Ni las limitaciones de la ex alcaldesa Manuela Carmena ni la estrecha vigilancia del Ministerio de Hacienda. El boom de los pisos turísticos en Madrid sigue creciendo, hasta el punto de marcar un hito: la capital de España ya tiene más viviendas orientadas a los turistas que Barcelona.
La tendencia se ha revertido a finales de junio, marcando todo un hito. Desde que se tiene constancia estadística, la ciudad condal siempre ha superado con creces a Madrid. Sin embargo, las medidas adoptadas el pasado año por el ayuntamiento de Ada Colau surtieron efecto. La lucha contra la masificación turística se ha traducido en un descenso progresivo de los apartamentos que se ofertan en portales como Airbnb.
Ahí van los datos. Según la consultora especializada Airdna, en Barcelona hay actualmente 22.065 pisos y habitaciones alquilados por turistas. La capital la supera con creces: 23.277 en las mismas fechas; o sea 1.212 más.
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Esta web, especializada en rastrear y analizar la oferta de las grandes plataformas de alquiler, permite realizar un seguimiento en tiempo real del controvertido negocio. Según Airdna, Airbnb y sus competidores empiezan a perder fuelle en Barcelona en el último tramo de 2018. El cambio de tendencia coincide exactamente con la aplicación de las restricciones del consistorio catalán; entre ellas, el mandato -bajo amenaza de multa- a las principales webs de retirar miles de viviendas y habitaciones que no cumplían la normativa.
La oferta es ascendente entre el tercer trimestre de 2017 y el mismo trimestre del año pasado, cuando había 30.259 alquileres activos. A partir de octubre, el número de pisos y habitaciones ofertados empieza a caer. En el último trimestre completo del que se disponen datos es el segundo del presente año (25.243).
¿Qué ha ocurrido en Madrid? Exactamente lo contrario. Lo paradójico -y esto es lo que sorprende a quienes siguen de cerca el negocio- es que el crecimiento en la capital se ha producido al tiempo que el ayuntamiento imponía medidas de choque más potentes incluso que su homólogo catalán.
Los datos hablan por sí solos. Al concluir el tercer trimestre de 2018 -cuando Barcelona registraba un pico estadístico-, en Madrid había casi 24.000 alojamientos operativos. O sea, 6.000 menos que en Barcelona. La tendencia es descendente en los siguientes dos trimestres, coincidiendo con el otoño y el invierno. Sin embargo, experimenta un repunte en el segundo trimestre de este año, cuando se contabilizaron 25.516. Ese dato, cosechado entre abril y junio, es el que marca el cambio de tendencia. Según la estadística de Airdna, es la primera vez que Madrid (con 25.416 puntos) presenta una oferta superior a la de Barcelona.
El avance del negocio en la capital no se vio afectado ni por las advertencias constantes del equipo municipal ni por la aprobación de las restricciones. El ayuntamiento de Manuela Carmena materializó su amenaza el pasado 27 de marzo, cuando el Pleno aprobó una batería de medidas para combatir la turistificación del centro.
El consistorio dividió la ciudad en anillos concéntricos y aplicó limitaciones en una escala ascendente: más restricciones en función de lo céntrico que esté cada alojamiento. La nueva normativa propinaba un duro varapalo a todos los propietarios que alquilaban sus casas a turistas más de tres meses al año. La medida estrella era la obligatoriedad de que los pisos contaran con una salida propia a la calle. Este límite suponía en la práctica la expulsión del mercado de alquiler turístico de la inmensa mayoría de los pisos.
Pero el escenario ha cambiado notablemente -para los propietarios y las plataformas que gestionan la oferta- con el cambio de vuelco en el Ayuntamiento de Madrid. Y es que tanto el Partido Popular como Ciudadanos, que conforman el gobierno municipal tras la derrota de Carmena, siempre han demostrado su disposición a revertir las restricciones.
Lo demostró José Luis Martínez Almedia nada más tomar el bastón de alcalde, con la anulación de las limitaciones a la circulación en Madrid Central (luego suspendida por un juez). La vicealcaldesa, Begoña Villacís, también ha manifestado abiertamente su intención de reordenar la normativa de los alquileres turísticos.
Tras conocer la debacle en las urnas de Manuela Carmena, los empresarios que gestionan pisos se apresuraron a mostrar su confianza en que el nuevo equipo municipal suspenderá las restricciones. Una medida que daría alas a la ya de por sí creciente oferta de pisos y habitaciones para quienes visitan la capital de España.
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