Días después de que la Comisión Europea haya certificado que España ya está fuera del procedimiento de déficit excesivo, al haber rebajado el déficit por debajo del 3% del PIB, los últimos datos hasta el mes de marzo ofrecen un deterioro del saldo fiscal. Los ingresos fiscales se frenan mientras que las medidas de gasto social aprobadas por el Gobierno durante el anterior ejercicio lastran las cuentas en ausencia de un nuevo Presupuesto.
El déficit del Estado se ha ampliado en los tres primeros meses del año del 0,35% al 0,54% del PIB, teniendo en cuenta además que el PIB con el que se ha calculado es unos 50.000 millones de euros superior al de hace un año. De resultas, el agujero entre ingresos y gastos de la Administración Central se ha agrandado en casi 2.500 millones de euros, hasta los cerca de 6.800 millones de euros.
Esta evolución del PIB choca con la intención del Gobierno de reducir el saldo negativo del conjunto de las Administraciones Públicas hasta el 2% este año apoyándose en un ciclo expansivo que se mantiene vigoroso, y una mayor eficiencia en la gestión del gasto, principalmente. Por lo pronto, el Gobierno lleva tiempo dando por hecho que en 2018 se lograría alcanzar un superávit primario --sin contar lo intereses de la deuda-- y en el primer trimestre se pasa del supéravit del 0,15% en el primer trimestre de 2018 a un déficit del 0,10%, pese a una reducción del gasto en intereses del 8,8%.
Sin embargo, los datos que publica la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) muestran que el incremento de las pensiones en línea con el IPC o el incremento de los salarios de los empleados públicos por la subida acordada con carácter general por encima de 2% y la equiparación salarial de Policía y Guardia Civil; o la ampliación del permiso de paternidad están lastrando seriamente las cuentas.
Solo el gasto asociado a las retribuciones de los asalariados crece a un ritmo del 6%. No obstante, cabe matizar que en los primeros meses de 2018, la subida salarial de los funcionarios fue del 1% puesto que los Presupuestos no se aprobaron hasta el verano, con lo que en la segunda mitad del año se compensará el efecto escalón.
Además, las transferencias corrientes se disparan un 8,7%, principalmente por las realizadas al Sistema de Seguridad Social, que incluyen la transferencia para atender su equilibrio presupuestario, sin correspondencia en marzo de 2018, derivado de la subida de las pensiones.
Y no hay que olvidar que el Estado tiene que pagar este año la devolución de las retenciones en el IRPF aplicadas de forma indebida en las prestaciones de maternidad y paternidad. En este sentido, las otras transferencias de capital derivadas de esta devolución se incrementan en 741 millones.
Los ingresos se frenan
Por el lado de los ingresos, la evolución muestra que solo el IVA y el IRPF mantienen el tirón de los tributos mostrado a lo largo de 2018. Así, los ingresos por el Impuesto sobre Sociedades disminuyen un 81,9%, hasta 274 millones en 2019, principalmente por una devolución de actas a una única sociedad, por un importe ligeramente superior a los 700 millones, por la presentación de una declaración de 2016 fuera de plazo y por un moderado descenso de los recursos por actas de inspección.
Además, las cotizaciones sociales descienden un 1,7%, hasta 1.607 millones, por la progresiva sustitución de empleados activos con Régimen de Clases Pasivas --empleados públicos--, al que corresponden estas cotizaciones que se registran dentro de la cuentas de la Administración Central, por otros con régimen de Seguridad Social, cuyas cotizaciones suponen recursos que se computan a la Seguridad Social.
En cambio, los ingresos por IVA suben un 4,6%, hasta los 22.990 millones de euros, y los correspondientes a IRPF, un 2,2%, hasta los 11.000 millones de euros.
Las pensiones suben más que los ingresos
Por su parte, los ingresos del sistema de la Seguridad Social muestran que, pese a que el empleo sigue creciendo y no desfallece, los ingresos por cotizaciones sociales crecen más lentos que el gasto tras la subida de las pensiones en línea con el IPC y el continuo incremento del número de pensionistas.
De un lado, las cuentas de la Seguridad Social arrojan a estas alturas del año, antes del abono de las dos pagas extras de cada ejercicio, un superávit del 0,29% del PIB, lo que equivale a 3.686 millones de euros. Sin embargo, las cotizaciones sociales han ascendido a 30.566,32 millones de euros hasta marzo, un 8,09 puntos porcentuales más que en el mismo periodo del año anterior.
En cambio, las prestaciones económicas a familias e instituciones totalizaron 32.552,27 millones de euros, un 10,10% más que en el mismo ejercicio del año anterior. Esta cifra representa un 94,51% del gasto total realizado en el sistema de Seguridad Social. La mayor partida, 29.934,16 millones de euros, corresponde a pensiones y prestaciones contributivas, que registra un crecimiento interanual del 10,68%. No obstante, cabe recordar lo mismo que en el caso de los salarios públicos. Las pensiones no subieron al 1,6% hasta que se aprobaron los Presupuestos en 2018.
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