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La aerolínea Norwegian hace caja y vende su parte en Bank Norwegian por 222 millones

Un avión de la aerolínea Norwegian. | NORWEGIAN AIR SHUTTLE

Norwegian ha vendido su participación en Norwegian Finans Holding (NOFI), propietaria de Bank Norwegian, a la sociedad Cidron Xingu, controlada por el fondo Nordic Capital IX y la finlandesa Sampo, por 2.218 millones de coronas noruegas (22,47 millones de euros), a razón de un precio de 68 coronas noruegas por título (6,8 euros).

El importe de la operación supone una prima del 15,4% con respecto al cierre de cotización de la aerolínea de bajo coste noruega el pasado viernes, ha detallado la compañía en su comunicado remitido a la Bolsa de Oslo. La operación se enmarca en la estrategia de Norwegian que "busca mejorar sus operaciones, rentabilidad y generación de caja" y generará "un significativo efecto neto de caja después del pago de deuda.

En concreto, la desinversión de Norwegian en la sociedad propietaria de Bank Norwegian supondrá para la tercera aerolínea de bajo coste de Europa un beneficio contable de 196 millones de coronas noruegas (19,6 millones de euros) y elevará el disponible efectivo en 934 millones de coronas noruegas (93,5 millones de euros).

"La venta de las acciones de Norwegian Finans Holding es parte de la estrategia de Norwegian de reforzar sus operaciones básicas y centrarse en la transición de crecimiento a rentabilidad", ha dicho el consejero delegado de la aerolínea, Geir Karlsen.

La aerolínea de bajo coste noruega, con sede en Oslo, es una de las más afectadas por la crisis del 737 MAX, que ha obligado a la compañía a dejar sus 18 aviones de este modelo en tierra. De hecho, ha decidido suspender seis de sus rutas transatlánticas que operaba originariamente con este modelo de aeronave entre Irlanda y Estados Unidos a partir del 15 de septiembre, ante la incertidumbre sobre el regreso a servicio del avión de Boeing.

Tras el veto al 737 MAX, acudió al alquiler de aviones y al aplazamiento de la eventual venta de sus modelos más antiguos en su flota, seis Boeing 737-800, para minimizar el impacto de esta prohibición en su operativa.

En el primer semestre, Norwegian registró unas pérdidas de 1.406,6 millones de coronas noruegas (unos 145,8 millones de euros) por la crisis del 737 MAX y prevé un impacto negativo en los resultados de 2019 por ello de unos 700 millones de coronas (72 millones de euros), fijándose como fecha de regreso del avión el mes de octubre.

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