Se avecina otra guerra del fútbol entre las telecos. Quizá de menor intensidad que la del verano pasado, quizá menos cruenta, pero las compañías se preparan ya para intentar quitarse decenas de miles de clientes unas a otras con el fútbol en televisión como punta de lanza.
Y es que en apenas unos días Vodafone completará su abandono de los contenidos futbolísticos en su plataforma de televisión de pago, y Movistar y Orange se preparan para disputarse a los clientes del operador rojo que aún tienen paquetes con fútbol.
Un tesoro al que aspiran sus grandes rivales y que se sitúa entre los 150.000 y los 180.000 usuarios de Vodafone que aún incluyen el fútbol en su oferta de Vodafone TV, según la estimación de varias fuentes del mercado consultadas por El Independiente pero que la propia Vodafone no confirma.
Vodafone decidió el verano pasado renunciar a gran parte de los contenidos futbolísticos en su televisión de pago. Renunció a renovar el acuerdo con Telefónica para ofrecer El Partidazo (el mejor partido de cada jornada de Liga) y también la Champions por el alto coste que le suponía y la imposibilidad de rentabilizarlo.
Durante esta temporada la compañía comandada en España por Antonio Coimbra sólo ha ofrecido a sus clientes la posibilidad de ocho partidos de Liga cada jornada y la Segunda División, fruto del acuerdo que mantenía con Mediapro. Pero ese acuerdo también expira ahora y en julio desaparecerá ese paquete de su oferta de televisión y dejará de cobrárselo a los usuarios que lo tenían contratado.
El verano pasado se desató una auténtica guerra de promociones para hacerse con el botín de clientes que dejaba Vodafone y este año puede repetirse la historia. De momento, la única que tiene garantizados todos los derechos de retransmisión es Telefónica/Movistar, pero se da por hecho que Orange también mantendrá su estrategia de incluir en su TV toda la oferta futbolística.
Con Vodafone fuera del fútbol, la factura para las compañías que siguen ofreciéndolo aumenta. Con una operadora menos para asumir su parte de los costes, el gasto que han de afrontar Telefónica y Orange será aún mayor, lo que hace aún más necesario para ellas elevar su cartera de clientes y aumentar los ingresos para rentabilizar su apuesta balompédica.
Todas las compañías confían en que no se repita la agresividad comercial de hace un año, con descuentos de hasta el 50% sin fecha de caducidad para arrebatar clientes a sus rivales o para retener a los propios. El fútbol volverá a ser el gran dinamizador del mercado de las telecos y de la televisión de pago en los próximos meses, pero existe una clara diferencia con el escenario de hace un año.
Entonces Vodafone sufrió una auténtica sangría, con una pérdida de casi 70.000 clientes de televisión en apenas los tres meses de verano que luego continuó a ritmos más calmados en meses posteriores. La compañía tenía hace un año algo más de 300.000 con el fútbol contratado en sus paquetes convergentes y la dirección del grupo confía en que con la desbandada del año pasado ya se fueran los usuarios que consideran imprescindible esa oferta deportiva para elegir compañía.
Los entre 150.000 y 180.000 clientes de Vodafone que aún tienen fútbol se beneficiaron en su inmensa mayoría de ofertas de derribo ofrecidas por la teleco. Los nuevos clientes de la compañía contrataron el paquete con los ocho partidos de liga por tan sólo 5 euros al mes y muchos de los clientes que ya lo eran pudieron optar al fútbol incluso de manera gratuita.
Ahora Vodafone espera que no se repita la sangría del año pasado porque muchos de estos usuarios no consideran imprescindible el fútbol o no estarán dispuestos a pagar mucho más que esos 5 euros al mes. La baza de Vodafone pasa por retener a parte de esos clientes gracias a la apuesta que ha hecho por reforzar su oferta de series y de cine, y mediante los nuevos paquetes de oferta de televisión a la carta que ha diseñado.
Durante el último año, en el que se ha marcado un récord histórico de portabilidades (cambios de compañía en los que el cliente mantiene su número de teléfono), Vodafone se ha llevado la peor parte. Desde el pasado agosto –cuando se desató la guerra del fútbol- y hasta mayo, el Grupo Vodafone ha perdido casi 423.000 líneas de móvil que han acabado en sus rivales y Orange se ha dejado 333.000 clientes, según fuentes del sector. Por su parte, el Grupo Movistar ha conseguido un saldo neto de portabilidades de algo más de 1.800 líneas y el gran vencedor ha sido el Grupo MásMóvil con más de 401.000 líneas arrebatadas a otras compañías.
¿La vuelta de Vodafone al fútbol?
Vodafone descarta por completo que vaya a revertir su decisión de renunciar al fútbol en su televisión. No oculta que le gustaría poder ofrecerlo a sus clientes, pero condiciona cualquier opción de dar marcha atrás a un cambio total del actual modelo de reparto de los costes entre las compañías. Un cambio que depende de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) y que de momento no está sobre la mesa.
“No nos gusta no tener fútbol. Pero no había más remedio que renunciar. No nos era rentable”, resumía hace unos meses Antonio Coimbra, presidente y consejero delegado de Vodafone España. “No es rentable para nosotros porque la regulación no permite que lo sea”.
Vodafone acusa a las reglas marcadas por la CNMC para calcular la reventa de los derechos entre operadores como la principal causa de su salida del negocio. Tras la compra de Canal+ por parte de Telefónica, la CNMC fijó las normas para que el operador líder compartiera contenidos premium con sus rivales. Movistar debe permitir a sus competidores emitir la mitad de sus canales premium (estrenos de cine, series y fútbol) a un precio cuya fórmula de cálculo está establecida por el supervisor.
En el caso del fútbol, se establece un precio mínimo garantizado y un coste por cada abonado de televisión de los rivales de Telefónica (no por cada cliente que contrate el fútbol, sino por usuario de televisión tenga contratado fútbol o no). La semana pasada la CNMC propuso sancionar a Telefónica por haber cobrado de más a sus rivales al calcular mal el reparto de esos costes.
Cuando Vodafone renunció a renovar el contrato para seguir con el fútbol, tenía 1,3 millones de abonados a su televisión de pago, pero sólo 300.000 tenían algún paquete con contenidos futbolísticos. Una desproporción que hacía que ofrecer los canales de Liga y de Champions le costara, según sus propias cifras, en torno a 960 euros por cada cliente y año, frente a los entre 420 y 450 euros que asume Telefónica y Orange por abonado.
La CNMC tiene que revisar en 2020 las condiciones impuestas a Telefónica por la compra de Canal+ y Vodafone buscará aprovechar esa ventana para intentar que el regulador cambie las normas y establezca un nuevo modelo que facilite la entrada de más empresas al negocio del fútbol en TV.
Vodafone lleva tiempo reclamando que se elimine el mínimo garantizado y que la totalidad del coste sea variable, en función del número de clientes. En paralelo, la operadora roja exige una nueva fórmula que garantice que las ofertas de Telefónica son realmente replicables por los rivales y que se vigile que la compañía líder no aproveche su dominio en televisión de pago para crecer en comunicaciones con ofertas que el resto de rivales no puede emular.
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