Los términos burbuja y especulación van camino de ponerse de moda otra vez en el sector de las energías renovables. Burbuja porque actualmente las solicitudes para conectar a la red nuevas instalaciones renovables duplica toda la nueva potencia verde prevista por el Gobierno hasta 2030.
Y especulación porque conseguir una conexión a la red eléctrica sufre una preocupante situación de cuello de botella y los permisos para hacerlo –pese a que Red Eléctrica los reparte gratuitamente- se han convertido ya en un activo con los que las empresas negocio y por los que se pagan cantidades disparatadas en la reventa.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha elaborado una hoja de ruta para ir reduciendo las emisiones de efecto invernadero en las próximas décadas y ha marcado objetivos concretos para 2030. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que así se llama la guía, tiene como una de sus claves una estimación de aumento sustancial de las energías renovables.
La estimación del Ministerio para la Transición Ecológica pasa por disparar la potencia renovable de los 30.000 megavatios actuales (38.700 MW si se tienen en cuenta la potencia de las últimas subastas que se instalarán el próximo año) hasta 94.400 en poco más de una década.
En total, en España se instalaría unos 55.000 MW de de energías limpias hasta 2030, un auténtico boom renovable. Sin embargo, Red Eléctrica de España ya ha recibido solicitudes para conectar instalaciones renovables a la red por el doble de esa potencia prevista. El doble y a diez años vista.
Según datos adelantados del registro de REE a los que ha tenido acceso El Independiente, las solicitudes de acceso a la red alcanzan actualmente los 125.200 megavatios verdes. De ellos, 74.200 MW aún no han conseguido ese permiso y sólo figuran como autorizaciones solicitadas (otros 51.000 MW ya contarían con el permiso de acceso pero aún no han sido puestos en servicio).
Lo que ha hecho saltar las alarmas en el Gobierno, en Red Eléctrica y en las empresas del sector es que tras una parte sustancial de esas solicitudes de acceso a la red se sospecha que no hay ningún proyecto energético real. Y es que los permisos de conexión (o su simple solicitud y estar en la lista de espera) se ha convertido en un bien escaso y muy preciado en el sector. Tanto que se han convertido en un activo en sí mismo y se están revendiendo a un precios que no dejan de crecer.
Red Eléctrica va concediendo esos permisos de manera gratuita, pero en algunas zonas con demanda especialmente de conexión los titulares los están cediendo a otras empresas a precios de entre 100.000 y 200.000 euros por cada megavatio de potencia, dependiendo del estado del proceso de solicitud, según confirman varias fuentes del sector eléctrico. Un fenómeno de reventa que ha ido engordando en los últimos meses, pese a las medidas adoptadas por el Gobierno para frenar la especulación.
El Ministerio para la Transición Ecológica decidió a finales del año pasado cuadruplicar el valor de los avales que se exigen a los solicitantes de permisos de conexión a la red, que pasaron de 10.000 a 40.000 euros por MW. El Gobierno elevó el coste de esa garantía frenar las peticiones de permisos de aquellos que no tenían un proyecto renovable detrás y evitar la especulación. Según varias fuentes del sector, el resultado ha sido que simplemente han subido los precios de reventa de los permisos.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 El experto que cree que los humanos podríamos vivir 20.000 años
- 2 Lo de Valencia no corre prisa: "Si quieren ayuda, que la pidan"
- 3 Pérez-Reverte critica en 'El Hormiguero' la "incompetencia criminal" tanto de la Generalitat como del Gobierno
- 4 España, Francia y Marruecos frente a la justicia europea en el Sáhara Occidental
- 5 Quién es Rubén Gisbert, colaborador de Íker Jiménez
- 6 ¿Cuál es el Mejor Magnesio para los músculos? Estas son las 10 mejores marcas en 2024
- 7 Zonas inundables de España: "Pueden baja el valor de las casas"
- 8 El Canario, el único bar abierto de Chiva con comida caliente por primera vez
- 9 Revuelta, Frente Obrero... los ultras se conjuran en el fango