La deuda española acumula ya muchos años registrando récords en los mercados. El extraordinario escenario de tipos de interés en negativo y masivas políticas de estímulo puesto en marcha por el Banco Central Europeo (BCE), para combatir las secuelas de la crisis, unido a la ostensible recuperación registrada por la economía española en los últimos años, ha favorecido una espectacular rebaja de los tipos de interés que España debe pagar por su deuda, hasta pulverizar sus mínimos históricos.
El pasado viernes, el interés del bono español a 10 años llegó a moverse por debajo del 0,04%, atisbando por primera vez en su historia la cota simbólica del 0%, que marca la frontera entre tener que pagar por recibir un préstamo en el mercado o que los inversores estén dispuestos por pagarte por dejarte su dinero.
Las crecientes expectativas de que el BCE volverá a recortar los tipos de interés y pondrá en marcha un nuevo programa de compra de deuda ante el frenazo de la economía ha propiciado un nuevo recorte de los tipos del bono a 10 años, que se han reducido cerca de veinte puntos en una semana.
Cruzar el umbral del 0% -algo que ya han logrado los distintos bonos a plazos de hasta 8 años- significaría un hito inimaginable hace tan sólo siete años, cuando los embates de la crisis de la deuda situaron a España al borde del abismo, con las rentabilidades del bono superando el 7% y la prima de riesgo con Alemania claramente por encima de los 600 puntos básicos.
La diferencia entre el coste medio de 2012 y el actual representa un ahorro de 18.500 millones al año
El giro radical que ha experimentado la deuda española en estos siete años, iniciado con el rescate a la banca y la famosa promesa del presidente del BCE, Mario Draghi, de hacer lo que fuera necesario para salvar el euro ha supuesto desde entonces un cuantioso ahorro para las arcas públicas españolas, que no hace sino aumentar casi a diario.
En octubre de 2012, el interés medio que el Tesoro Público pagaba por su deuda se situó en el 4,13%. Por entonces, el saldo vivo de la deuda española se aproximaba a los 700.000 millones de euros. La conjunción de ambas cifras implicaba que cada la carga de aquella deuda rozaba ya los 28.500 millones al año en intereses.
El descenso de los costes experimentado desde entonces ha supuesto un notable alivio para las cuentas del Estado. Sobre todo porque en los siete años transcurridos desde entonces el volumen de deuda pública española en los mercados se ha incrementado de forma significativa, hasta superar actualmente el billón de euros.
Si al monto actual de deuda se le aplicaran los costes medios de 2012, la factura anual ascendería por encima de los 42.000 millones de euros. Sin embargo, la caída de los intereses hasta los niveles actuales del 2,32%, mínimos históricos, permiten que esa factura se rebaje hasta los 23.688 millones, lo que supone un ahorro de casi 18.500 millones.
Lógicamente, este descuento ha ido aumentando progresivamente año tras año. Si en 2013 la rebaja obtenida frente a los máximos del año anterior fue de poco más de 3.000 millones, un año después alcanzaba los 5.500 millones y al año siguiente superaba los 9.000. En total, a lo largo de estos siete años, el ahorro acumulado por el erario público por el descenso de los costes de emisión supera los 80.000 millones respecto a lo que habría supuesto mantener los tipos en los mismos niveles del otoño de 2012.
El coste medio de la deuda emitida en julio se situó en negativo por primera vez en la historia
Y la mejor noticia para el Tesoro Público es que todo apunta a que el descenso de los costes medios de la deuda se mantendrá aún por un periodo muy prolongado. La institución que ahora dirige Carlos San Basilio lleva cerrando cada ejercicio desde 2013 con costes de la deuda emitida durante el año claramente por debajo del 2%. Este 2019, sin ir más lejos, la cifra se ha reducido hasta un mínimo histórico del 0,42% y en el mes de julio la tasa se situó por primera vez en terreno negativo.
Si se tiene en cuenta que todo apunta a nuevos recortes de tipos por parte del BCE y que podrían reactivarse las compras de deuda pública por parte del banco central, todo hace pensar que los costes actuales de emisión se mantendrán, como mínimo, en torno a estos niveles, lo que ofrece un margen bastante amplio para seguir rebajando los tipos medios de toda la deuda en circulación, a medida que van llegando a su vencimiento bonos emitidos con rentabilidades muy superiores a las actuales.
Los ahorros cosechados de esta manera han abierto, sin duda, un amplio margen de actuaciones a los Gobiernos españoles durante este periodo. Lo más de 80.000 millones ahorrados en este periodo representan más de la mitad del dinero pronosticado por el Ejecutivo de Pedro Sánchez en su proyecto de presupuestos de 2019 para el pago de las pensiones.
No obstante, el propio San Basilio reconocía la pasada primavera, en una entrevista concedida a El Independiente, que estas rebajas de los costes resultan menos gratificantes, ya que derivan en buena medida de un deterioro de la situación económica que obliga al BCE a actuar.
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