La bolsa española atraviesa momentos difíciles. Los temores a una próxima recesión en la economía global han borrado en las últimas semanas cualquier atisbo de optimismo sobre el parqué nacional, arrastrando al Ibex 35 a sus niveles más bajos desde el inicio de 2019.
La situación ha dado al traste con las esperanzas de remontada alimentadas en el primer tramo del año y agrava la situación de una bolsa que ha visto esfumarse más de un 23% de su valor en poco más de dos años. Un revés en el que, no obstante, no todos los valores han corrido una suerte idéntica.
Sin duda, la banca ha sido el sector más golpeado por la incertidumbre. La perspectiva de que los tipos de interés permanecerán en territorio negativo por un periodo prolongado, mucho más de lo que se podía prever a inicios del ejercicio, ha oscurecido las perspectivas de una entidades que suman ya muchos años de navegación en un entorno hostil y que amenaza con volverse aún más desafiante, ante el evidente declinar de la economía global.
Ante esta situación ni siquiera los grandes bancos multinacionales españoles, como Banco Santander. La entidad que preside Ana Botín ha restado este miércoles un 3,38% que le ha conducido a sus niveles más bajos en los últimos tres años. El mayor banco por valor de mercado de la Eurozona arrastra pérdidas en el entorno del 42% en poco más de un año y medio, lo que le ha llevado de capitalizar cerca de 90.000 millones a finales de 2017 a tan sólo 56.341 millones al cierre de este miércoles.
Santander capitalizaba cerca de 90.000 millones a finales de 2017 y superaba en más de 40.000 millones el valor de Iberdrola
La entidad española ha añadido en las últimas semanas a los problemas generales del sector las incertidumbres que se ciernen sobre sus negocios en Reino Unido y en Latinoamérica. Si en el mercado británico, la amenaza de un Brexit caótico se ha agravado tras la elección de Boris Johnson como primer ministro, en Latinoamérica las turbulencias políticas de Argentina han agudizado el desplome de las monedas en la región.
Frente a este convulso escenario, en cambio, emerge la figura de una Iberdrola triunfante, que este miércoles ha confirmado su sorpasso sobre el banco, elevándose a la segunda posición por capitalización de la bolsa española, sólo por detrás de Inditex. La compañía que dirige Ignacio Sánchez Galán cerró la jornada de este miércoles con un recorte del 0,07%, un desliz muy inferior a la media del mercado. Su valor bursátil al cierre de la jornada ascendía a los 56.788 millones de euros, superando así por primera vez en la historia el de Santander.
El logro de Iberdrola resulta mucho más notorio si se tiene en cuenta que en 2010 su capitalización era casi un 60% inferior a la del banco por entonces presidido por Emilio Botín -en aquella época Iberdrola ni siquiera se contaba entre los cinco mayores valores de la bolsa española- y que hace tan solo un año y medio, Santander aventajaba en casi 50.000 millones de valor a la eléctrica.
Sin embargo, los registros recientes de Iberdrola sobre el parqué han sido muy positivos, esquivando la sucesión de obstáculos que se han ido levantando en el camino de la bolsa española. Si en 2018 registró un avance superior al 8,5% -más del 14% si se tiene en cuenta el pago de dividendos-, que le situó a las puertas de sus niveles más altos en una década, desde el arranque de 2019 la compañía ha multiplicado su rendimiento bursátil y acumula ya ganancias del 33%, lo que le sitúa como el tercer mejor valor del Ibex, sólo superado por Cellnex y Ferrovial.
La eléctrica acumula cinco años de crecimiento continuado de sus beneficios y su Ebitda ha crecido más de un 38% desde 2013
La compañía que preside Sánchez Galán se ha visto favorecida por un entorno de mercado en el que los inversores han puesto en valor las compañías con negocios regulados e ingresos previsibles y con dividendos atractivos y sostenibles, que han actuado como sustitutivo de la renta fija, tras la caída de las rentabilidades a mínimos históricos.
En este contexto, Iberdrola ha logrado despuntar sobre sus competidores, apoyada en una posición financiera muy sólida, una interesante diversificación geográfica y generando nuevas oportunidades de crecimiento a través de inversiones en el segmento de las energías renovables y las redes.
Todo esto se ha visto plasmado en las cuentas de la compañía. Iberdrola cerró el primer semestre de 2019 con un crecimiento de su beneficio del 16,5%. Desde 2014, la compañía ha ido mejorando sus beneficios año tras año, mientras que su Ebitda ha crecido más de un 38% en cinco años. Santander, no obstante sigue generando unos ingresos casi un 160% superiores.
Tras el adelantamiento de Iberdrola a Santander, la eléctrica se queda a más de 23.000 millones de valoración de Inditex, que se mantiene como el gigante del mercado español. La eléctrica también ha ido aumentando su diferencia frente a algunas de las compañías a las que ha ido superando en los últimos años, como Telefónica o BBVA, a las que aventaja en más de 25.000 y 28.000 millones de euros, respectivamente.
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