El registro obligatorio de jornada en las empresas se puso en marcha hace algo más de un mes con un objetivo fundamental: dotar a la Inspección de Trabajo de una referencia sobre la que poder determinar si los trabajadores están realizando horas extraordinarias y si las cobran dentro de la legalidad.
Sin embargo, la forma en la que se ha implementado esta obligatoriedad deja una serie de espacios que las empresas podrían estar utilizando para burlar el control de la autoridad, según admiten fuentes de la Inspección de Trabajo consultadas por El Independiente.
La clave es que, según el diseño del nuevo registro y las directrices ofrecidas por el Ministerio de Trabajo, la forma en la que se debe llevar a cabo este registro es competencia de cada empresa. Ellas deciden cómo contabilizar las horas de trabajo de sus empleados de acuerdo con la propia plantilla y, si no hay acuerdo, de forma unilateral.
La guía elaborada por el Ministerio de Trabajo que de momento opera para aclarar las dudas más comunes señala que "la norma no establece una modalidad específica o predeterminada para el registro diario de la jornada, limitándose a señalar que se debe llevar a cabo día a día e incluir el momento de inicio y finalización de la jornada".
A eso añade que "será válido cualquier sistema o medio, en soporte papel o telemático, apto para cumplir el objetivo legal, esto es, proporcionar información fiable, inmodificable y no manipulable a posteriori, ya sea por el empresario o por el propio trabajador".
En un país en el que el 98% de las empresas son pequeñas o medianas, las compañías están recurriendo a aquellos métodos que tienen el menor coste posible. Directamente a la anotación de los horarios en una hoja de excel o directamente haciéndolo a mano, sobre un papel. Y todo ello, almacenándolo después en un archivador.
Es algo que no solo admiten fuentes de la Inspección sino también en empresas consultadas.
Desde la Inspección relatan que ya se han dado casos en los que al personarse un inspector en un centro de trabajo se ha encontrado registros en papel con días en los que algunos trabajadores no han fichado, se han dejado sin rellenar ciertas horas de salida o lo han hecho dos horas antes de que acabara su jornada.
Esto puede deberse a errores humanos, sin embargo señalan las mismas fuentes que da también la posibilidad de que las empresas manipulen con posterioridad los registros, antes de la visita de la inspección. Es decir, que en la práctica, ciertas formas de registro permitidas, en realidad no dan garantías de que este se esté haciendo correctamente.
“Cada día pueden manipular las hojas del registro como quieren. Se puede entrar en la hoja excell y quitar las horas extra si superan las 80 horas anuales que marca la Ley, y más si no se pagan, por ejemplo”, aseguran.
En todo caso, las mismas fuentes reconocen que en ese momento todo depende de la intuición o la interpretación que pueda hacer el inspector de la situación, aunque aseguran que la tónica general es el cumplimiento de la legalidad.
Una plantilla muy escasa
Por otro lado, las plantillas de la Inspección de Trabajo son reducidas en comparación con el número de empresas en funcionamiento en España. En torno a 900 inspectores y otros tantos subinspectores en activo, que hacen que entre las empresas cunda la sensación de que nunca les llegará una visita.
Si a eso se une que el registro de jornada es algo que añade carga burocrática a las empresas, hace que su efectividad de ponga en duda.
Fuentes empresariales así lo creen también. Avisan de que las empresas no están queriendo embarcarse en sistema de registro de horarios que supongan gran coste y que acaban recurriendo al método que conocen, la tabla excel.
Relatan desde una empresa en la que una amplia porción de la plantilla son trabajadores con movilidad, que sus conductores anotan el registro muchas veces días después, cuando acuden al centro de trabajo, después de días fuera. “Es absolutamente informal”, admiten.
Una guía actualizada
Lo cierto es que las empresas se están encontrando con una importante cantidad de problemas a la hora de poner en marcha el registro de jornada. Tanto es así que la CEOE se encuentra trabajando intensamente con el Ministerio de Trabajo para perfeccionar la guía que lanzó al poco de aprobarse la medida.
Según relataba el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, en una reciente entrevista con este periódico, uno de los elementos que más preocupan en las empresas es la obligación de ciertos mandos intermedios de 'fichar' cuando su retribución se vincula a una resonsabilidad y no a un horario.
Este no debería ser a priori un problema propio de una pyme. Sin embargo, Garamendi añadía que muchas empresas han comprobado al llevar a cabo el registro diario de jornada que sus empleados incluso le debían horas.
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