La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) recula, al menos de momento. Después de cuatro meses desde la entrada en vigor de la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) hasta los 900 euros en 14 pagas, admite que, en un análisis preliminar, no se ven efectos negativos de esta medida sobre el empleo, pese a que antes de su aplicación anticipó que tendría un coste de unos 40.000 puestos de trabajo menos.
El empleo sigue creciendo hasta abril a ritmos cercanos al 3% y, aunque es pronto para realizar un análisis certero del efecto de la medida, entre aquellos que avisaron de su efecto pernicioso se han mantenido hasta ahora en una actitud de prudencia, solo la AIReF se ha atrevido hasta ahora a cuestionar sus propios vaticinios.
Fuentes de la Autoridad Fiscal insisten en que por ahora toda lectura debe hacerse con la debida prudencia --de momento se disponen de datos agregados, no de microdatos--, pero que, al menos al hacer una lectura del comportamiento del empleo en aquellas comunidades autónomas más sensibles a las oscilaciones del SMI, por contar con salarios medios más bajos, no se han visto efectos significativos.
No solo eso, la afiliación de asalariados y autónomos tampoco arrojan otros indicios, ni el análisis de los datos de empleo por edad o nivel formativo. "Nos pasamos de negativos", admiten las mismas fuentes. No obstante, reiteran su llamada al Ministerio de Trabajo para que lleve a cabo una evaluación exhaustiva de la subida del SMI y que la publicite, algo que no se espera antes de verano.
En cualquier caso, la AIReF entiende que en un mercado de trabajo como el español, con tasas de temporalidad tan elevadas, "es previsible que el posible efecto sobre las bajas se produzca más a través de la finalización de los contratos temporales en vigor que mediante despidos por lo que necesariamente tendrá lugar con un decalaje".
No se cerrará el déficit en 2022
La cuestión ha vuelto a salir a colación después que la Autoridad Fiscal haya publicado este jueves la Actualización del Programa de Estabilidad 2020-2022, en el que el organismo presidido por José Luis Escrivá considera que la previsión de una rebaja de la tasa de paro por debajo del 10% en 2022 es posible, y que incluso el cuadro macroeconómico que plantea el Gobierno es prudente.
Ahora bien, entiende que su transposición a las previsiones de ingresos y gastos de algún modo optimista, de forma que no será posible, aunque por poco margen, acabar con el déficit público en 2022, como se ha comprometido el Gobierno de Pedro Sánchez ante Bruselas.
De un lado, la Autoridad Fiscal cree que el peso de los ingresos sobre el PIB crecerá en tres décimas PIB menos hasta 2022, unos 4.000 millones de euros. Esto se debe primero a que, aunque la AIReF considera que el cuadro macroeconómico del Gobierno es prudente, la sensibilidad de impuestos como el IRPF y el Impuesto de Sociedades al crecimiento económico --una décima-- será menor que lo que prevé el Gobierno, aunque esta brecha se verá parcialmente compensada con una mayor recaudación prevista por el IVA, al entender que el consumo será también mayor.
Por otro lado, la AIReF considera que el impacto de las medidas de ingresos aprobadas y anunciadas por el Gobierno será menor --otras dos décimas sobre el PIB--. Por ejemplo, considera que las subidas de las bases mínimas y máximas de cotización, junto al crecimiento continuado del empleo --cuyo escenario oficial considera factible--, llevará a un crecimiento de los ingresos un décima menor, algo más de 1.200 millones de euros.
Con estas consideraciones, la AIReF considera "factible la previsión de ingresos para 2019-2022 en la mayor parte del periodo, pero observa cierta falta de coherencia entre un cuadro macroeconómico prudente y las estimaciones de ingresos del Gobierno, que serían optimistas respecto a las previsiones macroeconómicas que teóricamente las sustentan".
El encuadre de los gastos
Además, la AIReF estima que la previsión de gastos no sería creíble para los años 2021 y 2022 de cumplirse la previsión de PIB proyectado, que prevé una cierta desaceleración. En este capítulo, las senda de gastos del Programa de Estabilidad prevé un ajuste de seis décimas del PIB pasando del 41,3% al 40,7% del PIB, que se concentra entre 2019 y 2021, para estabilizarse en 2022, frente a unas estimaciones de AIReF que mantienen una senda relativamente estable en torno al 41% del PIB.
Pues bien, las estimaciones de la Autoridad Fiscal contemplan unos gastos superiores en términos nominales en dos décimas del PIB, alrededor de 3.000 millones de euros, que se concentran en la inversión.
En el caso del gasto en pensiones, la AIReF cree que la proyección del Gobierno es coherente --se prevé un aumento del 4,8% hasta 2022--. De hecho, considera que sus proyecciones demográficas y macroeconómicas llevarían al Gobierno a proyectar unos escenarios de gasto a futuros extraordinariamente pesimistas. No obstante, la Autoridad Fiscal considera que el Gobierno ha previsto una reducción del déficit de los Fondos de la Seguridad Social hasta alcanzar el equilibrio que, a su juicio, no resulta plausible en ausencia de medidas.
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