La economía española, dentro de su evidente ralentización, sigue fuerte en un entorno difícil desde el punto de vista de los flujos comerciales y de la incertidumbre asociada a la parálisis política. Su pulso se mantienen incluso en medio de la guerra comercial entre EE.UU. y China o el supuesto efecto perverso que podría tener la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) hasta los 900 euros en 2019.
Esto se refleja en el último informe Situación España del Servicio de Estudios de BBVA, en el que revisa al alza su previsión del PIB para este año, del 2,2% al 2,3%, aunque mantiene el pronóstico del 1,9% para 2020.
Fundamenta esta mejora en la recuperación progresiva del entorno global, una política monetaria más acomodaticia y en unos precios del petróleo bajo. Todo ello facilitará, en resumen, una mayor contribución de la demanda exterior al crecimiento.
En cualquier caso, el informe plantea que los flujos comerciales de bienes en el exterior siguen mostrando un menor dinamismo que el esperado, pese a que se ha roto la tendencia de caída.
Además, se percibe un menor impulso de la demanda interna, con un cierto agotamiento de la demanda embalsada durante la crisis. La nota positiva es que este menor dinamismo se ha escorado hacia las importaciones, lo que redunda en esa mejora en la aportación del sector exterior.
Con todo, el documento precisa que la renta bruta disponible ha aumentado algo menos de lo previsto, considerando el alza del SMI, las pensiones o los salarios públicos. Además, este aumento de la renta se centra en colectivos menos propensos al consumo, lo que también avanza que la ralentización del consumo ha llegado para quedarse.
La otra cara de este movimiento es la recuperación de la tasa de ahorro, que había llegado a mínimos históricos, a lo que contribuye también una menor expansión del crédito al consumo.
Pero la economía se desacelera
Todas estas cuestiones estarían detrás del progresivo aterrizaje de la economía, en la que la incertidumbre por la parálisis políticas también estaría haciendo mella en la confianza de los hogares. Muestra de ello podría ser la compra de automóviles, que se mantiene por debajo de los niveles observados hace un año.
Por otro lado, el hecho de que no haya presiones inflacionistas, ni desequilibrios en el mercado laboral o un deterioro de las balanzas por cuenta corriente, hace que España pueda tomar las riendas de su crecimiento en el caso de que los riesgos externos asociados por ejemplo a la guerra arancelaria se mantengan acotados.
Esto será fundamental puesto que, pese a que el BBVA Research eleva su previsión de crecimiento para este año, mantiene su previsión de déficit público en el 2,2% del PIB para este ejercicio. De un lado, el incremento del gasto público y en intereses será menor que el inicialmente previsto --pese a ser un año con numerosas citas electorales--, pero los ingresos tributarios tampoco estarían creciendo tanto como se esperaba, especialmente en el Impuesto sobre Sociedades.
Como resultado, tras un año 2019 sin nuevos Presupuestos, el responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research, Rafael Doménech, ha avanzado durante la presentación que "en 2020 habrá que aprobar ajustes" para retomar la senda de consolidación fiscal.
El efecto "limitado" del SMI
Ahora bien, la entidad financiera admite que la repercusiones sobre el empleo del incremento del SMI desde enero de 2019 "estarían siendo limitadas".
Ha explicado que, dentro de la horquilla de menor creación de empleo prevista por el efecto de la subida del SMI de entre 20.000 y 75.000 empleos, el efecto estaría más cerca del rango inferior.
De un lado, el informe detecta una ralentización en la creación de empleo entre los menores de 30 años y en los sectores y regiones más expuestos a la subida del SMI. Además, los cálculos del BBVA exceptúan el empleo en el sector agrario, donde se concentra gran parte del posible impacto de la medida.
Ahora bien, este freno sería limitado las empresas están absorbiendo una parte de este mayor coste desde sus márgenes empresariales, algo que se podría revertir en los próximos meses. "Es una incógnita saber durante cuanto tiempo más va a continuar esto", ha añadido Doménech.
Finalmente, con estas previsiones sobre el efecto de la subida del salario mínimo, de cumplirse este nuevo escenario de crecimiento económico proyectado, el BBVA Research anticipa que se crearían 810.000 puestos de trabajo durante el bienio y la tasa de paro se reduciría hasta el entorno del 12,2% a finales del año siguiente.
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