La situación de Dia se agrava por minutos. Mientras el futuro del grupo de supermercados se mantiene en la más absoluta de las incertidumbres, a la espera de la resolución de la OPA presentada por su máximo accionista, LetterOne, el negocio de la compañía mantiene una tendencia negativa que no hace sino acelerarse.
Dia ha hecho públicos en la mañana de este viernes sus cifras provisionales del primer trimestre en las que se fija un rango de pérdidas de entre 140 y 150 millones de euros, frente a los 16,3 millones que restó en el mismo periodo del año anterior (una vez ajustadas las cuentas por la situación de hiperinflación que afecta a Argentina).
Estas abultadas pérdidas se derivan del pobre desempeño operativo de la firma a lo largo de los tres primeros meses de 2019, en los que el Ebit del grupo reflejó unos números rojos de entre 115 y 125 millones, unas 20 veces más de los que registró en 2018. Las ventas se redujeron entre en 4,3 y un 9,9% a un rango entre 1.615 y 1.715 millones, con un descenso del 4,3% de las ventas like for like (las registradas en superficie comparable).
Las ventas netas del grupo se redujeron en el trimestre entre un 4,3 y un 9,9%
La compañía achaca su mala evolución al impacto que la incertidumbre sobre el futuro de Dia está teniendo en el día a día de su negocio. Así, entre otras cuestiones, se resalta que las noticias que han venido cuestionando la situación financiera del grupo desde el inicio de 2019 han provocado "un endurecimiento de las condiciones de los proveedores que comenzó a tener un impacto negativo en la cadena de suministro, lo cual ha dado lugar a un aumento sustancial de los niveles de rotura de stocks de nuestros almacenes y tiendas, que en última instancia se ha traducido en menores ventas".
Estas circunstancias han agravado la difícil situación patrimonial en que se encuentra el grupo, elevando el patrimonio neto negativo de la compañía desde los 99 millones en que se situaba a finales de 2018, hasta situarse entre 170 y 180 millones de euros. Esta situación es causa de disolución y la compañía tiene de margen hasta finales de mayo para subsanarla.
Del mismo modo, la situación financiera del Grupo Dia ha experimentado un deterioro notable, con un repunte de su deuda del 17%, lo que supone unos 250,4 millones de euros más de deuda neta financiera, hasta sumar un total de 1.702 millones de euros, lo que supone prácticamente la totalidad de los ingresos netos registrados por la compañía en el primer trimestre.
Desde la empresa que dirige Borja de la Cierva expresan su confianza en que la llegada a buen término de la oferta lanzada por LetterOne suponga un alivio de la delicada situación del grupo. "La ejecución con éxito de la oferta de LetterOne, un acuerdo entre LetterOne y las entidades financieras acreedoras sobre la refinanciación a largo plazo de la deuda financiera sindicada, y la ejecución de la anunciada ampliación de capital de 500 millones de euros, debería mejorar la estructura de capital de la sociedad y, por tanto, contribuir a mitigar la incertidumbre que ha causado la inquietud de los proveedores y podría proporcionar la base para la transformación comercial de la compañía", señala el escrito.
La incertidumbre sobre su futuro ha dificultado la relación con proveedores, penalizando al negocio
En este contexto, desde la dirección de Dia han insistido en las últimas semanas en la conveniencia de que los accionistas del grupo acepten la propuesta planteada por el fondo del empresario ruso Mikhail Fridman, ante la falta de alternativas y el riesgo de que, de frustrarse esta, la compañía se vea forzada a una reestructuración de deuda, un concurso de acreedores o, incluso, su disolución.
Sin embargo, las primeras cifras de aceptación de la oferta, cuyo plazo finaliza el próximo miércoles 30, mostraban unos niveles muy bajos, que han hecho arreciar las dudas sobre la posibilidad de que LetterOne no alcance el mínimo de aceptación exigido para seguir adelante con el procedimiento. Varios grupos de inversores minoritarios han manifestado en los últimos días su rechazo al precio ofrecido por el máximo accionista de Dia y la negativa de éste a mejorar la oferta puede acabar truncando la OPA, lo que obligaría a buscar una solución para el grupo a contrarreloj.
Aplaza el pago de la deuda
En este sentido, Dia también ha comunicado que ha firmado con sus acreedores financieros una novación modificativa de sus actuales líneas de financiación sindicadas por importe de hasta 912,1 millones de euros para extender el plazo hasta el 31 de mayo de 2019, frente a la fecha inicialmente prevista del 30 de abril, y acordar y promover una ampliación de capital social o cualquier otro instrumento equiparable al capital social en términos satisfactorios para los acreedores financieros.
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