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Economía

Sánchez promete cerrar el agujero de las pensiones en cinco años mientras suben el IPC

No derogará la reforma de 2013 al completo. Buscará un equilibrio aumentando la aportación del Estado a la Seguridad Social y abriendo la puerta a modular las pensiones futuras en función de la situación

Sánchez promete cerrar el agujero de las pensiones en cinco años mientras suben el IPC
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la presentación de las propuestas del PSOE. | EP

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha presentado el programa electoral del PSOE para las próximas elecciones del 28 de abril bajo el título 110 compromisos con la España que quieres. Y lo ha hecho arropado por una amplia representación de los ministerios y cabezas de lista. En un acto multitudinario, los socialistas han hecho una demostración de fuerza a la espera de que las principales fuerzas de la oposición hagan su particular puesta en escena durante los próximos días.

Muchas ideas y pocas concreciones. Salvo en materia de pensiones, ámbito en el que los socialistas prometen derogar el índice de revalorización de las pensiones para volver a actualizar cada año las prestaciones con el IPC real, aumentando en mayor medida las pensiones mínimas y las no contributivas.

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Ahora bien, la derogación de la reforma de las pensiones de 2013 no será completa y solo se compromete a reformar el actual factor de sostenibilidad de acuerdo con los agentes sociales. Este mecanismo, que iba a entrar en vigor en 2019, se pospuso a 2023. Pues bien, se trata de una llave que tiene en cuenta la evolución de la esperanza de vida para modular la cuantía de las pensiones iniciales y así controlar el gasto.

Así pues, Sánchez estaría manteniendo una puerta a ajustar el déficit de las pensiones actuando sobre las pensiones que vayan a entrar en el sistema en los próximos años. Recordar que, de hecho, fue la reforma de las pensiones de 2011 del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero la que introdujo el debate sobre esta herramienta del control del gasto.

Con esta previsión, el PSOE se compromete a establecer una senda de cinco años para "superar y eliminar" el déficit del sistema de Seguridad Social --que ronda los 19.000 millones de euros-- en el marco de su compromiso con la consolidación fiscal.

La ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, ya había dado cuenta de estos planes en los últimos meses, pero nunca se había puesto negro sobre blanco en un programa electoral. Y es que se trata de todo un reto a la vista de que tras las últimas subidas de pensiones, el ritmo de crecimiento del gasto en este capítulo ha superado el 5%.

De momento, los ingresos por cotizaciones superan esa tasa, pero a futuro es de esperar una moderación del crecimiento del empleo y de los salarios. Incluso el Presupuesto de 2019 contemplaba un escenario sin reducción de la cifra de déficit, lo que a efectos de la promesa de Sánchez sería un año perdido.

¿Cómo piensa hacerlo el PSOE? Mediante un conjunto de medidas que garanticen la sostenibilidad del sistema, que no precisa más allá de referirse a un redefinición del las fuentes de financiación de manera que las pensiones contributivas reposen sobre los ingresos por cotizaciones, pero dando entrada a un incremento progresivo de las aportaciones del Estado para hacer frente al aumento esperado del gasto ligado a las jubilaciones de la generación del baby-boom en los próximos años.

Esto sugiere la salida de la posibilidad de sacar gastos impropios de la Seguridad Social para pasarlos a Presupuestos, como pueden ser las pensiones de viudedad u orfandad, que se comen unos 23.000 millones de euros anuales. En paralelo, el PSOE recupera otra potente vía para incrementar los ingresos del Estado: la reforma del sistema de cotizaciones de los autónomos, para que empiecen a aportar en función de sus ingresos reales.

Ahora bien, estas afirmaciones contrastan con lo que cabría esperar de la actual senda de reducción del déficit. El hecho de que el actual objetivo de déficit sea del 1,3% del PIB sugiere que España debería haber recuperado el equilibrio fiscal antes de cinco años --el déficit de la Seguridad Social también se podría ver compensado por el superávit de otras administraciones--. Sin embargo, los datos de ejecución presupuestaria arrojarán un desequilibrio que se acercará al 2,7% del PIB al cierre de 2018, con lo que en otro ejercicio de posibilismo, Sánchez asume que no se podrá cerrar este agujero hasta 2023.

