Banco Santander no se achica ante la batalla judicial planteada por Andrea Orcel. La entidad española ha afirmado este martes ante sus accionistas que se defenderá "con contundencia" de la demanda de más de 100 millones de euros que ha interpuesto el banquero italiano tras su fichaje frustrado por la entidad.
A pesar de que son varias las fuentes jurídicas conocedoras del caso que afirman que, de seguir adelante con su reclamación, el exidirectivo de UBS tiene las de ganar en los tribunales (más allá de a cuanto deba ascender la indemnización), Santander afirma contar con los argumentos suficientes para acreditar que las razones ofrecidas el pasado 15 de enero para dar marcha atrás en la operación -anunciada en septiembre- "responden a la realidad" y tenían la entidad suficiente para permitir al banco desvincularse del preacuerdo con Orcel.
"El banco presentará su posición ante el órgano judicial y va a defender todos los hechos sobre este asunto", ha afirmado el secretario del consejo de la entidad, Jaime Pérez Renovales, durante la junta extraordinaria de accionistas celebrada este martes, en la que Santander ha obtenido el visto bueno para recomprar la participación de su filial en México que no controla actualmente.
Pérez Renovales ha asegurado que la decisión fue "difícil" pero fue la mejor para el grupo y sus accionistas
Pérez Renovales ha reconocido que la decisión fue "difícil", pero fue la "mejor" para el grupo y sus accionistas. "Se siguió un riguroso proceso de gobierno con implicación de todos los órganos de la entidad", ha precisado.
Precisamente, Pérez Renovales ha sido uno de los hombres fuertes del banco que en los últimos meses ha tratado de llegar a un acuerdo con Orcel para evitar la batalla judicial. En un proceso en el que Orcel contó con la mediación del exministro José Antonio Michavila, Santander ofreció al banquero italiano una compensación en efectivo o la creación de una firma de inversión a la que se comprometían a dar negocio, tal y como adelantó Voz Pópuli, pero las negociaciones no llegaron a buen puerto.
El exdirectivo de UBS, que ha contratado los servicios del despacho español De Carlos Remón para dirigir su causa, ya señaló en una entrevista concedida al diario Financial Times su disposición a luchar hasta el final, asegurando no ser una persona que "deje pasar las cosas", especialmente "cuando cree que no se ha hecho lo correcto".
Santander anuló el pasado mes de enero el nombramiento de Orcel como consejero delegado, cuatro meses después del anuncio, al decidir que no podía hacer frente al coste de su fichaje. Aunque el banco había acordado la futura retribución anual que Orcel percibiría, en el momento de la cancelación argumentó que en un principio no había sido posible anticipar el coste final de abonar las retribuciones diferidas que se le habían asignado en su puesto anterior en UBS y que habría perdido al abandonarlo, que eran mayores de lo esperado.
Precisamente la semana pasada El Confidencial adelantó que UBS ha accedido a abonarle el bonus en diferido de más de 50 millones de euros siempre que no trabaje en una entidad de la competencia, por lo que no podría ser fichado ni por Santander ni por otra entidad financiera.
De este modo, cobrar el bonus de UBS implicaría para Orcel no trabajar para otro competidor, y dado que en la firma suiza consideran que la vuelta del banquero italiano no es una opción realista, aceptar esta vía podría suponer la jubilación del directivo.
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