La crisis judicial que atraviesa BBVA amenaza con provocar un vuelco de calado en la dirección de la entidad. La puerta abierta por la Fiscalía Anticorrupción a la imputación de determinados consejeros del banco por el escándalo del espionaje masivo encargado al comisario José Manuel Villarejo durante la presidencia de Francisco González ha encendido todas las alarmas no sólo en los despachos de la entidad, sino también entre los supervisores, que observan con inquietud el impacto que esta situación pueda tener en el rumbo de uno de los principales bancos de la Eurozona.
La posibilidad de que el actual presidente del banco, Carlos Torres Vila, sea uno de los señalados por la Fiscalía, por sus posibles responsabilidades en el caso, obliga a unos y a otros a plantearse un relevo en la cúpula de la entidad. Y es que al margen de lo que determinen los códigos éticos y de conducta de la entidad -que no explicitan la necesidad de dejar el cargo mientras no haya una sentencia firme- existen pocas dudas en el mundo financiero de que, bajo la condición de imputado, la posición del actual presidente resultaría del todo insostenible.
Ante esa tesitura, algunos nombres vienen sonando desde hace meses como posibles sustitutos de Torres Vila en la presidencia de BBVA. Y uno parece contar con cada vez más papeletas: el de Jaime Caruana. El exgobernador del Banco de España y ex gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), que es consejero del banco desde marzo de 2018, contaría a su favor con el visto bueno del mismo Banco Central Europeo (BCE), según fuentes consultadas por este periódico.
El BCE tiene la potestad de evaluar la idoneidad de los consejeros de los bancos bajo su supervisión
Desde el supervisor europeo desean evitar cualquier situación de vacío de poder en el segundo mayor banco español y consideran que la apuesta por una persona que ya forma parte del consejo y que no estaría en ningún caso afectado por los hechos investigados -que abarcarían un periodo comprendido entre 2004 y 2017- sería la opción menos traumática. Además, en el ámbito financiero se resalta que una figura con la experiencia y el prestigio de Caruana reúne las condiciones adecuadas para tratar de reorientar el rumbo de BBVA ante la crisis que previsiblemente se abriría si el caso del espionaje de Villarejo fuerza la salida de su actual presidente.
Esa experiencia y prestigio internacional serían los principales activos de Caruana para asumir la presidencia de BBVA, frente a la posibilidad también planteada desde algunos ámbitos financieros de que fuera el actual consejero delegado del banco, el turco Onur Genç, que no entró en el consejo hasta el pasado diciembre y por tanto no estaría involucrado de ningún modo en el escándalo del espionaje, el que tomara las riendas del banco. De hecho, el nombre de Caruana ya se barajó el año pasado para sustituir a Francisco González, aunque finalmente se acabó imponiendo la opción de Torres Vila.
Aunque el BCE no tiene el poder de imponer al próximo presidente, sí podría forzar las sustituciones de cualquier consejero imputado ya que, como supervisor bancario, tiene entre sus atribuciones juzgar la idoneidad de los consejeros de las entidades, evaluando entre otras cuestiones la reputación de los mismos para ejercer el cargo. Una imputación en un caso como el de los tratos de Villarejo con BBVA tendría la entidad suficiente para implicar un cambio en el juicio que haga el banco central de las personas afectadas.
La experiencia y prestigio internacional de Caruana juegan a su favor, ante la candidatura alternativa de Onur Genç
De concretarse un movimiento de este tipo, no sería la primera vez que un banco central interviene en la elección del presidente de la entidad. Ya en 1990, cuando todavía era BBV (aún faltaban varios años para la fusión con Argentaria), el Banco de España, por entonces gobernado por Mariano Rubio, intercedió en la crisis abierta en el banco tras la muerte de su copresidente Pedro Toledo, para que asumiera la presidencia Emilio Ybarra, fallecido esta misma semana.
En cualquier caso, hasta la fecha, el BCE se ha limitado a manifestarse a la espera de conocer los desarrollos de la investigación judicial y a reclamar al banco -tanto de forma pública como a puerta cerrada- celeridad en las investigaciones internas que lleva a cabo para determinar las posibles responsabilidades. El pasado mes de junio, durante una intervención en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Torres Vila señaló que el banco seguía trabajando en el informe forensic, que fue encargado hace seis meses a PwC.
La Fiscalía, por su parte, se encuentra actualmente ultimando la petición de imputación del banco, al tiempo que evalúa las posibles responsabilidades individuales de los miembros actuales del consejo o de quienes hayan ocupado un lugar en el mismo durante los trece años investigados. Tal y como informaba Expansión esta semana, de los 15 miembros que conforman hoy en día el consejo de BBVA, un total de 11 podrían verse salpicados por la investigación, por ser parte del consejo desde antes de que finalizaran los trabajos de Villarejo para la entidad, en 2017.
No obstante, es previsible que Anticorrupción enfoque sus sospechas sobre aquellos miembros que hayan desempeñado funciones ejecutivas durante ese periodo o hayan formado parte de comisiones con responsabilidades sobre cuestiones relacionadas con la investigación.
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