Las grandes eléctricas consiguen sellar la paz tras semanas de choques directos sobre con qué condiciones cerrar sus centrales nucleares. Lo hacen casi in extremis, cuando les quedaba apenas una semana para que expirara el plazo legal que tenían para pedir la renovación de licencia de explotación de las centrales de Almaraz y de Vandellós II.
El acuerdo llegó de madrugada, en una reunión en que Iberdrola, Endesa y Naturgy estaban representadas por altos ejecutivos con total capacidad decisión para cerrar un pacto. Una reunión de alto nivel que se produjo después de que la propia ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, llamara por teléfono ayer personalmente a los máximos ejecutivos de las eléctricas para exigirles que cerraran ya un acuerdo, según confirman fuentes de la negociación.
No es la primera vez que la ministra Ribera se implica personalmente para desencallar el enfrentamiento de las compañías por el cierre ordenado de las centrales nucleares. La ministra ya reunió en secreto en el Ministerio al presidente de Iberdrola, al consejero delegado de Endesa y el presidente de Naturgy para conseguir que pactaran la clausura de todas las centrales entre 2027 y 2035.
Las eléctricas pactan invertir un máximo de 604 millones en Almaraz, 482 millones en Vandellós II y 356 millones en Ascó II
En el encuentro de esta madrugada, los directivos de Iberdrola, Endesa y Naturgy (antigua Gas Natural Fenosa) han alcanzado un preacuerdo para pedir la renovación del permiso de Almaraz I hasta 2027 y de Almaraz II hasta 2028. Un preacuerdo que tenía que ser refrendado formalmente por la asamblea de socios de la central cacereña en la reunión programada para la mañana de este viernes.
Todas las compañías han cedido para conseguir el acuerdo. En la petición de renovación de la licencia se incluirá la palabra “cierre” con las fechas concretas, y no “cierre indicativo” como pedía Endesa para dejar abierta la puerta a que siguiera funcionando más allá del tope previsto. De hecho, en el acuerdo se explicita que para la central la que se solicita ahora es "la renovación última para el cierre definitivo" de la planta, despejando cualquier duda sobre una eventual prolongación.
Iberdrola y Naturgy han conseguido su objetivo de vincular que la central siga funcionando al cumplimiento de un plan de negocio y se establece un programa de inversiones acotado, pero abren la mano con los límites máximos de inversión permitidos.
El plan para Almaraz toma como base unas inversiones previstas de 400 millones de euros durante la próxima década, pero Iberdrola y Naturgy han accedido a ampliar la holgura de inversión adicional del 15% que reclamaban hasta un 50%. En total, las inversiones pueden alcanzar los 604 millones de euros hasta el cierre de la planta.
En caso de incumplimiento de ese tope de inversiones, Endesa ha conseguido que no haya un desistimiento automático de seguir operando la planta como habían llegado a reclamar sus socios, sino que simplemente exista el compromiso de abordar de nuevo el futuro de la planta en tal caso y tomar una decisión que debe ser por unanimidad.
Almaraz está controlada un 52,7% por Iberdrola, un 36% por Endesa y un 11,3% por Naturgy, pero como se gestiona a través de una agrupación de interés económico (AIE) las decisiones han de ser por unanimidad, como sucede con el resto de plantas en que hay más de un socio. Endesa consigue que se preserve ese requisito y que no haya decisiones automáticas pactadas previamente.
El pacto confirma que se trata de la "renovación última para el cierre definitivo" de Almaraz
El acuerdo alcanzado por los altos ejecutivos de las eléctricas esta madrugada también es extensible a los reactores de Vandellós II y de Ascó II, en las que Endesa tiene mayoría accionarial pero en las que también está presente Iberdrola (en Ascó I Endesa es socio único).
En ambos casos –el de Vandellós es el más apremiante porque toca ya pedir la renovación del permiso- se pedirán renovar la licencia por 10 años, pero también se establece una inversión máxima prevista -sin holgura, una cifra fija- y si se supera los socios han de volver a estudiar si se sigue operando. En el caso de Vandellós II la inversión máxima prevista es de 482 millones de euros en una década y en el Ascó II se ha acordado invertir hasta 356 millones (una cifra similar inyectará Endesa a Ascó I, pero como en este caso es único socio del reactor no tiene que pactarlo con Iberdrola).
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