Los margenes empresariales se estrechan mientras que las rentas del trabajo se expanden, en sentido contrario a lo que aconteció durante la crisis, por efecto de la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) a 900 euros, el incremento de los sueldos de los funcionarios de un 2% más un 1% en función de la productividad, y las subidas salariales pactadas en convenio, que en lo que va de año se sitúa en en 2,21%.
Hasta ahí cabría pensar en un reequilibrio de fuerzas dentro de la tarta de rentas que es el PIB y que se completa con los impuestos. Sin embargo, dos son los elementos que encierran esta subida y que ya están encendiendo las alarmas de servicios de estudios como el del Banco de España o el Banco Santander.
De un lado, el Índice de Coste Laboral Armonizado (ICLA) que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondiente al primer trimestre del año muestra que el coste salarial por hora trabajada, una vez descontado el efecto calendario y la estacionalidad, se incrementó un 2,2% en tasa interanual, la mayor tasa desde el cuarto trimestre de 2013, justo al inicio de la recuperación.
El segundo de los elementos es la inflación, que ha subido un 1,1% de media hasta el mes de mayo y tan solo un 0,7% es ese último mes.
Esto quiere decir que si las empresas absorben subidas salariales a un ritmo no visto en el último lustro y no los trasladan a precios, lo que están haciendo es sacrificar sus propios márgenes empresariales, un colchón que llenaron durante la crisis pero que, tal y como ha avanzado el Banco de España, en algún momento se acabará.
Además, este incremento arrastra al alza los costes laborales unitarios, que subieron un 0,8% en el primer trimestre y un 2,4% en tasa anual, de nuevo la mayor subida desde finales de 2013.
La construcción concentra la subida
La letra pequeña de la estadística del INE muestra que no todas las actividades registran las mismas subidas. De un lado, en tasa interanual y limpiando los datos de efectos estacionales y de calendario, las actividades inmobiliarias registran un incremento del 8,2%, por delante de la Administración pública (+6,1%) y la educación (5,4%), donde se deja notar la subida de los salarios públicos.
Estos incrementos explican alzas en los costes laborales del 7,7% en las actividades inmobiliarias o del 4,8% en el sector público.
En el lado opuesto, se registraron caídas de los costes laborales en las industrias extractivas (-2,3%), las actividades financieras y de seguros (-1,4%) y las actividades profesionales, científicas y técnicas (-0,5%).
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