España encara la desaceleración económica que llega después de todo ciclo alcista, pero sin haber recuperado los niveles de empleo ni haber vuelto a las cifras de paro previos a la crisis. Una de las razones es que acumula aún cerca de un millón de desempleados de larga duración para los que urge buscar soluciones mientras se refuerza el sistema de protección social y se evita que acaben en la cuneta del sistema.
Por ello, mientras el mercado laboral empieza a tensionarse otra vez --el número de vacantes se reduce y los salarios aceleran su avance, dando la idea de que el proceso de creación de empleo será menos intensivo a partir de ahora-- planea la amenaza de que España se instale en una tasa de paro estructural superior al 10%.
En busca de fórmulas para reducir estas las cifras de desempleo por otras vías, el Gobierno se ha propuesto hacer de la necesidad virtud y se ha planteado que la mejor vacante o el hueco por rellenar puede ser precisamente la conocida como España vacía.
La idea encaja a primera vista. Una gran extensión del territorio debe ser repoblada y requiere para ello del mantenimiento o desarrollo de actividades que, en muchas ocasiones, pueden ser accesibles para muchos trabajadores a través de procesos de formación y recualificación. Además, hay que recordar que de los parados de larga duración, una buena parte --casi 300.000 de los 1,5 millones-- son jóvenes menores de 30 años, lo que hace pensar en futuro.
El Gobierno de Pedro Sánchez ya prevé aprobar iniciativas en esta dirección en el Consejo de Ministros de este viernes y quiere darle continuidad en la próxima legislativa a tenor del programa electoral 110 compromisos con la España que quieres, presentado este miércoles.
El Ejecutivo prevé dar salida en tres días al plan de choque de parados de larga duración bautizado con el nombre de Reincorpora-T, con una batería de iniciativas para propiciar ese paso del desempleo al ámbito rural y despoblado.
De entrada, el plan establece unos ámbitos de atención preferente hacia los que dirigir los programas de formación. Incluye en este saco el cambio climático, la transición ecológica, el reto demográfico del despoblamiento del mundo rural y el envejecimiento de la población. Una vez identificados, propone enfocar parte de estos programas al empleo rural.
En primer lugar, dado que los servicios de proximidad y de atención a las personas tiene una mayor importancia en el medio rural, entre otras cosas porque el problema del envejecimiento es especialmente acuciante en el campo, el plan prevé potenciar el emprendimiento para la prestación de estos servicios, lo que exige una revisión de la fórmula elegida para la adjudicación pública de estos servicios, de tal manera que se prime y fomente la iniativa local.
En segundo lugar, el plan plantea que, como el despoblamiento rural generalizado en todo el Estado ha supuesto un progresivo abandono de la actividad rural y de la conservación del su patrimonio natural, será necesario desarrollar proyectos de conservación de la biodiversidad, mantenimiento forestal, reforestación y prevención de incendios, control de especies invasoras, proyectos de transición energética, transición agrícola a modelos ecológicos y sostenibles o similares. Todos ellos ámbitos que "pueden contribuir a la fijación de población y a la generación de empleo en el medio rural".
De nuevo, el contrato de relevo
Y como hiciera ante la acuciante necesidad de rejuvencer el empleo en el sector industrial y, especialmente, en el sector del automóvil, el Gobierno propone extender la figura de la jubilación parcial con contrato de relevo a las actividades del sector agropecuario.
Por último, para incidir sobre la pérdida de actividad en los municipios de hasta 5.000 habitantes, especialmente en actividades agropecuarias, oficios tradicionales y artesanales, el plan fomentará y apoyará los programas de recuperación de actividades empresariales por parte de las mujeres y de personas paradas de larga duración.
A estos efectos, prevé establecer mecanismos que faciliten el acceso a la financiación, ya que es el factor más limitativo a la hora de emprender. Además, llama a valorar una bonificación de la cotización a la Seguridad Social para estimular el fomento de actividades artesanales en el medio rural que, como es sabido, tienen un alto componente de estacionalidad.
El programa electoral toma el testigo
Una vez se aprueben estas iniciativas, que luego deberán tener un desarrollo efectivo, de lo cual depende que el PSOE siga en el Gobierno, su programa electoral reserva hasta cuatro puntos para afrontar el reto demográfico en el medio rural.
Entre las medidas que incluye, el PSOE insiste en reducir las cargas administrativas y fiscales para general empleo, sin especificar más, pero dando un paso más allá de lo contenido en el plan sobre parados de larga duración.
A ello suma la implantación de la formación profesional en el medio rural con ayudas específica y ciclos de FP itinerantes; la promoción del turismo sostenible del interior, para aportar ingresos con los que luchar contra la despoblación; el fomento de las energías renovables y de un tejido industrial asociado; el impulso de la universidad a distancia especialmente en el medio rural; o la defensa de los presupuestos actuales de la Política Agraria Común (PAC).
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