganés) y La Vaguada (Madrid) por 160 millones a Unibail-Rodamco-Westfield, la mayor inmobiliaria europea y una de las más grandes del mundo.
La venta de negocios no estratégicos también está en los planes del gigante de la distribución. Hace apenas unas semanas comunicó la venta de su negocio de servicios ópticos Óptica2000 al grupo holandés GrandVision por un monto no especificado.
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