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Juicio por la salida a Bolsa de Bankia

Caja Madrid requería 16.000 millones antes de su fusión, según el inspector Casaus

El inspector, conocido por sus críticos mails en torno a la salida a Bolsa de Bankia, consideró que los apenas 7.000 que estimó AFI eran insuficientes

José Antonio Casaus, inspector del Banco de España. | EFE

El inspector del Banco de España José Antonio Casaus ha dicho este martes en el juicio por la salida a bolsa de Bankia que Caja Madrid necesitaba más de 16.000 millones de euros antes de su fusión con el resto de cajas, frente a los apenas 7.000 que estimó AFI en un informe, cantidad que su juicio "se quedaba muy corta".

Casaus, que declara hoy como testigo a petición de la Confederación Intersindical de Crédito (CIC), sindicato de las antiguas cajas que ejerce la acusación popular, ha supervisado Caja Madrid desde el año 2009.

Tras la fusión con otras seis entidades -Bancaja, Caja de Canarias, Caja de Ávila, Caixa Laietana, Caja Segovia y Caja Rioja- que dio lugar a BFA Bankia, continuó ejerciendo estas labores con la entidad resultante.

En su declaración ante la sección cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Casaus, autor de una serie de correos muy críticos con la situación de Bankia en el momento de la salida a bolsa, se ha remontado a la etapa anterior a la integración de las siete cajas.

En concreto, se ha referido a un informe elaborado por AFI en 2010, antes de la integración de las cajas, que tras realizar una valoración estimó que Caja Madrid necesitaba 7.000 millones de euros, una cantidad "que se quedaba muy corta" y que en opinión de Casaus superaba los 16.000.

Según ha relatado, lo que quedó claro es que quedaban saneamientos pendientes, y que fruto de una decisión estratégica esos saneamientos "había que hacerlos contra patrimonio en la fusión", o de lo contrario se tendrían que hacer más adelante "contra resultados, y das pérdidas y se va todo al garete".

La entidad optó por "hacerlo contra patrimonio y contratar a una auditora que te lo viste muy bien; podías dejar las cuentas bonitas, pero no podías sanear demasiado porque entonces te quedabas corto de capital y tenías otro problema".

Los gestores "hicieron lo que podían hacer antes de los requerimientos de capital, jugando al gato y al ratón", ya que "si hacías demasiados saneamientos los pies de la solvencia se te quedaban fríos".

Era un momento, ha recordado la "incertidumbre bestial", una época "nada fácil para gestionar o supervisar", a lo que hubo que sumar los test de estrés de la autoridad bancaria europea (EBA) y la burbuja financiera "financiada por países extranjeros a los que devolver el dinero".

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