Los resultados electorales dan un claro triunfo al PSOE. Es la cara de una moneda en la que la cruz es el desplome del PP y el frenazo de Unidas Podemos. Pedro Sánchez que tiene ahora en su mano formar Gobierno con la formación liderada por Pablo Iglesias y un ERC que se ha colocado como principal fuerza catalana.
En la hora de los análisis y las lecturas hay que tener en cuenta, no obstante, que los socialistas han desplegado en menos de un año de mandato, tras la moción de censura del pasado verano, una política claramente social y fiscalmente expansiva, capitalizada al máximo pese a haberse pactado en su mayoría con Podemos, mientras los de Pablo Casado iniciaban un viaje hacia la derecha más pura.
Con la cautela que merecen unos resultados electorales aún calientes, parece que el PSOE recogería ahora los frutos de esa apuesta por lo social. Y es que los socialistas han dado un vuelco a las urnas en comunidades autónomas especialmente azotadas por el desempleo y por el progresivo envejecimiento de la población.
El PSOE de los parados
Recordar que el PSOE ha pivotado buena parte de sus últimos 'decretazos' de última hora en torno a la recuperación de los niveles de protección de los desempleados de larga duración o mayores de 52 años. Finalmente no pudo sacar adelante su 'contrarreforma' laboral, pero apostó por hacerlo en el momento en el que tuviera el margen político suficiente. Algo que ahora acaricia.
Pese a los resultados de la elecciones autonómicas en Andalucía, que dieron el triunfo a la coalición PP-Ciudadanos y certificaron el ascenso de Vox, el PSOE ha sido la fuerza más votada en la comunidad autónoma, del mismo modo que en Canarias o en Extremadura, las regiones con mayores tasas de paro, por encima del 20%. Se trata también de las tres comunidades con menores ratios de ocupación, de acuerdo con la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al primer trimestre.
Se trata de tres comunidades en las que el PP fue la fuerza victoriosa en las elecciones generales de 2016. En Andalucía, el PP logró 23 escaños en ese año, por delante de los 20 de los socialistas. Sin embargo, el desplome del PP ha dado la victoria al PSOE, que además ha obtenido cuatro escaños más. No obstante, también suben con fuerza Ciudadanos (11) y Vox (6). Solo en Almería, PP y PSOE ha sostenido un pulso.
En el caso de Extremadura, los resultados tornan complentamente. La victoria del PP en 2016, con cinco escaños, como fuerza dominante, es ocupado ahora por el PSOE. Mientras, en Canarias, la situación es similar, pero con cinco escaños, en liza.
Las pensiones tras la victoria del PSOE
No obstante, la gran promesa de los socialistas es la recuperación de la revalorización de las pensiones con el IPC real por Ley, y la revisión del factor se sostenibilidad en el Pacto de Toledo. Se trata de un compromiso dirigido directamente a un nicho de más de nueve millones de votantes, a los que además les ha prometido cerrar el déficit del sistema en un plazo de cinco años.
Pues bien, el PSOE ha ganado en las comunidades autónomas con pensiones contributivas medias más bajas y con edades promedio más altas. Incluso desbancando también a la derecha en bastiones como Valladolid o Burgos.
De un lado, las comunidades autónomas más envejecidas, según datos del padrón continuo del Instituto Nacional de Estadística (INE), son Asturias (48,3 años), Castilla y León (47,6 años) y Galicia (47,2 años). En la primera de ellas, el PP ha sido superado por el PSOE, con tres escaños, mientras que el resto se ha repartido a partes iguales entre las derechas y Podemos.
En Galicia, la misma situación, el vuelco ha sido claro en Pontevedra, mientras que la disputa ha sido dura en las otras tres provincias. Pero especialmente llamativo ha sido el cambio en el voto en Castilla y León, donde las provincias de León, Valladolid y Burgos se han teñido de rojo, precisamente las que presentan el mayor número de pensionistas.
Vox crece donde se concentra la inmigración
Otro de los resultados dignos de análisis es el ascenso de Vox. Porque no se ha producido en todo el territorio español por igual.
Su presencia, también con la prudencia que exigen las posibles lecturas de los resultados, se ha afianzado especialmente en los territorios de Madrid, la Comunidad Valenciana o Murcia, regiones en los que la concentración de extranjeros ronda el 14%, solo por detrás de Cataluña (15%), donde las implicaciones del voto son muy diferentes; y Baleares (17,8%), región en la que la formación de Santiago Abascal también obtiene uno de sus escaños.
Las más pobres, del PSOE
Finalmente, el PSOE también gana claramente en Andalucía, Castilla-La Mancha o Extremadura, las tres comunidades cuyo PIB per cápita se sitúa más claramente por debajo de la media.
Entre las más ricas, se encuentran Aragón, Baleares, Cataluña, Madrid, Navarra o el País Vasco. En estos casos, el ascenso del PSOE no es tan claro en los territorios forales o en Cataluña. Sin embargo, cabe recordar de nuevo que se trata de territorios donde las cuestiones identitarias tienen un peso específico particular.
De hecho, ERC ha ascendido con fuerza en Cataluña, lo muestra que el voto soberanista, ante un posible triunfo de las derechas, ha reaccionado. En el País Vasco, el PNV ha sido con diferencia la formación más votada y en Navarra ha vencido la opción de Navarra Suma.
Valencia confía en el PSOE pese al despilfarro fiscal
En medio de la España de los extremos está la Comunidad Valenciana, que no aparece en las horquillas de paro, PIB per cápita o población extranjera. Siempre en medio de los polos, la región ha vuelto a dar la victoria al PSOE. No obstante, su situación es llamativa si se atiende a la cuestión fiscal. A modo de resumen, la Comunidad Valenciana ha encendido recientemente las alertas de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) por sus desequilibrios presupuestarios.
Concretamente, la organización presidida por José Luis Escrivá considera que la Región de Murcia y la Comunidad Valenciana presentan un riesgo muy elevado de incumplimiento del objetivo de déficit para este año --del 0,1% del PIB--, con desviaciones de alrededor de un punto del PIB.
Ahora bien, la situación no es la misma en ambos casos. Murcia mantiene su gasto, pese a todo, dentro de los márgenes de la regla de gasto –límite que se referencia al crecimiento potencial de la economía en el medio plazo, del 2,7% en 2019– y también de su PIB nominal. En cambio, Valencia vive claramente por encima de sus posibilidades y encadena dos años seguidos de aumento del gasto computable en torno al 7%, pese a que ya en 2018 cerró el ejercicio con un déficit del 1,3%, un punto por encima del objetivo.
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