Lo advirtió Luca de Meo pero podría haberlo suscrito cualquiera de sus homólogos en el sector: España se juega mucho en la carrera por el vehículo del futuro.
La relevancia del sector del motor en la economía española parece fuera de toda duda. Una industria que cuenta con 11 empresas que operan hasta 17 fábricas en el país, genera cerca del 10% del PIB nacional y da empleo -entre las distintas actividades relacionadas- a unos tres millones de personas representa, sin duda, una de las bases de la economía nacional.
Y a eso se remitió este martes el máximo representante del Grupo Volkswagen en España y CEO de Seat para recordar que, ante los desafíos que enfrenta actualmente, la industria del motor necesita del apoyo de la Administración. "Es necesario que todo el mundo entienda el impacto económico y social que una industria tan potente tiene en España y tengamos un poco de apoyo", observó De Meo.
Las compañías del sector se enfrentan a día de hoy a un escenario muy complejo. La transición hacia el vehículo eléctrico requiere un exigente ritmo de inversiones que, además, no produce a día de hoy los réditos suficientes, dada la aún reducida aceptación -entre otras cosas por sus elevados costes- que tienen aún estos coches en el mercado. El contexto se ve agravado por un escenario económico en desaceleración y la amenaza de onerosas sanciones por parte de Bruselas por el incumplimiento de los estándares de emisiones. Ese es el marco en el que firmas como Ford o Nissan han anunciado en los últimos meses ajustes que afectan a sus plantillas en España.
El sector reclama planes a largo plazo que ofrezcan estabilidad para realizar las inversiones que requiere la transición al coche eléctrico
En este escenario, la principal demanda del sector pasa por alcanzar un grado suficiente de estabilidad para garantizar "una transición ordenada" hacia el vehículo del futuro. En opinión de De Meo, España debe "decidir si protege el 10% del PIB" con el compromiso de todos. El ejecutivo italiano pone el ejemplo de la apuesta realizada hace 20 o 30 años para impulsar esta industria en España y cuyos réditos se están recogiendo ahora y reta a "repetir aquel milagro" situando al país a la vanguardia de la movilidad del futuro.
Desde el punto de vista del directivo italiano, España cuenta con una buena base para ser uno de los países punteros de la nueva movilidad, pero "para ello se necesita una apuesta a largo plazo para el sector y dejar de poner piedras en las ruedas".
Volkswagen y el resto de la industria está actualmente perfilando, a través de la patronal Anfac, una propuesta de pacto de Estado que garantice la estabilidad a largo plazo necesaria para la industria y la cooperación necesaria desde distintos sectores y ámbitos. "Lo que podría ayudar mucho es ver todo esto como un proyecto de país y no sólo de Gobierno. Estamos hablando de un proyecto de 15-20 años para que las inversiones financieras funcionen", observa De Meo, quien añade que "tenemos que fomentar una visión de ecosistema. Porque muchos de estos esfuerzos nos van a exigir cooperar con otros sectores".
El italiano prefiere no entrar en detalles hasta que la profuesta de Anfac esté perfilada, ya que, considera, es necesario que la industria se mueva con una visión unitaria, pero sí plantea algunas de las cuestiones que considera prioritarias para que el mercado español empiece a adaptarse a las exigencias actuales y sea visto como un lugar atractivo para seguir invirtiendo. Porque, recuerda, ninguna de las matrices de los grandes fabricantes se localiza en España y eso es un riesgo para conservar el compromiso de éstas si no se genera un entorno favorable.
A este respecto, Paco Pérez Botello, responsable de Volkswagen Group España Distribución, subrayó que España ya no es un país barato para fabricar coches en Europa. "Países como Eslovaquia, República Checa o Hungría son más baratos", por lo que, mantenerse como un lugar atractivo para la inversión precisa de otras cuestiones indirectas como el coste del transporte, la energía, las infraestructuras o las cadenas de suministro.
El papel del diésel
Mientras tanto, el Grupo Volkswagen se muestra dispuesto a liderar en España el esfuerzo para garantizar la competitividad de la industria a corto, medio y largo plazo durante este complejo entorno de reinvención del automóvil. Pero advierte de que el sector se enfrenta a un círculo vicioso, en el que "necesitamos vender más para generar los márgenes para poder reinvertir", en un momento en que las cifras apuntan a todo los contrario.
Durante el primer trimestre del año, las ventas de vehículos en España se contrajeron un 4,3%, empeorando las cifras europeas. "En España el mercado está cayendo más que en otras zonas. Quizás, en parte responda al impacto de la incertidumbre política, pero en mayor medida a la incertidumbre que se está creando respecto a las motorizaciones. El diésel ha sido tratado injustamente porque es una tecnología perfectamente válida para un transporte eficiente. Esta incertidumbre tecnológica ha provocado, estimamos, una pérdida de 25.000 matriculaciones en el último año", observa Pérez Botello.
De Meo reclama un plan de renovación del parque de automóviles que permita a los propietarios de vehículos antiguos acceder a coches asequibles
El directivo considera necesario "contrarrestar esa demonización que se ha hecho de los vehículos diésel" y recuerda que los vehículos diésel modernos son prácticamente idénticos en emisiones de óxido de nitrógeno a los de gasolina y tienen un impacto mucho menor en emisiones de CO2. Sin embargo, la tendencia de los consumidores a comprar vehículos de gasolina para evitar las crecientes restricciones a las que están siendo sometidos los motores diésel está provocando un aumento de las emisiones nocivas contrario a los objetivos de las autoridades. "El parque de 2018 ha sido peor que el de 2017 y el de 2019 será aún peor. Es labor de todos volver a hacer pedagogía. Los diésel modernos son una solución perfectamente válidas para la emisión", comenta.
Desde la firma reiteran que, a día de hoy, los vehículos eléctricos o híbridos no están al alcance de todos los consumidores, lo que está provocando también un envejecimiento del parque de vehículos, hasta el punto de que el 80% del impacto ambiental lo están provocando vehículos con más de 10 años de antigüedad. Por eso, "es muy urgente favorecer que la gente que tenga poder adquisitivo pueda saltar a nuevas tecnologías y facilitar la renovación de los coches más antiguos, permitir que las personas que por necesidad tienen coches antiguos puedan acceder a productos más nuevos, mejorados", indica De Meo.
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