El dardo fiscal contra las grandes empresas

Para ello, también serán necesarias medidas para incrementar los ingresos. El PSOE apuesta de hecho por equiparar los niveles de recaudación a la UE, esto es, aumentar el peso de los tributos en ocho puntos porcentuales del PIB, unos 90.000 millones de euros. No se marca un plazo, pero al menos sí una senda somera.

El PSOE insiste en aumentar la progresividad del sistema fiscal, incrementando la tributación de las grandes empresas y los mayores patrimonios, al tiempo que pretende "mejorar la equidad entre la fiscalidad de las rentas del capital y las rentas del trabajo". Esto podría pasar por aumentar los tipos máximos que gravan al ahorro del 19% al 27%, como estaba previsto tras el acuerdo presupuestario con Unidos Podemos. Mientras tanto, el tipo marginal del IRPF es del 45%.

Ahora bien, a la hora de abordar los nuevos tributos que quedaron atrapados en el Parlamento por el cierre de las cámaras, las conocidas como tasas 'Tobin' y 'Google', el PSOE no plantea retomar los proyectos de Ley correspondientes, sino que apuesta por promover la armonización a nivel europeo de estos impuestos sobre determinados servicios digitales y las transacciones financieras. No obstante, cuando se presentaron aquellos impuestos se plantearon como unos tributos transitorios hasta que llegará la esperada armonización en el plano europeo.

A continuación, el PSOE insiste, en cambio, en impulsar la fiscalidad ambiental para que desincentive la contaminación y favorezca la transición ecológica.

Mantiene la 'contrarreforma' laboral

Por otro lado, a priori el programa electoral estaba llamado a replicar principalmente los compromisos presupuestarios que se quedaron en el tintero tras la convocatoria de elecciones anticipadas.

En ese sentido, el PSOE se compromete a ir subiendo progresivamente el salario mínimo (SMI) hasta alcanzar el objetivo del 60% del salario medio que marca la Carta Social Europea.

En materia de 'contrarreforma' laboral, los socialistas insisten en reformar "los aspectos más lesivos" de la acometida en 2012 como paso previo para elaborar un nuevo Estatuto de los Trabajadores del siglo XXI.

Además, sigue apostando por simplificar las modalidades contrato, hasta tres: indefinido, temporal y formativo. De esta forma, y reforzando la causalidad de los contratos temporales, los socialistas pretenden reducir la dualidad del mercado de trabajo y aumentar la calidad del empleo.

Equiparación de la paternidad progresiva

Por otro lado, el Gobierno el PSOE incluye en su programa electoral la equiparación de los permisos por nacimiento de hijo de ambos progenitores de forma intransferible. El permiso de paternidad, que ha pasado de 5 a 8 semanas, alcanzará las 16 semanas de forma progresiva en los próximos tres años. En este punto, el programa no precisa si esos tres años incluyen el año 2019 o si amplia el periodo de equiparación hasta el año 2022.

Ingreso mínimo vital

En cuestiones de protección, el PSOE recupera su propuesta para establecer un ingreso mínimo vital y para favorecer el envejecimiento activo.

En materia de educación, los socialistas prometen promover un pacto de Estado para que la inversión en educación y becas alcance el 5% del PIB en 2025. Además, el programa contempla que para 2025, un 50% de los menores de tres años estén atendidos en centros de carácter educativo.

Resucita la financiación autonómica

Por otro lado, el Gobierno recupera la demorada reforma del sistema de financiación autonómica y local y se moja con la regla de gasto, que limita la capacidad de las administraciones para reinvertir sus superávit, especialmente en el caso de los ayuntamientos. Al respecto, avanza la modificación de este mecanismo para adecuar la distribución actual de los recursos públicos entre los distintos niveles de la Administración.

 

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