Alto el fuego en la guerra comercial. La esperada cumbre entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, ha dado como resultado un cese momentáneo de las hostilidades, con el fin de que se puedan reanudar las negociaciones entre ambos países para alcanzar un nuevo acuerdo.
Así lo ha confirmado en la madrugada de este sábado desde la ciudad japonesa de Osaka, donde se celebra una reunión del G20, el propio Trump, quien ha asegurado que su gobierno no impondrá de momento nuevos aranceles a las importaciones de productos chinos. "Vamos a trabajar con China para ver si podemos llegar a un acuerdo", ha señalado el mandatario estadounidense.
De este modo, ambos países evitan, por el momento, un nuevo cruce de aranceles entre ambos países, que estaba previsto que se hiciera efectivo a partir del próximo lunes 1 de julio, y que mantenía en vilo a la economía y los mercados mundiales. En las últimas jornadas, no obstante, se habían alimentado las esperanzas de que el encuentro de Trump y Xi propiciara una tregua para reanudar las negociaciones, tal y como ha ocurrido. Pero son muchos los expertos que advierten de que la consecución de un acuerdo final será muy difícil ya que lo que está en juego entre ambos países es una lucha por la hegemonía mundial.
El acuerdo evitará la entrada en vigor de nuevos aranceles a partir de este lunes 1 de julio
"Si podemos llegar a un acuerdo será un evento histórico", afirmó Trump, que recordó que Estados Unidos estaba analizando la posibilidad de imponer aranceles a importaciones chinas por valor de más de 300.000 millones de dólares. "Vamos a suspender esos aranceles y ellos van a comprar nuevos productos agrícolas" (estadounidenses), agregó Trump en la rueda de prensa que ofreció poco después de que se cerrara la cumbre de dos días que celebró el G20 en Osaka.
En sus declaraciones, Trump recordó el "tremendo déficit" que tiene Estados Unidos con China, lo que motivó a la Casa Blanca a presionar para que el Gobierno de Pekín aceptara un nuevo acuerdo con el fin de equilibrar el intercambio comercial.
En este movimiento de distensión, el presidente estadounidense también ha dado pasos para aliviar la presión a la que viene sometiendo desde hace meses al gigante tecnológico chino Huawei, acusado de espionaje por la Administración de Estados Unidos.
Las empresas estadounidenses podrán volver a vender sus productos a Huawei
Así, la Casa Blanca permitirá que las empresas estadounidenses puedan vender productos a la compañía china. "Hemos acordado que las empresas estadounidenses puedan vender productos a Huawei", ha indicado Trump.
Desde que el gobierno estadounidense puso en el foco a la tecnológica china, grandes proveedores, como Google, habían anunciado la ruptura de relaciones comerciales con Huawei.
El fabricante de móviles chino está considerado uno de los principales objetivos de la Casa Blanca en lo que se ha dado en denominar una nueva guerra fría tecnológica, ya que a día de hoy cuenta con una posición dominante en el desarrollo de redes 5G que puede dar a China una ventaja decisiva en terrenos como la economía o incluso el desarrollo militar.
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