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FG busca oficina VIP en el centro de Madrid tras ser obligado a dejar el Palacete de BBVA

El expresidente, que todavía acude habitualmente a su despacho en la sede de la fundación del banco, busca un nuevo refugio para instalarse junto a su secretaria

Francisco González, expresidente de BBVA, en la Conferencia BBVA Sustainable Finance Forum, en 2018. | EP

Francisco González renunció -o le forzaron a renunciar- a la presidencia de honor de BBVA y de la fundación el pasado 29 de marzo. Si en septiembre de 2018 había anunciado el fin de sus días como primer ejecutivo del grupo a finales de ese año, su -impuesta o no- decisión de abandonar todos los cargos honoríficos le obligan también a despedirse de ciertos privilegios de los que, hasta ese momento, disfrutaba amparado en su condición de presidente de honor.

El gallego debe desocupar la planta noble del Palacio del Marqués de Salamanca, en el madrileño Paseo de Recoletos. Allí se había instalado, tras ceder su despacho de La Vela al actual presidente Carlos Torres. Pero FG -como se conoce a Francisco González en el sector financiero- se resiste a dar el último portazo de su regio despacho. Todavía sigue allí, en el tiempo de descuento, sin embalar sus pertenencias, a la espera de encontrar un nuevo refugio.

Quiere un nuevo cuartel general en el eje de Castellana, accesible desde su vivienda habitual en la exclusiva urbanización de El Viso

Varias fuentes confirman que el expresidente acude casi diariamente a la que es sede de la Fundación BBVA en su BMW blindado. Dado que ya se le ha avisado de que su estancia allí tiene fecha de caducidad en el corto plazo, ha comenzado a buscar nueva oficina en la que instalarse junto a su secretaria. De las tres asistentes que tenía en el banco, dos han sido prejubiladas y otra mantiene el puesto. Los últimos ex presidentes de BBVA -José Ignacio Goirigolzarri, Pedro Luis Uriarte y Emilio Ybarra- mantuvieron también a sus secretarias durante varios años, tras dejar el cargo.

El exdirectivo estaría buscando su nuevo cuartel general en el eje de Castellana, en algún edificio señorial que no le pille a desmano de su vivienda habitual, situada en el exclusivo barrio de El Viso.

FG, por su parte, también conservará a su chófer y todo el equipo de seguridad que le ha acompañado durante gran parte de su carrera en BBVA.

La polémica renuncia

FG ha sido el primer y, de momento, último presidente de honor de BBVA. Aunque su retirada fue anunciada como “temporal”, es muy probable que se convierta en una renuncia definitiva, dado que está condicionada al fin de las investigaciones abiertas por la Audiencia Nacional en el marco de la Operación Tándem. Las pesquisas pueden prolongarse durante años y el banquero, que ya cuenta con 75 años de edad, podría no estar en disposición de asumir los cargos.

Desde que estalló el escándalo de las escuchas ilegales encargadas por el comisario José Manuel Villarejo, presuntamente, con el conocimiento de FG, éste se ha visto sometido a presiones por varios frente para que se apartase del banco.

El último banquero de la vieja guardia sufrió, hasta el momento de su dimisión el día previo a la celebración de la junta de accionistas, la tormenta perfecta: presión de las instituciones supervisoras, presión por la creciente litigiosidad en torno a las presuntas escuchas ilegales, y presión por parte de los inversores institucionales, que controlan en torno al 55% del capital del banco.

El Banco de España y el Banco Central Europeo hace tiempo que habían mostrado su preocupación y advertido del riesgo reputacional que estaba desgastando al banco.

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