El Reino Unido es el mayor mercado emisor de viajeros hacia los destinos turísticos españoles. Lo es ahora y lo ha sido desde que nuestro turismo tiene memoria. Y es que los turistas británicos llevan concentrando el mayor número de llegadas desde hace 60 años. Tradicionalmente, cada año cerca de una cuarta parte del total de turistas extranjeros que vienen a España procede de Reino Unido.
Tras un lustro de boom, el turismo español empezó a frenar el año pasado. Las llegadas de turistas extranjeros empezaron a tocar techo el descenso del número de viajeros de Reino Unido (también de Alemania) fue la causa principal. El año pasado España perdió 300.000 turistas británicos y en 2019 pueden continuar las caídas.
Y es que para la temporada alta se esperan nuevos descensos. Las reservas de turistas británicos para viajar a España con un paquete turístico (cuatro de cada diez lo hacen con esta fórmula) este verano presentan de momento un descenso del 3%, según se recoge en el último informe de Turespaña –dependiente del Ministerio de Industria- sobre el mercado británico, anticipado por Europa Press.
El golpe de la caída será desigual en función de los diferentes destinos españoles. Baleares se lleva la peor parte con un recorte de las reservas del 5%, mientras que Canarias registraba una caída del 1% y el conjunto de destinos peninsulares, especialmente los de sol y playa, se situaban en la media con una caída prevista del 3% este verano.
“El Brexit ha generado una situación de incertidumbre sobre todo a media que se acerca la fecha de salida (…) Esta situación puede empeorar si el divorcio Reino Unido/Unión Europea se consuma finalmente sin acuerdo”, alerta Turespaña, el organismo encargado de la promoción del turismo español en el exterior. Sin embargo, el Brexit no parece la razón fundamental del descenso, ya que mientras que las reservas de viajes a España caen un 2%, el total de reservas realizadas hasta ahora por los turistas británicos crecen un 3%.
Las causas que explicarían el frenazo de las reservas en España son de más calado y van más allá de la mera coyuntura política británica. Y es que “una parte importante de este descensoi podría venir explicada por la recuperación de países tradicionalmente competidores como Turquía y Egipto, así como por la reapertura de Túnez”. Destinos rivales con una cuota de mercado muy inferior a la de España, pero con fuertes crecimientos en las reservas de los británicos, con incrementos del 31% en el caso de Turquía y del 28% en el de Egipto.
El descenso de las visitas de viajeros procedentes de las potencias europeas está, según los grandes grupos turísticos continentales, directamente vinculado con la recuperación de destinos rivales del Mediterráneo, a los que los touroperadores internacionales han empezado a desviar viajeros europeos tras años de caída por la inestabilidad y la inseguridad.
2018 fue el sexto año consecutivo de España con récord de llegadas de turistas internacionales, con 82,77 millones de viajeros. Una cota –no sólo, pero también- alimentada durante años por el desvío de millones de turistas por la inestabilidad en algunos destinos rivales del Mediterráneo.
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