Nuevo reparto de escaños en el Congreso de los Diputados tras las elecciones generales del 28 de abril. Vox ha irrumpido con fuerza y podrá formar grupo propio, Ciudadanos ha ganado peso específico ante un PP debilitado y el PSOE, aunque en mejor posición, debe maniobrar en un delicado equilibrio de pactos con Unidas Podemos para seguir gobernando. Este panorama ha hecho renacer la idea de unos nuevos Pactos de la Moncloa para poder acometer ciertas reformas económicas inaplazables. Y entre ellas, una de las más importantes sería la relativa al mantenimiento de la solvencia del sistema público de pensiones.
El Banco de España, como supervisor independiente de los colores políticos y vigilante de la buena marcha de la economía española, ha hecho este llamamiento por boca de su gobernador, Pablo Hernández de Cos, quien aprovechaba este miércoles la presentación del libro Una visión macroeconómica de los 40 años de la Constitución Española, escrito por José Luis Malo de Molina, para subrayar la necesidad de que se alcancen "amplios acuerdos políticos" para afrontar "con prontitud y decisión" los principales retos de la economía española.
No obstante, esos amplios consensos a los que aludía el gobernador del Banco de España no hablaban de unanimidad, la que en cambio se persiguió en el Pacto de Toledo como un sello de calidad de las recomendaciones a adoptar como guía de las futuras reformas en los estertores de la pasada legislatura. Ese acuerdo máximo finalmente no pudo lograrse al no contar con el apoyo de Unidos Podemos. Por buscar el consenso total, al final no hubo acuerdo.
Estas declaraciones de Hernández de Cos llegan además un día después de que fuentes del banco emisor consideraran necesario buscar consensos lo suficientemente amplios para poder pactar una nueva reforma de las pensiones, dando por hecho que la participación de todos los partidos no será fácil. Todo esto ha sonado por momentos a una rebaja de exigencias en el Pacto de Toledo.
Calviño cierra filas con el diálogo social
Minutos después que hablara el gobernador del Banco de España, la ministra de Economía, Nadia Calviño, decía extraer de sus palabras que reformas como la de las pensiones requieren de "un gran consenso social". Además, defendía que el Gobierno ha dado muestra "desde el primer día" de su "voluntad" de establecer cauces de diálogo y de tomarse "en serio" las mesas de negociación con los representantes sindicales y empresariales.
De esta forma, Calviño también daba entrada en esa búsqueda de pactos y consenso a los agentes sociales, que advierten por su parte de que si se sacrifican los máximos consensos, las reformas que se adopten podrían tener más tarde problemas en su implementación, como ocurrió con la reforma de las pensiones de 2013. Eso y que una defensa férrea de los máximos consensos les debería asegurar tener voz en la elaboración de dichas reformas.
Empresas y sindicatos, por el consenso
Por eso, aunque de manera un tanto tímida, empresarios y sindicatos han mostrado su apuesta por preservar el máximo nivel de consenso social y en la comisión permanente del Pacto de Toledo. De un lado, la presidente de la patronal de los seguros Unespa y vicepresidenta de CEOE, Pilar González de Frutos, aseguró este martes, durante la presentación del Informe Estamos Seguros correspondiente al ejercicio 2018, que la clase política tiene que ser "lo suficientemente madura para alcanzar acuerdos" y recordó que esto ya fue posible a mediados de los años 70 cuando la situación económica que atravesaba España era mucho peor. Se refería a los mismos Pactos de la Moncloa de 1977.
"Ya la deberíamos haber puesto en marcha a tiempo, porque las pensiones lo requieren", añadió en referencia a una próxima reforma.
Del mismo modo, horas después, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, planteaba las demandas del sindicato de cara al nuevo curso político y recalcaba que el gran valor histórico del Pacto de Toledo había sido que, "más allá de los vaivenes políticos", el sistema había mantenido el nivel de cobertura de las pensiones en el tramo alto en la comparativa con la UE.
"Es muy importante mantener el mínimo común denominador entre las partes", señalaba, para aclarar a renglón seguido que, puede haber votos discordantes durante la aprobación de una futura Ley, pero que es preciso alcanzar un "consenso básico en el Pacto de Toledo".
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