En los mercados se vienen acumulando día tras día señales de que una crisis se avecina. Aunque aún son muchos los expertos que niegan que la economía global se dirija a una recesión, en un entorno de indudable desaceleración general, la sucesión de datos negativos, enmarcados por interminables incertidumbres geopolíticas, mantienen en alerta a los inversores, temerosos de que la ya maltrecha recuperación económica acabe por descarrilar.
Este miércoles los inversores han tenido que lidiar con la constatación de que la economía alemana se contrajo en el segundo trimestre del año y amenaza con entrar en recesión y con el peor dato de producción industrial en China en 17 años. Noticias más que suficientes para borrar los amagos de optimismo que se respiraron el martes en los parqués internacionales ante los indicios de alivio en las tensiones comerciales que mantienen Estados Unidos y China.
Pero el nerviosismo ha tenido en la deuda estadounidense la razón más contundente para desbordarse. Por primera vez desde 2007 la curva de tipos de los bonos norteamericanos ha protagonizado una inversión técnica, conformando lo que se considera como uno de los anticipos más decisivos de una recesión. Mientras el interés de los títulos a 2 años registraba un 1,63%, el tipo de los bonos a 10 años caía en la mañana de este miércoles hasta el 1,62%. Un movimiento similar se producía, en paralelo, en el mercado de deuda británico.
La noticia no ha tardado en provocar un nuevo derrumbe de las bolsas internacionales. El Ibex 35 ha sufrido un tropiezo del 1,98%, que le ha llevado a marcar sus niveles más bajos desde el pasado diciembre al filo de los 8.520 puntos.
El índice español acumula un descalabro del 9,3% que le ha llevado a fulminar todo lo acumulado en un inicio de año que parecía apuntar a un ejercicio histórico. La banca, una vez más, ha jugado un papel destacado en el revés, con Bankia, Bankinter y Sabadell registrando recortes en el entorno del 5%, que agudizan la crisis de un sector en caída libre.
Sobre el parqué español siguen pesando también las incertidumbres que sobrevuelan argentina, donde el peso vuelve a protagonizar un nuevo derrumbe a mínimos históricos. Pero la pesadumbre de los inversores apenas entiende de fronteras este miércoles. En Europa resaltan los varapalos del 2,5% del Ftse Mib italiano y ligeramente por encima del 2% del Dax alemán y el Cac 40 francés, mientras que en Wall Street, el Dow Jones y el S&P 500 firman caídas superiores al 2,2% a media sesión.
La inversión de la curva de tipos ha anticipado históricamente un periodo de recesión económica a nivel global
En esta coyuntura, los inversores vuelven a buscar refugio en el oro, que gana cerca de un 1%, por encima de los 1.520 dólares, o en el yen japonés, que recuperaba más de un 1% feente al euro y el dólar.
La inversión de la curva de tipos es una señala que expertos e inversores vienen vigilando desde hace meses, cuando los crecientes indicios de debilidad económica fueron sucedidos de un brusco descenso de los tipos a largo plazo, muy superior al que se producía en los tipos a corto. De hecho, en algunos tramos, esta curva ya se había invertido en meses previos, pero los analistas consideran que es la relación entre el bono a 2 y el de 10 años el que debe tomarse en consideración como auténtica señal de riesgo, ya que son títulos con mayor liquidez.
En los últimos 60 años, la inversión de la curva de tipos ha precedido casi sin excepción una recesión económica, que suele materializarse de media un año después. "Los períodos con una curva de rendimiento invertida son seguidos de manera prácticamente segura por desaceleraciones económicas y casi siempre por una recesión", advertía recientemente el Banco de la Reserva Federal de San Francisco.
El Ibex 35 cae un 2% y acumula ya un retroceso del 9,3% en sólo seis semanas
En condiciones normales, la deuda suele ofrecer una rentabilidad superior cuanto mayor es su plazo, dado que éste implica un mayor riesgo para el inversor que posee el título. Sin embargo, esta situación puede invertirse si en el mercado se prevé que a medio plazo la situación económica torne a peor y pueda obligar al banco central a un ostensible recorte de los tipos de interés. La situación actual refleja que la reciente rebaja de tipos de la Reserva Federal de Estados Unidos no ha sido suficiente para devolver la confianza al mercado.
En cualquier caso, también hay expertos que consideran que en el escenario actual, marcado por un escenario de inflación y de tipos muy diferente al de episodios históricos previos, con las políticas de estímulo de los bancos centrales internacionales como uno de los más poderosos condicionantes que influyen en los mercados de bonos, existen muchas dudas de que una inversión de la curva como la actual pueda leerse del mismo modo que en ocasiones anteriores.
"El mundo ha cambiado muy rápidamente desde 1980/90, también en materia de tipos de interés. Juzgar las consecuencias de la inversión de la curva de tipos americana en un contexto nuevo de tipos cero o casi cero es como juzgar los niveles impositivos actuales con la perspectiva de 1933, por ejemplo", explican los analistas de Bankinter.
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